El informe “Renta económica, régimen tributario y transparencia fiscal en la minería del cobre en Chile y Perú” presentado esta semana por CEPAL y el Programa de Cooperación Regional para la Gestión Sustentable de los Recursos Mineros en los Países Andinos (MinSus) afirma que “a lo largo del período 2000-2019 la minería del cobre en Chile generó rentas económicas del orden de los 173 mil millones de dólares, de los cuales 46 mil millones de dólares provinieron de CODELCO y 127 mil millones de dólares de la minería privada. El estado se apropió 97 mil millones de dólares, de los cuales 51 mil millones de dólares correspondieron a impuestos cobrados a la minería privada y la diferencia a las rentas económicas de CODELCO. A su vez, la minería privada se apropió de 76 mil millones de dólares.”
Para la CEPAL, en el mismo período “la minería del cobre peruana generó rentas económicas por 70 mil millones de dólares. De esa cantidad, el Estado se apropió de 26 mil millones de dólares, vía impuestos, y los trabajadores se quedaron con 6 mil millones de dólares, por la participación en las utilidades, mientras que las empresas privadas se apropiaron de los otros 38 mil millones de dólares.”
El informe evalúa la renta económica de la minería del cobre para ambos países en el período 2000-2019 y posee la novedosa particularidad de publicarse en datos abiertos en formato excel, facilitando la transparencia y la discusión técnica basada en datos.
La metodología del estudio para la estimación de la renta económica surge de descontar del precio internacional de metal: el costo unitario de producción, los costos unitarios de fundición y refinación, y a este resultado descontarle el saldo de activos al comienzo de cada período a una tasa WACC del 6,8% para Chile y del 8,3% para Perú.
Los resultados de la evaluación arrojaron entonces un cálculo de renta generada por la minería del cobre y su distribución, en criollo el “reparto de la torta”. Para el caso chileno la distribución fue del 56% para el Estado y un 44% para las empresas. Si se excluye la renta generada por CODELCO, la ecuación se invierte con un 60% para las empresas y un 40% para el Estado chileno. Son cifras interesantes, aún cuando los cambios en el esquema tributario chileno para ampliar el government take se hicieron efectivos en 2011 (a mitad del período evaluado) a través del impuesto específico a la actividad minera (IEAM) y a posterior del primer boom de precios sin afectar los contratos previos de invariabilidad (que alcanzan al 80% de la producción actual chilena).
Para el caso peruano, la evaluación arroja una distribución de la renta del 41% para el Estado, 10% para los trabajadores (a través del 8% de utilidades que perciben los trabajadores peruanos), y el restante 49% para las empresas.
De acuerdo a la CEPAL, la actual coyuntura política por la que tanto Chile como Perú transitan, ha promovido la elaboración de este documento como aporte a un diálogo informado. La inestabilidad política del Perú y la reciente derrota en Chile de los partidos tradicionales y, en especial del partido gobernante, en la elección constituyente; auguran calurosos debates en torno a la redistribución fogueados por un nuevo ciclo de alza de precio de los commodities, con el metal rojizo a la cabeza.
Chile y Perú explican el 40% de la producción primaria de cobre. Ambos países han sido el destino de cuantiosas inversiones desde el año 2000. En el mismo período las naciones andinas han visto mejorar muchos de sus principales indicadores socioeconómicos como la pobreza, el índice de gini y el PBI per cápita, pasando Chile a liderar el ingreso por habitante entre las principales economías latinoamericanas. Aún así, las deudas sociales estructurales en ambos países han quedado de manifiesto en las turbulencias políticas y sociales de años recientes.
De todos modos, las cifras de distribución de renta invitan a tomar nota de este lado de la cordillera, ya que provienen de dos países considerados ejemplares en términos de atracción de inversiones mineras con esquemas tributarios progresivos, que permiten a sus Estados aumentar los ingresos en ciclos de precios altos a la vez que acompañan los ciclos bajos, permitiendo diferenciar y viabilizar tanto yacimientos naturalmente ricos como yacimientos marginales o de pequeña escala.
Ambos países han tenido éxito en incrementar sustancialmente la producción minera, el ingreso de divisas por inversiones en exploración y construcción a la vez que ha permitido la internacionalización de varios de los proveedores de la cadena de valor al aumentar la escala doméstica. Un ejemplo reciente es la adquisición en marzo pasado de la empresa australiana Downer por parte del fabricante chileno de explosivos Enaex.
El seminario virtual de presentación del documento, el 18 de mayopasado , ha tenido lugar bajo el título “Comparación de los regímenes fiscales en la minería del cobre de Chile y Perú”. La moderación estuvo a cargo de Jeannette Sanchez, Directora de la División de Recursos Naturales de CEPAL y contó con la apertura de Nicolás Maennling, consultor principal de GIZ (Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional, que financia el Programa MinSus).
El autor del estudio y quien presentó los resultados fue el ex director del Servicio de Impuestos Internos de Chile, Michel Jorratt y actual consultor en asuntos tributarios. Posteriormente a la presentación de Jorratt, un panel de expertos realizó comentarios al estudio.
Jorge Cantallopts, Director de Estudios y Políticas Públicas de Cochilco, manifestó que es “un documento excelente y un aporte muy oportuno y robusto a las discusiones, de las mejores cosas que uno puede encontrar de manera pública sobre la discusión del royalty”. El Director del ente gubernamental chileno compartió la sensación de buen futuro para el cobre pero alertó a su vez de una ventana de oportunidad para el cobre de mina: “Hay algunos ejercicios que hablan que a 2050 puede dejar de existir la oferta del cobre de mina. Hoy ya compite cada vez más la oferta secundaria. A futuro podría utilizarse sólo el reciclado”.
Por otra parte, el experto en tributación peruano de Ernst & Young, David Warthon, hizo algunos balances del esquema tributario en su país y entre las lecciones aprendidas alertó sobre la necesidad de fortalecer las instituciones que reciben los fondos de la minería que en Perú “se reparten 50-50 entre Nación y los Departamentos”, ya que los ingresos exceden muchas veces las capacidades de gasto y ejecución de las jurisdicciones quedando inmovilizados.