El índice bursátil Merval trepó en agosto 15,8 por ciento en pesos y registró la segunda mayor suba mensual del año. El panel de acciones líderes estuvo apuntalado por las compañías energéticas. Edenor encabezó la mejora con una disparada del 59,7%, mientras que Transportadora Gas del Norte subió 42,9%, Transener 33,7%, Transportadora Gas del Sur 20,7%, YPF 16,3% y Pampa Energía 14,1%. La mejora motivó una serie de especulaciones sobre cuáles podrían las causas capaces de explicar este rally. ¿Hay algún dato en el sector energético que permita justificar semejante optimismo? ¿Hasta dónde influye el posible acuerdo con el FMI? ¿Es consecuencia de la necesidad de colocar los pesos sobrantes en algún activo en oferta que permita resguardar valor?
La recuperación de esos papeles no se limita solo a lo ocurrido durante el mes de agosto. Entre Enero y agosto, Edenor acumuló un aumento de 117,8%, TGN 76,6%, Pampa Energía 67,1%, YPF 32,2% y TGS 25,4%. Por fuera del panel de acciones líderes, Metrogas también mostró una fuerte suba con un 27% en el mes y 70% en ocho meses. Sin embargo, cuando los analistas observan la evolución de esas compañías en la economía real la situación no ha cambiado respecto de la realidad que vienen atrasando, con tarifas de luz y gas que suben muy por detrás de la inflación o precios intervenidos de hecho como sucede en el mercado de venta de combustible.
La situación sectorial
No se registran en el sector energético indicadores que podrían atraer a inversores en busca de un retorno financiero acorde a su desembolso. Según datos de la consultora Economía y Energía, si se observa la evolución que registró la factura media mensual residencial en dólares tomando como base 100 enero de 2018 , puede verse que en el caso de la electricidad en mayo de este año estaba en 46 mientras que en el caso del gas en 44. Esta situación llevó a que los subsidios devengados al sector energético hayan pasado de 1,1% a 2% del PIB entre 2019 y 2021, siendo el sector eléctrico el que ha absorbido la inmensa mayoría de esos fondos.
Entre 2018 y 2019 la producción de petróleo crecería apenas 1% debido, concentrándose esa mejora exclusivamente en la cuenca neuquina porque el resto de las cuencas en los últimos 3 años han retrocedido. A su vez, el desacople de precios entre el crudo local y el Brent sigue ampliándose. En junio esa diferencia fue de 17 dólares, lo que constituye un desincentivo adicional para invertir.
La producción de gas natural comenzó a mejorar de la mano del Plan Gas. Sin embargo, el derrumbe fue tan pronunciado en los últimos tiempos que la comparación entre 2018 y 2021 arrojará todavía una caída del 8%.
Esta situación difícil que enfrentan las empresas ha llevado a tratar de explicar la suba de las acciones no a partir de la realidad que están atravesando sino a partir de diversas especulaciones sobre lo que podría venir.
Algunas fuentes consultadas por EconoJournal señalaron que la promesa de avanzar con una segmentación de tarifas después de las elecciones podría estar detrás de la mejora de la acción. Sin embargo, el atraso que se va acumulando hace prever una salida cada vez más compleja. En el caso del gas, por ejemplo, se estima que las tarifas deberían subir un 45% a comienzos del año próximo solo para que los subsidios se mantengan estables, eso suponiendo que el tipo de cambio se mantenga estable.
Por otra parte, quienes impulsaban con más énfasis el descongelamiento tarifario al menos de los sectores más acomodados han ido perdiendo terreno dentro del propio gobierno. El subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, y el interventor del Enargas, Federico Bernal, fueron los que más se resistieron a avanzar con un aumento de tarifas a comienzos de año, el cual terminó siendo de apenas 9% para los usuarios residenciales de Edenor y Edesur y de solo 7% en el caso del gas.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, intento desplazar a ambos funcionarios a comienzos de año por la resistencia que pusieron a cualquier tipo de ajuste, lo que derivó en un crecimiento acelerado de los subsidios. Sin embargo, ambos funcionarios responden al cristinismo y no solo no vieron recortado su poder sino que lo incrementaron a tal punto que en la actualidad ninguna decisión se toma en el sector eléctrico sin el visto bueno de Basualdo y algo similar ocurre en el sector del gas con Bernal. Además, ambos funcionarios han dado muestras de un creciente intervencionismo que no suele entusiasmar a los inversores.
En el caso de YPF, los funcionarios que responden a La Cámpora también tienen una influencia decisiva, la cual se vio reforzada con el desembarco como presidente del ex vicegobernador de Santa Cruz, Pablo González. Por lo tanto, son pocos los que creen que luego de las elecciones puedan converger rápidamente los precios del mercado interno con los del internacional.
¿El factor FMI?
El complejo escenario sectorial que atraviesan las energéticas llevó a especular con la posibilidad de que la suba de sus acciones respondiera a la inminencia de un acuerdo con el FMI. Las fuentes consultadas por EconoJournal coincidieron en que ese elemento puede haber influido en la recuperación del Merval al despejar la incertidumbre financiera en el mediano plazo, pero no es un factor que impacte exclusivamente en el sector energético. Por lo tanto, es difícil encontrar solo en esa causa la fuerte disparada de algunos papeles, como los de Edenor y TGN
Oportunidad y reserva de valor
Los analistas también observan como una de las posibles causas de la recuperación del Merval, la búsqueda de activos que sirvan para resguardar valor cuando los pesos sobran y es cada vez más difícil acceder al dólar, incluso a los dólares financieros como el MEP y el CCL. Un importante ejecutivo de una empresa eléctrica aseguró a EconoJournal que esa una de las principales causas de la suba del Merval y, como parte de esa jugada, muchos buscaron papeles de compañías energéticas porque debido a la difícil situación que atraviesa el sector estaban a precios muy convenientes.
Desde ese punto de vista, sería como haber ido a comprar acciones de compañías aéreas poco tiempo después del estallido de la crisis del coronavirus, cuando no volaba un solo avión y los papeles cotizaban por el suelo. Quien invierte en ese momento no lo hace por el presente auspicioso que atraviesa la actividad y ni siquiera lo hace porque piense que la situación se va a normalizar rápidamente. Lo hace porque sabe que esos papeles no pueden estar mucho más abajo y, aunque los problemas persistan, necesariamente se van a ir recuperando respecto de ese inédito punto de partida en el que decidieron invertir.
La creciente compra de acciones energéticas podría emparentarse un poco con esa última situación. No es un presente auspicioso ni un futuro prometedor lo que lleva a los inversores a desembarcar allí: es simplemente la posibilidad de hacer un negocio financiero con un papel destruido que ya no puede estar mucho peor.
La entrada ¿Existen fundamentos en la economía real que expliquen la suba vertiginosa de las acciones de las empresas energéticas? se publicó primero en EconoJournal.
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