Apenas unos días después de que la secretaría de Energía informara que se avanzará con la licitación para ampliar el gasoducto Centro-Oeste, que conecta Neuquén con Buenos Aires por la zona centro del país, directivos de Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) y referentes del Instituto del Patria, el espacio que se referencia con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, dejaron trascender entre empresas productoras y transportistas que se está evaluando financiar con los 550 millones de dólares que recibió IEASA provenientes del impuesto a las grandes fortunas un nuevo gasoducto troncal que una Tratayén con Salliqueló y Salliqueló con San Jerónimo por el sur el país. Esta iniciativa podría convertir al Estado Nacional, a través de IEASA u otro vehículo societario, en una tercera transportista de gas junto a TGS y TGN.

Si bien el potencial de generación de gas de Vaca Muerta puede justificar las dos obras, la iniciativa evidencia una vez más la falta de coordinación que existe dentro del área energética, pues resulta difícil que en el actual contexto de restricciones presupuestarias se pueda avanzar con ambos proyectos al mismo tiempo.

Temperley versus el PSG

La intención del secretario de Energía Darío Martínez es financiar la ampliación del gasoducto Centro-Oeste con fondos provenientes de partidas sub-ejecutadas del Presupuesto 2021 y así reducir las importaciones de Gas Natural Licuado (LNG, por sus siglas en inglés). Es decir, solventar la iniciativa con recursos del Tesoro bajo el paraguas de la Ley de Obra Pública.

A través del decreto 489/2021, el gobierno asignó una partida de 10.400 millones de pesos para este año para tender una serie de loops y repotenciar plantas compresoras del gasoducto Centro-Oeste. A su vez, en 2022 el presupuesto asciende a 41.600 millones para construir un nuevo gasoducto de 36 pulgadas entre las localidades La Mora (Mendoza) y Tío Pujio (Córdoba).

Como destacó EconoJournal, en la industria del gas, algunos conocen a ese trazado como proyecto Temperley en referencia al equipo de fútbol del sur del conurbano, que suele adaptarse a la adversidad para dar pelea con un presupuesto ajustado.

Una de las ventajas de ese proyecto es que la repotenciación del sistema Centro-Oeste se puede realizar de manera modular, con obras de menor tamaño y mayor autonomía entre sí. Además, permitiría comenzar a reemplazar el gas proveniente de Bolivia, que está declinando de manera acelerada y podría convertirse en un problema para Argentina en el corto plazo. La producción local permitiría de este modo garantizar el abastecimiento en la zona norte del país.  

Alternativas

Al proyecto Temperley le surgió ahora un rival de peso que cuenta con el aval del Enargas y el Instituto Patria y consiste en construir un gasoducto troncal de cero que una la localidad neuquina de Tratayén con la ciudad bonaerense de Salliqueló, 273 kilómetros al norte de Bahía Blanca, y desde allí suba hasta San Jerónimo, en el sur de Santa Fe.

El gasoducto troncal que busca unir Tratayén con Salliqueló también figura en el anexo 2 del decreto 489/2021 con un presupuesto de 7800 millones de pesos para este año y 44.200 millones para 2022, pero fuentes de Energía habían aclarado a EconoJournal la intención es financiar esa obra con un crédito chino y que en los hechos este año solo pensaban destinarse 5 millones de dólares para estudiar su factibilidad técnica. Sin embargo, la posibilidad de redireccionar los 550 millones de dólares que recibió IEASA del impuesto a las grandes fortunas para esa obra puso a este gasoducto de nuevo en carrera.

Esa millonaria partida convierte al gasoducto Tratayén-Salliqueló en una especie de PSG francés frente al modesto proyecto Temperley, ya que los millones provenientes de las grandes fortunas operarían en los hechos como los fondos que ponen los jeques qataríes en el club de fútbol francés que ahora contrató a Messi.

¿Por qué los proyectos rivalizan?

El problema es que los 550 millones de dólares que maneja IEASA no alcanzan a cubrir los 900 millones de dólares que demanda la obra hasta Salliqueló ni los 300 millones adicionales que se necesitan para llevar el ducto hasta San Jerónimo. Solo cubriría un poco menos de la mitad de los 1200 millones de dólares necesarios para concretar el plan. Por lo tanto, el proyecto PSG terminará rivalizando por los fondos del Tesoro con el proyecto Temperley, que es más modesto, porque solo requiere 870 millones de dólares en total, y además permite obtener repotenciaciones parciales con mucho menos dinero.

¿Corresponde destinar los 550 millones a esa obra?

La ley 27.605 del impuesto a las grandes fortunas establece en su artículo 7 que el 25% de los fondos recaudados se debe destinar “a programas y proyectos que apruebe la Secretaría de Energía de la Nación, de exploración, desarrollo y producción de gas natural, actividad que resulta de interés público nacional, a través de Integración Energética Argentina S.A., la cual viabilizará dichos proyectos proponiendo y acordando con YPF S.A., en forma exclusiva, las distintas modalidades de ejecución de los proyectos”.

La construcción de un gasoducto troncal no es técnicamente un proyecto destinado a la exploración, desarrollo y producción de gas natural y tampoco está claro qué papel podría jugar YPF en esa iniciativa.

La entrada El cristinismo evalúa utilizar los US$ 550 millones del impuesto a las Grandes Fortunas para construir un gasoducto desde Vaca Muerta se publicó primero en EconoJournal.

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