Año tras año Chile viene incorporando cada vez más energías renovables no convencionales (ERNC) al sistema. El país cerrará el 2020 con un 20% de potencia instalada eólica y solar fotovoltaica. Pero el objetivo que se propone es llegar al 2030 con un 70% de ERNC y al 2050 con un 90%.

En una entrevista para Energía Estratégica, Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA A.G.), analiza lo que deparará el 2021 y los pasos que deben darse para alcanzar las metas propuestas respecto a la incorporación de renovables.

¿Qué balance hace de este año tan particular acerca del desarrollo de las energías renovables en Chile, y cómo lo calificaría?

Sin duda ha sido un año complejo, especialmente desde el punto de vista social y sanitario. La industria tuvo que convivir con todas las medidas sanitarias de confinamiento y limitaciones al libre tránsito derivadas de la necesidad de gestionar la pandemia.

Sin embargo, a pesar de esas limitaciones, todos los proyectos ERNC (de energías renovables no convencionales) continuaron con sus actividades de construcción, y con ello el sector asegura el cumplimiento de sus compromisos con las empresas distribuidoras y clientes libres con los que tienen contratos.

Por otro lado, pienso que observamos un deterioro relativo en la forma cómo se legisla y regula el sector. Quisiéramos que, al respecto, las nuevas regulaciones estuvieran sujetas a una mayor y más profunda discusión previa y que, sin excepciones, se atienda a estudios y análisis en los ámbitos técnico, ambiental, social y económicos.

¿Cuáles fueron los hitos más importantes para el sector de este 2020?

Específicamente para el sector de las ERNC, el hito más importante ha sido que se alcanzó y superó la meta de que el 20% de la energía generada en Chile provenga de fuentes ERNC. Esto ocurrió con cinco años de anticipación a la fecha prevista en la ley.

Además, pensamos que al 31 de diciembre la meta de la ley podría superarse en cerca de dos puntos porcentuales.

¿Qué expectativas tienen sobre el 2021 y cuáles creen que serán los temas de relevancia que se tratarán?

Son muchos los temas que tendrán relevancia el año 2021. En particular, pienso que debemos hacer un gran esfuerzo en pensar cómo va a ser el sistema eléctrico en 10 años más, y verificar que estemos haciendo todo lo necesario para que la transición, desde el actual al futuro sistema, se haga de manera efectiva y eficiente, tomando oportunamente las decisiones necesarias, de manera de evitar medidas reactivas que impliquen costos que podrían evitarse y que finalmente los pagan los consumidores.

En este sentido, pensamos que la conversación no se puede limitar a las materias que componen lo que se ha dado en llamar la flexibilidad del sistema, sino que tiene también que avanzar en la incorporación de tecnologías, que son el estado del arte y son habilitantes para que el sistema pueda alcanzar un 100% de energías limpias y renovables.

¿Qué desafíos vislumbran para el 2021 en la incorporación de más renovables?

Nuestro trabajo para 2021 considera justamente avanzar en propuestas para ir preparando al Sistema Eléctrico Nacional, y los sistemas medianos, para que puedan incorporar más energías limpias y puedan transitar adecuadamente hacia sistemas 100% renovables.

¿Cuáles serán las principales gestiones que se proponen realizar desde ACERA para el 2021 y, entre tantos frentes que ha abierto el Gobierno, cuál es la agenda que más les interesa (sea Licitación de Suministro, Hidrógeno Verde, Portabilidad, flexibilidad del sistema) y por qué?

Todas las materias citadas están en la agenda de ACERA para 2021 y es necesario avanzar en paralelo en ellas.

La particularidad de 2021, en que habrá elecciones presidenciales (en noviembre de ese año) y de integrantes de la Comisión Constituyente, agrega una tarea muy importante y prioritaria: preparar y comunicar nuestra visión del sistema y del mercado eléctrico en el mediano y largo plazo.