Por Santiago Magrone
YPF, compañía que por lejos tiene la mayor participación en el dowstream local, precisó que “no implementó un aumento general de precios” de sus combustibles, al tiempo que explicó que “las modificaciones, tanto a la suba como a la baja” (en torno al 1,2%), que se reflejaron en las primeras horas del lunes 15/2, “responden a un reordenamiento del último aumento, que busca achicar la brecha de precios con la competencia”, y además reducir la diferencia entre capitales e interiores de algunas provincias”.
“Como consecuencia de haber aumentado menos los precios que la competencia durante el año, se generó una presión de demanda que se busca corregir”, describió la petrolera. Cabe referir que a mitad de enero YPF subió sus precios en torno al 3,5% mientras que Shell y Axion los aumentó en hasta el 6 por ciento.
Los datos más recientes ubican a YPF con una participación de casi 60% en las ventas de naftas, y del 57 % en las del gasoil. Las otras marcas no mastican vidrio y reconocen sus límites para no ceder más mercado.
Esto arrojó como resultado que los precios de las naftas y gasoils de YPF subieran en lunes carnaval el 1,2 % en estaciones de servicio ubicadas en el AMBA y en capitales de provincia, en tanto que bajaron en proporciones similares en lugares “donde la brecha entre las ciudades del interior y la capital de provincia era mayor al 2 por ciento”.
Al respecto, la petrolera puntualizó que “no se movieron precios en los corredores Norte y General Paz de la CABA, al tiempo que se bajaron precios” en diversas ciudades de las provincias de Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Santa Cruz, Neuquén, Río Negro y Entre Ríos.
Así las cosas, y a modo de referencia, los precios de los combustibles en bocas de expendio YPF ubicadas en la CABA son de $ 74,60 para la nafta Súper; 85,70 pesos el litro de Infinia Nafta; de $ 70,20 para el Diesel500; y de $ 82,40 para el litro de Infinia Diesel.
Estos movimientos a modo de ”reordenamiento” del último aumento referido aparece enmarcado por una serie de ajustes a la suba que los combustibles líquidos han registrado en los últimos seis meses por las actualizaciones de la carga impositiva que grava a este rubro, por la incidencia de la suba parcial de los precios de los biocombustibles que se utilizan para el corte proporcional de estos derivados, y por la variación de los precios del crudo y su relación con el dólar-peso.
Ello, un contexto internacional de suba en la cotización del petróleo que ubica al barril del WTI en los U$ 60 dólares, y en casi U$ 63 al crudo Brent.
Para YPF y para petroleras de otras marcas con importante presencia en el mercado local, la persistencia de dicha evolución alcista del crudo internacional incidirá en una posible y próxima actualización de precios a nivel local, para no acentuar retrasos que algunos calculan no menos del 10 por ciento.
A ello se suman proyectadas nuevas actualizaciones de los precios de los biocombustibles durante el próximo trimestre, y en marzo para los impuestos (ICL y CO2).
El mercado local de combustibles viene de atravesar un 2020 con muy fuerte caída de la demanda en los primeros meses de la pandemia, y una paulatina recuperación desde el tercer trimestre, aunque el año cerró con una merma de ventas cercana al 20 por ciento contra 2019.
La lenta recuperación de la actividad económica y del tránsito de personas ilusiona a la industria petrolera y a los expendedores de combustibles para el 2021, pensado como postpandemia.
La incidencia relativa de este rubro en la evolución de la inflación, y la deriva hacia las elecciones legislativas de medio término, detonarán las próximas decisiones del gobierno. Igual que con las tarifas de servicios públicos.