Luego de la insólita decisión que tomó el gobierno de cancelar una serie de contratos adjudicados por licitación que reducían el costo del combustible que utilizan las centrales térmicas, la compañía naviera Horamar, una de las dos firmas perjudicadas, presentó una carta a la Secretaría de Energía donde afirma que la acción de los funcionarios intervinientes “podría traducirse en la existencia de un supuesto de fraude en perjuicio de la administración pública”. Sin embargo, allegados a la compañía aseguraron a EconoJournal que la decisión de recurrir a la Justicia no está contemplada en esta instancia. Por ahora, se limitaron a detallar las irregularidades y solicitar que se convoque en breve a una nueva licitación de barcos alijadores para transportar gasoil y fueloil.
Decisión sorpresiva
El 21 de septiembre CAMMESA comunicó la adjudicación de siete contratos. La empresa Horamar obtuvo el servicio de tres alijadores, la chilena Antares se quedó con otros tres y Maruba con el restante. En total, se contrataron —por distinto plazo temporal— siete líneas de servicios de transporte de combustible que debían comenzar a prestar servicio el 1 de octubre. Sin embargo, sorpresivamente, el 30 de septiembre, a horas de iniciar la prestación del servicio, el secretario de Energía, Darío Martínez, instruyó a CAMMESA a dejar sin efecto tanto el concurso como las adjudicaciones notificadas, tal como anticipó EconoJournal.
Horamar detalla que cuando le comunicaron la novedad ya tenía iniciadas las gestiones necesarias a los fines de poner a disposición de Cammesa los tres buques adjudicados y aclara que el buque San San H ya había emitido su NOR en el puerto de carga conforme a lo acordado con Cammesa el día anterior.
Incongruencias y contradicciones
Horamar no solo cuestiona el momento en el que se tomó la decisión sino los argumentos que utilizó Martínez para justificar la anulación. “Más allá de los perjuicios que ocasiona -a esta compañía y a los intereses públicos- la Nota, resulta, además, sorprendente por su total falta de fundamentación, lo cual se ve ratificado por las permanentes autocontradicciones en que incurre”, sostiene la compañía.
Uno de los argumentos que utiliza la secretaría de Energía es que “busca preservar y asegurar las fuentes de trabajo comprendidas en el servicio”. Sin embargo, Cammesa había adjudicado 7 barcos, la misma cantidad que venía prestando servicio. “Es cierto que podría ocurrir que los actuales proveedores de Cammesa tengan que reducir su personal si pierden o reducen la cantidad de barcos que operan pero no es menos cierto que las compañías como Horamar, que habían comprometido gran cantidad de puestos de trabajo para prestar los servicios contratados, se verán impedidas de mantener dichos puestos si no pueden prestar los servicios ofrecidos y adjudicados en el marco del Concurso. La decisión plasmada en la Nota protege sólo a los trabajadores de algunas empresas que actualmente están siendo empleados”, señala Horamar en su nota.
Además, la compañía que tiene como accionista al gigante griego Navios Maritime Holdings remarca que luego de que se decidiera dejar sin efecto la licitación, y hasta que se vuelva a convocar a otra, Energía prorrogar por dos meses solo 4 de los 7 barcos. Por lo tanto, al menos durante los próximos dos meses los cerca de 150 trabajadores de 3 de los barcos que venían prestando servicios se quedaran sin empleo.
El accionar de Cammesa
Horamar destaca también en su presentación que en la nota de la Secretaría de Energía no se observa ninguna objeción respecto del proceder de Cammesa en el
concurso. De hecho, según las propias palabras de Martínez, la empresa procedió “conforme sus estatutos y normativa vigente”.
Horamar remarca además que en el concurso no se hizo referencia alguna a que la decisión que adoptara Cammesa estaría sujeta a la no objeción por parte de la Secretaría, ya que esa cuestión se introdujo recién en el mail remitido el 21 de septiembre notificando la adjudicación del concurso. “Cualquiera sea la interpretación que se le otorgue a la intervención asumida por la Secretaría de Energía en el Concurso, al no estar prevista en el concurso pero haber sido aceptada sin objeciones por Cammesa, que notificó la Nota a los adjudicatarios y procedió a requerir la extensión por dos meses de 4 de los 7 contratos vigentes, hace que ambos organismos sean solidariamente responsables por los graves perjuicios causados al erario público, a los miembros del MEM (Mercado Eléctrico Mayorista) y, en especial, a Horamar en su carácter de adjudicataria”, señala la compañía.
