Una de los puntos claves que Paolo Salerno analizó es el despacho de energía, ya que, según su punto de vista, cambiar el despacho significa dar prioridad no solamente a la Comisión Federal de Electricidad, sino también a los suministradores de servicio básico.
Es decir que, si los otros suministradores (además de CFE) decidieren entrar en el mercado eléctrico minorista también tendrán esa ventaja de despacho.
Cabe recordar que en México se estableció una metodología de precio y se cancelará, por lo que Salerno advirtió que “no se sabe cuál será la metodología para el cálculo del precio unitario del MW ni se sabe cómo se estructurará el mercado eléctrico minorista”.
“Lo único que se dará será un despacho preferente a las plantas del suministrador básico. ¿Por qué? Una cuestión puramente histórica. Todo el mundo ha visto a la CFE como una única entidad. No hay una diferenciación entre CFE generador, CFE suministrador, CFE como suministrador básico o cualificado, entre otras”, agregó.
Con ello quiere decir que la Comisión Federal de Electricidad está hace más setenta años y “cumplió con el dictamen del ex Presidente Adolfo López Mateos, el de electrificar a México”.
Por otra parte, el especialista señaló que actualmente “México se encuentra en el segundo paso, que es dar competitividad al mercado, porque cuando hay mercado en generación y comercialización de la energía se crea un círculo virtuoso para poder dar al usuario final un precio más competitivo”.
Sin embargo, destacó que con la modificación del despacho se quitará el incentivo a la misma CFE de renovar sus plantas, porque, independientemente del precio, se despachará su energía. Y apuntó que “ya se quitó el incentivo de las subastas, se puso que se podrá dar o no y se mostraron los precios”. “Es un mecanismo transparente de compra-venta de energía que favorece al usuario final y al suministrador básico”, aclaró.
Otra de las preocupaciones de Paolo Salerno en el foro “Los impactos ambientales y a la salud ante la reforma de la industria eléctrica”, organizado por el Senado de la República, son los permisos: “La reforma prevé que los planes y proyecciones nacionales de energía que tiene el Centro Nacional de Energías Renovables afectarán como cuello de botella a la extensión de nuevos permisos”.
“Es muy grave porque la generación es un área de libre competencia, además que el CENER se está dando facultades que son propias del regulador. Entonces le quita el poder al regulador de hacer su trabajo”, opinó.
Por último, la situación de los Certificados de Energías Limpias (CEL) no fue pasada por alto por Salerno: “No es un delito dar los CEL a las plantas de generación que se hicieron antes del 2014, simplemente no tiene sentido porque son un incentivo de mercado que en el mediano plazo tienden ir a costo cero para permitir la instalación de nuevas centrales”.
“Si se quitan se arrebata el incentivo de innovación y transición energética. Y no es que se quiera hacer un daño a la CFE, simplemente se meten para que se den nuevas centrales”, concluyó.