Un nuevo reporte de la Agencia Internacional de Energía (IEA) señala que la capacidad renovable en América Latina aumentará en 34%, es decir, aproximadamente 96 GW hasta 2026, aunque aclara que será a medida que el crecimiento pase de la energía hidroeléctrica a gran escala a la fotovoltaica.

Y uno de los focos de análisis del informe refiere a las incertidumbres normativas y regulatorias como desafíos críticos para la región, a la par que asegura que “se requerirá mayor inversión en transmisión para evitar demoras en los proyectos”. 

Puntualmente, hay dos países donde las previsiones se revisan a la baja: Argentina y México. Ambas naciones atraviesan momentos de incertidumbre en materia regulatoria, así como la falta de infraestructura que aporte nueva capacidad de transporte. ren

En el primer caso, se prevé que la potencia renovable aumente en 5 GW durante el período pronosticado, lo que equivaldría a un crecimiento del 32%. Sin embargo, desde la IEA remarcan que “se ha revisado un pronóstico a la baja en 6% con respecto al año pasado, principalmente debido al desafiante entorno económico del país”. 

“La reciente crisis macroeconómica y la pandemia trajeron más desafíos financieros para los proyectos renovables y retrasaron su puesta en marcha. Como resultado, solo la mitad de los proyectos eólicos y solares fotovoltaicos adjudicados en subastas anteriores fueron operativos a mediados de 2021”, manifiesta el archivo.

A ello se le debe agregar que “casi una cuarta parte incumplieron los plazos de puesta en marcha y corrieron el riesgo de perder sus contratos de compra de energía”. Y es preciso recordar que hay más de 1000 MW se encuentran en stand by y aguardando una resolución del gobierno para destrabar su situación. 

Como consecuencia, la IEA pronostica que “entrará en funcionamiento el 40% de la mitad de los proyectos adjudicados que aún no están en operación, mientras que se espera que el resto se cancele debido a desafíos financieros”.

Y sostiene que, en caso acelerado, se observarían adiciones de a poco más del 25% gracias a una rápida recuperación económica que acarrearía a mejores condiciones de financiamiento, mayor aceptación de las extensiones gubernamentales a los plazos de puesta en marcha para los proyectos adjudicados, además del reinicio de subastas “en un esfuerzo por alcanzar la meta de 20% de generación renovable a finales de 2025”.

Adiciones de capacidad renovable en México (izquierda) y Argentina (derecha) en el período 2019-2026

Ya por el lado de México, el organismo internacional argumentó que “la cancelación de las subastas de certificados verdes en 2018, las políticas propuestas para cambiar criterios de despacho en 2019 y la incertidumbre sobre las nuevas reglas y regulaciones del mercado eléctrico propuestas en 2020 y 2021 han reducido la confianza de los inversores”.

Pese a ello, predijo que la capacidad renovable en dicho país se expandirá más de 9.5 GW hasta 2026, con la fotovoltaica a escala de servicios públicos liderando la expansión (4.3 GW), seguida de la eólica (2.5 GW). 

Y aclara: “Se espera que los PPA corporativos, los contratos bilaterales y las actividades comerciales fuera de los esquemas de políticas gubernamentales impulsen el 80% del crecimiento de ambas tecnologías”

Mientras que la entidad también hizo hincapié en la evolución de la generación distribuida solar, donde se vaticinó que “se duplique con creces durante 2021-2026”, impulsada por la medición neta y la facturación neta, junto con la demanda a la alza y el aumento de las tarifas eléctricas.

Esto quiere decir que, si se toman los números actuales en materia de potencia instalada (1,797.10 MW, según el último reporte de la Comisión Reguladora de Energía), podría aumentar hasta alcanzar más de 3.5 GW en un lustro.