A raíz de ello, Horamar también le apunta a “la responsabilidad personal de los funcionarios intervinientes por la forma en la que han ejercido su función pública, que en el caso podría traducirse en la existencia de un supuesto de fraude en perjuicio de la administración pública”.
Proceso desvirtuado
La licitación cancelada implicaba un ahorro de casi US$ 55 millones en el costo logístico, pero uno de los argumentos utilizados por el gobierno para dejar sin efecto la adjudicación es que buscan una baja todavía mayor. El problema es que la decisión tomada beneficia a quienes habían presentado ofertas que no resultaban las más convenientes y gracias a la nota de Darío Martínez ahora van a poder ajustar sus ofertas.
Horamar expone esta irregularidad al afirmar que “no puede soslayarse que todo intento de obtener un ahorro por vía de un nuevo proceso de contratación en los términos dispuestos por la Nota se vuelve ilegítimo por desvirtuar completamente la lógica de los procesos competitivos, al revelar los precios ofertados en el Concurso hace menos de un mes para establecer, en base a las ofertas más bajas, un nuevo techo o tope. El Sr. Secretario parece desconocer que el curso de acción que sugiere, en lugar de favorecer una competencia leal y transparente, la desvirtúa, al hacer públicos precios que revelan la estructura de costos de aquellos oferentes que presentaron las ofertas más convenientes”.
La compañía naviera remarca también en su carta que CAMMESA ya contaba con la posibilidad de solicitar mejoras de ofertas. “Ello estaba expresamente regulado en el punto 11 de las bases y condiciones del Concurso donde se previó que: `Cammesa podrá, en forma previa a la adjudicación, solicitar al Oferente que se encuentre primero en el orden de mérito mediante una comunicación formal una mejora de precios”. De este modo, Horamar deja en claro que los motivos de la anulación de la licitación parecieran haber sido otros, los cuales no se exponen en la nota de la secretaría de Energía.
“En las condiciones actuales, la Secretaría ni siquiera podría garantizar que todos los
oferentes que se presentaron al concurso se volverán a presentar, si tendrán buques desocupados para ofrecer, ni si asumirán nuevamente el riesgo de una cancelación del procedimiento de contratación a 4 horas de empezar a ejecutar el nuevo contrato, sin fundamento alguno”, agrega Horamar.
Perjuicios económicos
Los contratos que iban a entrar en vigencia el 1° de octubre 2021 representaban un ahorro de US$ 54,35 millones para el período 2021-2024 a partir de la reducción de los subsidios que paga el Tesoro. A su vez, la decisión de prorrogar los contratos actualmente vigentes por dos meses derivó en una pérdida adicional del Tesoro de alrededor de US$ 3,5 millones.
La decisión también generó costos para las compañías privadas. Horamar, por ejemplo, afirma que ya había iniciado la contratación de personal y preparación del Buque San San H para comenzar a prestar servicios en la fecha comprometida. Además, el 4 de octubre, la firma había sido informada de la terminación del contrato de su Buque Estefanía H, que se encontraba en contrato con Cammesa en virtud de la anterior licitación. “En virtud de ello, Horamar reserva sus derechos frente a Cammesa y la Secretaría de indemnización por los gastos incurridos en el marco del inicio del servicio del Buque San San H y de la finalización del servicio prestado por el buque Estefanía H”, detalla en la carta.
Asimismo, ante la imposibilidad de prestar los servicios comprometidos, la empresa afirma que se ve obligada a mantener inutilizados los buques tanques que habían resultado adjudicados, a la espera del resultado del nuevo proceso de selección de contratistas, lo cual implica un aumento inevitable de sus costos.
Pedido de licitación
A fin de evitar que se agraven los daños ya causados, Horamar solicita en su carta que se avance con un nuevo procedimiento de selección de contratistas y se adjudiquen los nuevos contratos a fin de que, al vencimiento de los dos meses de prórroga ya dispuestos, puedan comenzar a operar los nuevos contratistas que resulten del proceso de selección.
Por último, la empresa remarca que “todo este dispendio de recursos se trata simplemente de una mala decisión, y no de una maniobra para garantizar a los actuales prestadores de los servicios la continuidad de sus contratos, lo cual indudablemente, además de resultar inconveniente, encuadraría en una figura delictual”. Es por eso que remarca la necesidad de convocar lo antes posible a la nueva licitación.
La entrada Durísima carta de una de las compañías perjudicadas por la insólita anulación de los contratos para la compra de combustible para las centrales térmicas se publicó primero en EconoJournal.
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