Tal como adelantó Energía Estratégica, el viernes de la semana pasada se lanzó formalmente la tercera subasta a largo plazo de energías renovables de Colombia (ver nota).

“Va a ser una subasta que va a salir bien: Vamos a tener tanto demanda como oferta y va a haber volumen de adjudicación”, lanza, como primera observación, Alejandro Lucio Chaustre, Director de Óptima Consultores, en diálogo con este portal de noticias.

El ex directivo de SER Colombia da esta precisión considerando que la convocatoria está vinculada a la obligatoriedad de compra del 10 por ciento de renovables que tienen por Ley los comercializadores.

Pero, para Lucio, el perfil de empresas generadoras quedará acotado a un pequeño universo. “Dada las condiciones de la subasta, van a ser adjudicatarios los grandes agentes que ya están en el mercado”, analiza.

¿Por qué? Principalmente por el plazo de operación comercial en el que deberán comenzar a funcionar los proyectos: enero del 2023, explica. Opina que se tendrían que haber dado “por lo menos dos años”, es decir, enero del 2024, teniendo en cuenta que las adjudicaciones de proyectos serán, a más tardar, el 31 de octubre próximo.

“Es muy difícil que un proyecto en ‘ready to build’ (listo para construir) que se adjudique en la subasta llegue a operar en un año”, asevera y argumenta: “Una vez que se obtiene el contrato de adjudicación, que es el requisito para el cierre financiero, toma un tiempo cerrar el financiamiento. Luego hay que terminar con todos los licenciamientos ambientales. Y recién ahí se empieza a construir la obra, lo que demora unos 8 meses”.

El contrato PPA a firmarse en la licitación (de tipo financiero) prevé este tipo de contingencias y permite que los adjudicatarios entreguen energía de otra fuente hasta tanto no tengan listo su proyecto adjudicado.

Pero es ahí donde, para Lucio, sacarán ventajas las empresas de mayor envergadura que operan en Colombia, sobre todo las propietarias grandes plantas convencionales que generan MWh a bajos precios. Éstas no necesitarán de contratos de respaldo ante la probable imposibilidad de ingresar en operaciones en 2023.

¿Precios más altos?

Por otra parte, Lucio considera que esta subasta podría ser menos competitiva que la anterior, donde se ofertaron precios en torno a los 100 pesos el kWh.

“No creo que se defina ni por debajo ni a los mismos precios que la convocatoria pasada, sino que, teniendo en cuenta las particularidades, donde es eminentemente solar, esperaría precios más altos”, opina el especialista.

Cabe recordar que para esta convocatoria sólo se admitirán emprendimientos inscritos en el registro de proyectos de generación de energía eléctrica de la UPME como mínimo en la fase 2. Además, contar con el concepto de conexión a la red de transmisión nacional o transmisión regional aprobado por la UPME.

Según la entidad de planeación energética, existen 4.741 MW en proyectos renovables no convencionales que cumplirían estos requisitos. De ese volumen, 96 son proyectos solares fotovoltaicos, por 4.656 MW; 2 proyectos eólicos, por 59,9 MW; y uno de biomasa, de 25 MW.