Mucho se ha hablado del especial impulso que el Gobierno Nacional le ha dado a las fuentes no convencionales de energías renovables, especialmente a la energía solar y la eólica, como una expresión de política energética que busca aportarle sostenibilidad, resiliencia y competitividad al mercado energético colombiano. Y como evidencia también de una apuesta de desarrollo económico muy novedoso. Pues, además del impulso al sector, ha incorporado integralmente un enfoque para promover el desarrollo territorial sostenible.
Buena parte de los proyectos que permitirán materializar estos propósitos se ubican en el departamento de La Guajira. Pues la península es reconocida como uno de los 10 mejores sitios continentales a nivel mundial en función de su potencial eólico.
Lo anterior significa que a la inmensa riqueza en gas, carbón, sal, y paisajes, al valiosísimo patrimonio cultural que encierra la etnia Wayuu, se debe adicionar entonces su inmenso potencial energético representado en las condiciones de viento y sol en la región que para completar el panorama -sin pretender agotar en este párrafo una imagen diagnóstica completa y mucho menos integral-.
Es preciso contrastar con los altos déficits de desarrollo social y económico en general reflejados en bajos índices de cobertura o de calidad de servicios básicos para la población y en elevados índices de pobreza, marginalidad e inequidad. En resumen, una extraordinaria riqueza en recursos naturales que no se ha traducido en buen nivel de vida de la población.
En este contexto es sensato afirmar que, de la manera como se oriente el proceso de inserción territorial de los proyectos eólicos y solares en el departamento de La Guajira, depende la posibilidad de transformar su historia de desarrollo. Y este quiebre en la historia es hoy una meta colectiva.
En buena hora, actualmente el departamento dispone tal vez del mejor entorno institucional y social – no visto desde hace muchos años – para enfrentar de manera debida los inmensos retos de desarrollo social y territorial.
Me refiero al Gobierno Nacional con claridad de agenda y ocupado de la intervención eficiente de los retos estructurales; la Gobernación del departamento, con un renovado aire de liderazgo, capacidad de convocatoria y muy buen entorno de confianza ante los diferentes estamentos de la sociedad; un conjunto amplio de instituciones públicas y privadas como Corpoguajira, Universidad de La Guajira, Cámara de Comercio, Centro de Pensamiento Guajira 360°, entre muchas otras, con capacidad e interés en aportar al debate sobre el desarrollo de La Guajira; un sector empresarial con clara intención de articularse, sumarse y aportar a los propósitos de desarrollo regional y, por último, organizaciones sociales y comunitarias con cada vez mejor representación de la inmensa y rica diversidad cultural del departamento ávidos de participar activa y efectivamente en los procesos de construcción de soluciones a tantas problemáticas que afectan el territorio.
Es realmente motivador y esperanzador ver a todas estas instituciones, empresas y organizaciones trabajando conjuntamente alrededor de propósitos comunes. Ello ha implicado un enorme esfuerzo y unos elevadísimos costos de transacción para avanzar en una debida articulación y coordinación, que en tan corto plazo están muy bien justificados en función de sus vastos resultados, de entre los cuales se resaltan tres que son un muy buen reflejo de todo lo bueno que está sucediendo:
1- Mesas La Guajira del Gobierno Nacional: con el liderazgo del despacho de la Vicepresidencia de la República y en estrecha coordinación con el despacho del Viceministro de Energía, se ha consolidado un espacio de articulación, planeación, decisión y acción muy novedoso en el que se aborda la totalidad de los temas que deben resolverse para lograr la mejor inserción territorial posible de los proyectos eólicos en La Guajira.
Son reuniones con más de 60 personas en representación de diferentes agencias de los Gobiernos Nacional y departamental y de entidades regionales, a las que además asisten empresarios y todo aquel que cree que puede aportar en soluciones. A pesar de la nutrida audiencia, la agenda es clara, dinámica y efectiva gracias al liderazgo eficiente de este espacio.
A partir del trabajo articulado se han lanzado y se avanza en propuestas de trabajo alrededor de abastecimiento de agua, electrificación rural, formación y capacitación para el aprovechamiento de oportunidades territoriales, además de la generación de instrumentos para favorecer la superación de barreras para el desarrollo eólico.
Es una forma de trabajo que definitivamente rompe los tradicionales esquemas de gestión del desarrollo en el que la integralidad y la articulación han sido dramáticamente deficientes.
2- Mesa de sponsors de proyectos: un espacio que reúne a las empresas que están impulsando los parques eólicos y los proyectos de transmisión que se tiene previsto ejecutar durante los próximos años y que se ha convocado con el gran propósito de facilitar la interlocución y coordinación con las agencias del gobierno pero, además, para diseñar e implantar un modelo de Responsabilidad Social Territorial en el marco del cual “las empresas y organizaciones se articulan para potenciar y llevar más allá sus prácticas individuales, generando alianzas para desarrollar acciones conjuntas en torno a sistemas específicos que aumenten el impacto en el territorio” (tomado de Revista Volar).
Como frutos de este novedoso ejercicio y, de nuevo, gracias a la muy buena disposición de los Gobiernos Nacional y Departamental, desde esta mesa se han diseñado e implementado con éxito los mecanismos y criterios para articularse y aportar eficientemente en los propósitos de desarrollo regional del Gobierno Nacional y la Gobernación del departamento.
3- Yanama para el Desarrollo Humano Sostenible y el Buen Vivir en la Guajira: Yanama en wayuunaiki quiere decir trabajo colaborativo. Es una iniciativa del Gobernador del Departamento que ha sido apoyada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y acompañada por el Gobierno Nacional, instituciones del departamento y varias de las empresas que hoy hacen presencia en La Guajira.
En la Yanama además participan actualmente más de 40 organizaciones indígenas y se ha concebido como un espacio para el encuentro de las culturas, para la palabra, el diálogo constructivo, transparente e incluyente en el que se pongan en común diferentes perspectivas para que, a partir de la reflexión, el debate productivo y la confianza que se construya entre los actores de desarrollo, se construyan los acuerdos de gestión colaborativa para concretar las expectativas de desarrollo de todos y el buen vivir en La Guajira. Es definitivamente, un gran referente de modelo de gestión territorial participativa al que le apuestan todos los agentes del territorio.
Muchas más cosas buenas están sucediendo en La Guajira, a propósito del desarrollo del potencial eólico de la región. Seguramente hay muchas cosas por mejorar y todavía hay mucho por aprender y construir. Se espera justamente que Organizaciones no Gubernamentales, entidades de control, Ministerio Público y muchas otras organizaciones comunitarias e instituciones se sumen y se sintonicen a estas dinámicas e iniciativas para seguir avanzando con el único propósito de apalancar el progreso de tan valioso territorio, con profundo respeto por su diversa tradición cultural.