Ya terminando este 2021 tan raro como el 2020, me pongo a escribir estas líneas. Es muy difícil hacer un balance de un año que comenzó con muchos de nosotros encerrados en la demasiado mencionada “burbuja” anti COVID y obviamente con muchas más preguntas que respuestas.
Ya está terminando un año en donde claramente el tema “descarbonización global” ha sonado muy fuerte. En parte por el COP 26 de Glasgow pero en parte no. Quizás haya sido un año (junto con el anterior) en donde los seres humanos tuvimos un poco más de tiempo para pensar. Y pensar con tiempo, siempre es bueno.
El virus nos tuvo acorralados entre cuatro paredes y hemos escuchado todo tipo de teorías que seguramente en muy breve nos harán reír (por lo ridículas digo). Solo sé que no sé nada y tengo la impresión que dentro de algunos años recién la humanidad sabrá un poco más, qué fue lo que pasó y como enfrentar el COVID.
Por eso, mejor me detengo acá y cambio de tema: la energía y la descarbonización. Sólo al recordar apenas algunos hitos mundiales y regionales destacados sobre este tema, vemos que también el 2021 fue un año muy particular y por qué no decirlo: esperanzador al menos:
COP 26
Los líderes mundiales se reunieron en Glasgow para intentar alinear políticas que de una buena vez mitiguen el cambio climático. Lo lograron? Parece que hay luces y sombras en el cumplimiento de ese objetivo. En un artículo de la BBC, hace algunos días leí una cosa que me pareció muy buena: “La triste realidad es que la atmósfera sólo responde a las emisiones y no a las decisiones tomadas en una conferencia como la COP 26”.
Mientras el pacto se estaba redactando y acordando, China producía una cifra record de carbón en un solo día: 12 millones de toneladas, cifra semejante a lo que producen algunos paises europeos (no los mas grandes) en un año.
Lo más increible de todo es que es la primera vez (en 30 años) que en el texto del acuerdo se menciona de manera clara y contundente al carbón como causa del problema. Eso no deja de ser algo bueno ya que de alguna manera en conjunto con otros enunciados, presiona a los paises a reforzar sus planes y presentarlos en breve. No es la única noticia alentadora que llegó desde Glasgow, el acuerdo para poner fin para finales del año próximo a nuevas ayudas públicas directas a los combustibles fósiles entre más de 20 paises e instituciones financieras, es un hito importante.
Quizás la frase de Jennifer Morgan (directora Ejecutiva de Greenpeace Internacional) a mitad de la COP, resume bastante: “Ha sido una mala semana para las empresas de combustibles fósiles, pero no lo suficientemente mala” y también agregó: “Hemos visto algunos anuncios importantes, pero demasiados compromisos han sido voluntarios y con demasiada frecuencia la letra pequeña incluye grandes lagunas”.
Por otro lado el acuerdo entre USA y China, parece ser una buena notica, al menos una declaración de intenciones comunes alentadoras.
Acordaron tomar medidas en varios temas, los más relevantes quizás fueron las emisiones de metano, transición hacia energía limpia y la descarbonización
La declaración conjunta dice que ambas partes “evocarán su firme compromiso de trabajar juntos” para lograr la meta de incremento máximo de temperatura de 1,5 grados. Viniendo de los dos mayores emisores del planeta, parece ser más que relevante.
Para resumir, detallo a continuación los puntos clave:
· Se le insta (en lugar de comprometerlos) a los países desarrollados a duplicar los fondos para los países en desarrollo para la adaptación de los últimos al cambio climático.
· Pedido a los países a actualizar a más tardar en el año 2022 sus metas de reducción de carbono para 2030.
· Llamado para reducir gradualmente “el uso del carbón como fuente de energía y los subsidios a los combustibles fósiles ineficientes”.
· Énfasis en la necesidad de “aumentar significativamente el apoyo” a los países en desarrollo por encima de los US$100.000 millones al año.
· Se comenzará un diálogo para analizar el tema de dinero a cambio del daño que el cambio climático ya ha causado.
H2 verde
Tanto en la región como en el planeta, se han disparado exponencialmete los proyectos o iniciativas relacionadas con el H2 verde.
