En la actualidad, sigue vigente la regulación 003/18 (ARCONEL) denominada «Generación fotovoltaica para autoabastecimiento de consumidores finales de energía eléctrica». Sus modificaciones -sugeridas por referentes del sector público y privado el pasado año- todavía están en proceso de elaboración y aprobación por parte del Directorio de la Agencia de Regulación y Control de Electricidad.

Durante la Mesa Redonda sobre Energía en Ecuador, referentes empresarios propusieron mejoras regulatorias y financieras adicionales para impulsar a la generación distribuida en el país. 

En aquel evento organizado por Institute of Americas, se pronunciaron personalidades tales como Eduardo Rosero, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Energías Renovables y Eficiencia Energética (AEEREE), Germán Chullmir, CEO de OREL Energy Group, y Elisa Figueroa, gerente de Ventas en la región andina para MAN Energy Solutions.

Por un lado, el titular del gremio empresarial más representativo de las ERNC consideró que hay algunas barreras plasmadas hasta en la Ley Orgánica de Servicio Público de Energía Eléctrica que impiden una mayor participación de generación privada desde el sector de la autogeneración y que se deberían corregir con una reforma normativa adecuada a las actuales circunstancias. 

Eduardo Rosero Rhea – AEEREE

Para ello, reflexionó que sería preciso “una actualización normativa que responda al avance tecnológico y que tome en cuenta también las circunstancias económicas actuales del país que determinan un modelo de negocio diferente”. 

Al respecto, llamó a considerar la posibilidad de incorporar instalaciones de unos 5 MW o 10 MW como sucede en países como Chile en los PMGD, pero en este caso a determinarse por lo que pueda avanzar en las redes de distribución locales y fundamentalmente que brinden tiempos más cortos para acceder a títulos habilitantes o que se le omitan algunos pasos burocráticos, como vemos que puede suceder con generadores exentos en México. 

En concordancia por lo expuesto por el presidente de AEEREE, Elisa Figueroa adicionó que algo que ha visto también en otros países además del hecho de que haya una regulación más definida para generación distribuida es que con un marco actualizado se abre la posibilidad no sólo de que los usuarios finales tengan generación propia dentro de sus instalaciones sino también transacciones bilaterales.

Aquello que se conoce en México como  «generación distribuida colectiva» sería posible en Ecuador cuando se apruebe una nueva regulación que lo permita. De acuerdo a la jóven profesional del sector energético, ese esquema de negocios también da apertura a tecnologías de medición inteligente para permitir precisamente que un generador que tenga en su sitio cerca de 1 MW y pueda compartir con otras instalaciones vecinas parte de sus excedentes.   

Elisa Figueroa – MAN Energy Solutions

Si bien se mostró de acuerdo con que esta sofisticación del mercado ocurra, recalcó que “esto tiene que llevarse a cabo en un mercado muy revisado, dando la apertura a que los actores puedan tener propias transacciones bilaterales pero también estén muy regulados para evitar disturbios como los propios de las fluctuaciones de las energías renovables”. 

En líneas generales, la referente de MAN Energy Solutions también opinó que “sería importante definir los reglamentos en cuanto a capacidades, a los actores que pueden comercializar esa energía eléctrica, las formas de medición para las inyecciones a la red e incluso la importación de faltantes o exportación de excedentes; dado que luego esto también abre ambigüedad en mercados no regulados”.

Por su parte, en lo que respecta a aspectos financieros, Germán Chullmir, CEO de OREL Energy Group valoró como necesarios determinados mecanismos que fomenten esta alternativa de generación pero a su vez nuevos proyectos que se alineen a instrumentos financieros. 

Germán Chullmir – OREL Energy Group

«La clásica ayuda son subsidios o fomento público, pero estos no son sostenibles y terminan siendo un peso para las arcas públicas», reparó el empresario, y explicó que en otros países lo que ha dado excelentes resultados es que la regulación permita no al desarrollador, sino al inversor -a partir de inversiones en proyectos rurales indígenas, por ejemplo- poder tener créditos fiscales los cuales puedan ser negociados en un mercado bursátil”.     

¿Cómo sería esto? “Una empresa industrial grande que tiene su propia energía, en vez de pagar su cuenta de energía como siempre, puede hacer una inversión en una comunidad indigena y, a partir de eso, le entra un crédito en su cuenta financiera. Luego, ese crédito puede ser vendido en el mercado financiero”, ejemplificó Chullmir. 

“Es una convivencia entre mercado energético y financiero que pueden ir de la mano. Creo que bien fomentados desde el punto de vista regulatorio pueden generar un crecimiento sostenible y exponencial”, concluyó el líder de OREL Energy Group.