México sufrió varios movimientos en el sector energético en los últimos días que afectan a las energías renovables, desde la información de la Comisión Federal de Electricidad de no instalar proyectos renovables hasta 2027, las incongruencias del Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional 2020-2034 o la búsqueda de anular las políticas energéticas.
Dichos aspectos agravan la incertidumbre para el sector y el crecimiento de las energías verdes y del propio mercado en el país.
Al respecto, Leonardo Velasco Ochoa, Presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Fotovoltaica A.C. (AMIF) dio su punto de vista sobre las diferentes disposiciones y analizó la situación que atraviesa México.
“La gran escala fue el epicentro de todos los cambios legislativos. A ninguna economía le conviene tener cambios drásticos en sus políticas públicas y es justo lo que estamos viviendo”, apuntó.
“No entendemos que no se tengan políticas públicas conciliadoras ni cómo es posible que al gobierno se le de una autoridad sobre la iniciativa privada. Una cosa es regular y otra es buscar ser jugador principal”, agregó.
El rol de la CFE es uno de los ejemplos, ya que considera que “ésta envía señales claras sobre los criterios y preferencias como un jugador del mercado eléctrico mexicano”, lo que considera como una apuesta equivocada.
“Estamos frente a una compañía que insiste en imponer sus activos que acarrean un costo muy fuerte, ambiental y eléctrico”, amplió.
En relación a ello, uno de los puntos que pone en debate es que se mezclan cuestiones ideológicas. Mientras que una administración desreguló “bastante en ciertos aspectos”, la actual regula “demasiado”. Por lo que varias situaciones se resolvieron a través de juicios y amparos, y no mediante de un diálogo constructivo, hecho “lamentable” para el especialista.
Pese a ello es consciente que el uso de las renovables, la electrificación y la descarbonización de las redes eléctricas “tienen un gran empuje y son tendencias innegables e imparables”. Por lo que “lo más que podrá hacer la administración actual será retrasar estas medidas”.
Ante tales circunstancias, y pese a la incertidumbre, denota que la clave estará en la pequeña escala. Es decir en la generación distribuida que en México permite hasta 500 kW como generador exento, sin estar obligado a un permiso de generación por parte de la Comisión Reguladora de Energía.
“Es una manera que podemos desarrollar los activos y empoderar a que las empresas, personas y negocios dentro del país participen de alguna manera en las decisiones de cómo desean electrificar”.
“La GD no solo puede representar una oportunidad de restarle valor a los activos de gran escala, sino también lograr un cambio cultural”, destacó.
Justamente, en el análisis del PRODESEN, la generación distribuida puede ser un punto de oportunidad de nuevos emprendimientos renovables, hasta que las redes lo permitan.
“La GD no solo puede representar una oportunidad de restarle valor a los activos de gran escala, sino también lograr un cambio cultural. Es un instrumento válido y vigente”, destacó.