Andrés Manuel López Obrador ha manifestado en varias ocasiones que desea llevar adelante una reforma constitucional y así darle un mayor poder a la Comisión Federal de Electricidad, empresa productiva del estado. 

Incluso días atrás afirmó que durante septiembre enviará la iniciativa al Congreso de la Unión, es decir que esto se daría poco más de siete meses después de que presentara el proyecto de ley para reformar la Ley de la Industria Eléctrica, el cual pretende modificar la prioridad de despacho de la generación eléctrica. 

Y si bien esta última contó con aprobación de ambas cámaras legislativas, varios recursos de amparo y de inconstitucionalidad lograron que momentáneamente esa ley sea suspendida, ya que se modificaba la prioridad de despacho de la generación eléctrica, priorizando a hidroeléctricas y centrales de CFE por sobre centrales eólicas y solares de particulares. 

Ahora bien, Admonitor, organización destinada a brindar transparencia al Mercado Eléctrico Mayorista, realizó un relevamiento del despacho de la generación hidroeléctrica para México y compartió su reporte con Energía Estratégica.

En el mismo se señala que el Sistema Eléctrico Nacional mexicano (SEN) cuenta con una potencia hidroeléctrica de 12,612 MW. Y aunque la capacidad del recurso hídrico representa el 14.7% de la capacidad total, la proporción de su generación con respecto a la demanda es nada más que del 5.9%

“De considerarse como la primera tecnología a despachar, el volumen anual estimado hacia la generación hidroeléctrica debería incrementarse significativamente, lo cual podría ser inviable debido a restricciones del uso del agua como: consumo humano, equilibrio del ecosistema y seguridad en la reserva de aguas nacionales”, explica el relevamiento.. 

“El número de embalses, la capacidad instalada de generación hidroeléctrica, el tamaño de la demanda del sistema, la política hídrica nacional y la propia orografía de México, impiden que esta tecnología funja como el primer bloque de generación en ser despachado”, agrega. 

Y continúa con que para lograr ello, “las características del relieve y la proporción de la generación con respecto a su demanda deberían ser similares a las registradas en el sistema colombiano, en el cual, se abastece con el recurso hídrico cerca del 85.1% de la demanda”.

Por otro lado, también plantea un escenario donde la coordinación hidrotérmica se dejara de realizar y la generación hidroeléctrica se despachara como energía base (donde se encuentran la solar y eólica). En este caso, los especialistas de Admonitor manifestaron que “se incrementaría el riesgo de presentarse indisponibilidad de generación por falta de agua, dadas las restricciones en el Programa Nacional Hídrico”. 

“Como consecuencia, se recurriría a la utilización de tecnologías de arranque rápido (como Unidades de Central Eléctrica (UCE) TG con costos mayores) para mantener el balance entre la generación y la carga ante cambios inesperados en la demanda o indisponibilidades por falla del resto del parque de generación”, añadieron.