La Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) en la última reunión de su Junta de Expertos -uno de sus organismos de gobernanza- dio con un dato llamativo sobre la región:

“Cuando planteamos la idea de tener unas guías o directrices para América Latina y el Caribe sobre descarbonización, nos topamos con que la mitad de los países de América Latina encontraban que la descarbonización no es parte prioritaria de su agenda energética”.

Así lo reveló Guillermo Koutoudjian, director de Integración, Acceso y Seguridad Energética de OLADE, durante una ponencia destacada realizada el día de ayer.

Descubrir aquello fue una de las motivaciones que llevó a OLADE a empezar a trabajar particularmente la transición energética junto a cada país, teniendo en cuenta la coyuntura de cada uno.

“No hay una sola transición energética”, valoró Koutoudjian.

Recordando su paso como delegado de Argentina en grupo de energía del G20, señaló que las discusiones serias en el año 2017 se dieron a partir del impulso de Alemania de una “única transición energética” que fue puesta en tela de juicio por representantes latinoamericanos como él.

“Creemos que América Latina tiene diferentes transiciones y debemos cuidar todas las fuentes de energía porque para nuestros países son importantes de alguna manera para su desarrollo económico”.

Señalando que las transiciones tienen que ser “justas” y tienen que contemplar a todos los sectores económicos, señaló la dificultad con la que se encontrarán algunos en adaptar sus matrices productivas locales para desplazar a todos los hidrocarburos.

Ahora bien, también indicó que aquello no significa que no tengamos que hacer lo posible para tratar de llegar a unas matrices energéticas descarbonizadas o carbono neutrales para el 2050, que es el año que han fijado muchísimos países para cumplir sus objetivos.

“Si bien no podemos soslayar a todas las fuentes de energía, los hidrocarburos entre ellas (…) indefectiblemente la región se tiene que ir moviendo hacia el uso de las energías limpias y lo está haciendo”, sostuvo.

Guillermo Koutoudjian, director de Integración, Acceso y Seguridad Energética de OLADE

El escenario global estaría cambiando y se fueron mejorando los compromisos de mitigación y adaptación al cambio climático junto a los de transición energética. Al respecto, ejemplificó:

“En el G20 había que dialogar con una administración Trump que decía que había que producir cada vez más carbón y había que seguir subsidiando a los productores de combustible fósil. Hoy, esa realidad es absolutamente diferente”.

En esta región “muy heterogénea” Koutoudjian consideró como necesario apostar por iniciativas que acerquen a los distintos países de la región a crecer en su ambición de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Entre ellas, destacó la iniciativa regional denominada Energía Renovable en Latinoamérica y el Caribe (Renewable Energy in Latin America and the Caribbean – RELAC) que persigue aumentar la proporción de energías renovables para la generación de electricidad al menos a un 70% en 2030.

Entre los 27 países miembros de OLADE, al menos 10 ya forman parte del RELAC y sería preciso que más voluntarios se sumen para lograr alcanzar aquel objetivo.