Mientras Chile continúa alimentando su imagen global como el gran proveedor de H2verde a precios imbatibles (sumado a la reciente presentación en socidad del proyecto gigante de H2 verde de Total-Eren en el sur de Chile), Colombia, Brasil y Uruguay definen su hoja de ruta del H2 verde y en Argentina se anuncia una de las inversiones en energía más grandes de las últimas décadas: FFI (Fortescue Future Industries) invertirá unos USD 8.400 millones en la zona de Sierra Grande.
Tengo el gusto de concer esa zona muy bien y les puedo asegurar que reúne varias condiciones excelentes para la instalación de este tipo de producción. Si bien no tiene las velocidades de viento de otras regiones de la Argentina (pero de todas maneras son vientos excelentes), tiene otras ventajas especialmente en referencia a la infraestructura necesaria así como ventajas logísticas y acceso al agua (materia prima imprescindible para la producción de H2 verde).
Además de estos anuncios hay inciativas como HIF en el sur de Chile o H2U en Uruguay que planean un primer paso menos ambicioso en escala piloto.
Si bien el H2 verde parece ser ahora “la nueva cancha de paddle” esperemos que no conlleve la misma suerte sino que se mantenga y se acentúe en el tiempo. Por qué? Porque parece ser por ahora la única solución y aporte de gran escala a la descarbonización global. Algo que obviamente no es nuevo, pero lo que sí es nuevo claramente es el nivel de precios (bajos) especialmente de los CAPEX de instalaciones eólicas y solares y por tanto del costo nivelado de la energía proveniente de esas centrales (LCOE por su sigla en inglés).
Recordar que hace aproximadamente una década hablábamos de precios del órden de los 80 USD/MWh de fuente eólica o solar (dependiendo del sitio claramente pero refiero apenas a un orden de magnitud) y hoy estamos hablando de precios en ocasiones muy cercanos a 10 USD/MWh y bajando.
Al parecer los países mas desarrollados tomarán la iniciativa en cuanto a auto-forzarse a cambiar su matriz basada en carbón, petróleo, etc y transformarla en una matriz que utilice productos obtenidos en base a “power to X” (P2X) con energía renovable. Es decir al menos durante los primeros años debería esperarse un flujo netamente exportador desde los países productores hacia los mercados mas “early adopters”.
America Latina tiene un potencial enorme para producir este “petróleo del futuro” por varias razones: recurso eólico y solar de los mejores del planeta, superficie de sobra para instalar parques eólicos y/o solares fotovoltaicos, agua abundante (no en todas las regiones pero abundante al fin), etc. Quizás su desventaja se encuentra en el aspecto logístico, no estamos al lado de los mercados que asoman como los principales en un inicio (Europa, Asía por ejemplo).
Pero no estamos solos en esto ya que algunos países africanos e incluso europeos (caso emblemático: España) se encuentran naturalmente en una posición logística privilegiada o al menos mejor que la nuestra para vender derivados del H2 verde a Eruopa por ejemplo y cuentan con recursos muy buenos a excelentes en algunos casos (Mauritania, Namibia por citar dos ejemplos).
Es por lo tanto fundamental que nuestros países terminen lo antes posible de delinear sus hojas de ruta y de inmediato, su implementación. Quedan aún un sin fin de temas a resolver y la ola parece ir más rápido que los Estados.
Solo por citar algunos: ordenamiento territorial para uso de tierras (privadas o de comunidades o de propiedad estatal), marco normativo medioambiental con el foco en parques de producción de energía renovable de dimensiones jamas vistas hasta ahora, infraestructura portuaria o de acceso al mar para la logística exportadora, acceso al agua como materia prima del H2 verde y que no sea en detrimento del agua con destino a consumo humano (directa o indirectamente), normas técnicas y de seguridad para el manejo de los productos, etc.
En definitiva, se termina un año muy particular en el que todos los días escuchamos o leemos anuncios sobre nuevos proyectos que apuntan a lo mismo: descarbonizar la matriz productiva. Ojalá seamos capaces de hacerlo bien.
Feliz 2022!!
*Fernando Schaich Fundador Seg Ingenieria, Vicepresidente AHK Uruguay en HnEuDc