Como consecuencia de la primera cuarentena que decretó el gobierno en marzo de 2020 y la consiguiente brusca caída de la actividad en la industria hidrocarburífera, muchas empresas de servicios petroleros sufrieron fuertemente los impactos negativos del complejo escenario sanitario. Las compañías más afectadas fueron las prestadoras de equipos torre, tal como se conoce en la jerga a las unidades de perforación, pulling y workover, que son las que mayor personal contratado tienen. San Antonio Internacional es el principal jugador en ese segmento, que posee un rol estratégico en el desarrollo hidrocarburífero del país. Es un dinamizador importante de la economía de las cuencas petroleras del Golfo San Jorge, en Chubut y Santa Cruz, y también en Neuquén. Como era de esperar, el impacto de la crisis del Covid-19 sobre la empresa fue significativo.
“La pandemia ocasionó un descenso muy abrupto de la actividad. A principios del 2020 teníamos una ocupación de alrededor de 90 equipos y en el momento del impacto la actividad cayó a 12 equipos de pulling”, explicó a Edgardo Lorenzo, CEO de San Antonio.
Sin embargo, si bien el repunte de la actividad aún es moderado, hay señales que dan cuenta de un cambio de escenario. El más evidente: el precio internacional del petróleo, que hoy cotiza por encima de los US$ 70 cuando a principios de 2020 llegó a orillar los 20 dólares en el caso del Brent. Prueba de eso, es que la producción de crudo desde Vaca Muerta registró en mayo un record histórico.
“Hoy nos estamos recuperando con un 70% de la actividad que implica la existencia de 63 equipos operando en el segmento de torre. Y en la unidad de servicios especiales, si bien la caída fue muy abrupta porque tuvimos tres meses de operación cero (en el segundo cuatrimestre del año pasado), hoy recuperamos entre el 85 y el 90% de la actividad”.
Contexto
Con nueve bases operativas distribuidas en las principales provincias productoras de hidrocarburos y dos unidades de negocio -equipos de torre y servicios especiales-, San Antonio, hoy controlada por el fondo Lone Star, es una compañía referente en el segmento de empresas de servicios petroleros. La firma llegó a tener 6500 empleados y operaciones internacionales desde México hasta Ushuaia. Pero desde hace algunos años el negocio de servicios de la compañía está enfocado únicamente en la Argentina.
El escenario para las empresas de servicios empezó a complejizarse en agosto de 2019, cuando el anterior gobierno pesificó el precio del petróleo y congeló el importe de combustibles. Desde esa decisión, asentada en el Decreto 566 del ex presidente Mauricio Macri, la cantidad de equipos de perforación empleados no fue la misma. San Antonio se vio afectada financieramente por esa contexto y hoy está embarcada en un proceso de reestructuración de una deuda de US$105 millones con ocho grandes bancos. “Tenemos algunas urgencias financieras porque al comprar equipos de alta tecnología para el desarrollo del shale debimos contraer préstamos con entidades bancarias y hoy nos está costando hacer frente a los compromisos. Pero confiamos en avanzar con esas conversaciones para lograr una reestructuración”, subrayó Lorenzo.
Mirada optimisma
A pesar del contexto de segunda ola de pandemia y sus consecuencias a nivel macroeconómico y productivo, el CEO de San Antonio, que asumió el cargo a fines de mayo del 2020, enumeró una serie de factores positivos que están motorizando una recuperación en la industria: “El precio del crudo a 70 dólares y el Plan Gas.Ar que está en funcionamiento van a catapultar la reactivación paulatinamente y estimamos que para el segundo semestre de 2022 podamos tener niveles, no de 90 equipos, pero si de un 15 o 20% más de actividad de la que hoy tenemos”, enfatizó.
Además, Lorenzo aseguró que “resulta fundamental traccionar la perforación. Dentro de las distintas ramas (equipos torre de perforación, workover, pulling y servicios especiales), la perforación es la operación que más moviliza a la industria en general. No es lo mismo tener 5 equipos perforadores adicionales que tener 5 unidades de pulling adicionales. Es una actividad crucial que debe ubicarse a niveles pre-pandemia para apalancar todo el entramado de servicios a su alrededor”.
Es común que durante los ciclos de baja de la industria muchos actores deban reconvertirse. Algunas empresas multinacionales, incluso, decidieron cerrar líneas de negocio en el país y vender equipos. El gobierno está al tanto de esa situación. Fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo señalaron que “hay una necesidad de preservar a las empresas como reserva de valor tecnológico, de experiencia y de capital humano nacional”.
Al respecto, el ejecutivo de San Antonio precisó: “La diferencia está en el carácter global de la pandemia. Ante una crisis sectorizada en cualquier país, las multinacionales cerraban la operación y mudaban la tecnología hacia zonas con demanda. Ahora la crisis es mundial. Del mismo modo, el hecho de que la economía argentina sea vulnerable maximizó el retiro de algunas empresas. Aun así, creo que cuando la situación se recupere y las compañías vean que nuevamente están dadas las condiciones para aterrizar en Argentina lo van a hacer. El proyecto shale de Vaca Muerta es de orden mundial, hay muchas empresas interesadas y es algo promisorio que va a generar crecimiento y trabajo adicional en el país”.
El compromiso compartido
EconoJournal consultó al CEO si la coyuntura obligó a la empresa a replantear el modelo de negocio como gran estructura de servicios petroleros: “Estamos en ese proceso. San Antonio opera hace 60 años en Argentina y en los 30 años que llevo de industria nunca vi una crisis que impactara de esta manera a nuestra organización. Esto nos está obligando a ser una empresa más dinámica. Trabajamos con 1100 proveedores de los cuales 400 dependen exclusivamente de nuestra firma. Entonces hay qué pensar cómo queremos que sea la nueva San Antonio una vez que se definan los valores de actividad del sector para los próximos 5 años. ¿Tenemos que seguir teniendo semejante presencia geográfica o semejante cantidad de proveedores? Esas son cuestiones a trabajar”.
A fin de cuentas, cuando la industria petrolera está en una situación crítica se requiere de la articulación de los distintos actores (gobiernos nacionales, provinciales, sindicatos contratistas y operadoras) a la hora de tomar decisiones. En palabras de Edgardo Lorenzo: “Hubo un efecto dominó ocasionado por la reducción en la demanda de energía, fundamentalmente de combustibles líquidos. Las operadoras que participan del sector downstream de refinación y comercialización, sufrieron un duro impacto en sus cajas y eso genera, aguas abajo, que toda la cadena se resienta. Pero a futuro empiezan a verse señales concretas de reactivación. Hacia el segundo trimestre de 2022 esperamos un salto de la demanda de equipos”.
“La articulación debe darse entre el gobierno nacional que implementa medidas para contener la crisis, el acompañamiento de los gremios, y las empresas con sus empleados. Hoy estamos ante una activación parcial con un escenario de mayor actividad. Jugamos en el delicado equilibrio de parar y activar. Esta no va a ser la última ola, va a haber más crisis, pero estamos ejercitados en el tema, sobre todo por la sinergia de sectores que se apuntalaron entre sí. En definitiva, considero que estamos pasando un ciclo de bajas, pero con buenas perspectivas hacia el futuro. A todos nos está costando que los engranajes se muevan como antes. Y la única forma de salir de la crisis es a través del compromiso compartido”, concluyó el directivo.
La entrada Lorenzo: “Vemos un escenario de recuperación de la actividad petrolera” se publicó primero en EconoJournal.
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