“Para Enel, Chile siempre ha sido un laboratorio de innovación. Entre los proyectos que hemos desarrollado en este país están Diego de Almagro, la primera planta solar a gran escala del país, los primeros paneles fotovoltaicos bifaciales en La Silla, la puesta en servicio de Cerro Pabellón, la primera planta geotérmica de Sudamérica, el laboratorio de energía undimotriz en Las Cruces, y el sistema híbrido off-grid en Ollagüe. Ahora, también ha llegado el momento de desarrollar el potencial del hidrógeno verde».

La cita corresponde a James Lee Stancampiano, gerente general de Enel Green Power Chile (EGP Chile) y surge del anuncio que la compañía hizo el viernes pasado sobre el desarrollo de una planta piloto para la producción de hidrógeno verde a través de un electrolizador alimentado por energía eólica, en Cabo Negro, al norte de Punta Arenas, en la Región de Magallanes.

Del proyecto, denominado HIF, participarán AME y, posiblemente, ENAP, Siemens Energy y Porsche.

Actualmente la iniciativa está sujeta a la aprobación ambiental de las autoridades chilenas y a la finalización de su estructura financiera. Se estima que el emprendimiento podría contar con 300 MW.

Hay confianza en que el proyecto avance sin demasiados contratiempos e ingrese en operaciones durante el 2022. De alcanzarse este hito, se convertirá en la primera de este tipo en producir hidrógeno verde en Chile y el más grande de América Latina, agregó César Norton, presidente de HIF.

“Este hito es fruto de muchos años de trabajo y desarrollo científico que, sumado a las condiciones naturales de la Región de Magallanes, hacen que Chile pueda liderar una nueva era: producir combustibles amigables con el planeta”, destacó el ejecutivo.

Hidrógeno, un recurso más que estratégico

Por su parte, el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, destacó este nuevo avance y volvió a resaltar la importancia de este energético como una de las estrategias de Chile.

“Gracias al hidrógeno verde tenemos una oportunidad histórica. Es una posibilidad real de desarrollar una nueva industria para nuestro país tan importante como es el cobre hoy”, subrayó.

“Podemos ser líderes mundiales en la producción y exportación de este nuevo energético –enfatizó el funcionario- y contribuir de esta manera al progreso de los chilenos y a la lucha contra el cambio climático”.

En esa línea, Jobet enumeró tres oportunidades comparativas con las que goza Chile: “nuestros bajos precios en energías renovables, nuestras ventajas competitivas en logística y nuestra estabilidad regulatoria”.

“Para montar esta nueva industria será necesario el trabajo colaborativo entre distintos actores: el Estado, la empresa privada, la ciencia; todos aportando creatividad, innovación y empujando para que esta industria sea transformacional para Chile», resaltó el ministro de Energía.