Costa Rica atiende el 99,91% de su demanda a partir de generación renovable, así lo indican los informes más recientes elaborados por el Centro Nacional de Control de Electricidad (CENCE).
No obstante, en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) el porcentaje de participación de las renovables es un tanto menor. Si bien, las hidroeléctricas siguen dominando la escena en un 66,36% del total de la capacidad, las termoeléctricas aún representan el 13,23% instalado. Detrás acompañan las eólicas con 10,98% y las geotérmicas con 7,30%. Siendo el bagazo y la solar las fuentes con menor presencia con un 1,98% y 0,15%, respectivamente.
Aquel valor inferior vinculado a la fotovoltaica podría virar en redes de distribución con la reciente aprobación de la Ley 22.009, conocida como “Ley para la Promoción y Regulación de los Recursos Energéticos Distribuidos a partir de Fuentes Renovables”.
Según advirtió Ignacio Salazar, director comercial de Greenenergy y miembro del Comité Técnico de la Cámara de Generación Distribuida, con la aprobación de esta ley Costa no sólo se permitirá mayor transparencia al mercado sino que también se abren nuevas oportunidades comerciales para usuarios y generadoras.
¿Qué es lo que se viene? Para el referente consultado, el año 2022 va a ser un año «pesado» a nivel de confección regulatoria pero “oportuno” para sentar las bases que permitan la maduración del mercado eléctrico junto a un mayor despliegue de renovables en redes de distribución.
«Es un norte regulatorio sumamente sano donde se hace un llamado a los distintos entes involucrados para que entre 6 a 12 meses -dependiendo de la complejidad de sus responsabilidades- tengan todo listo para la entrada en vigor de la ley. Para lograrlo, vendrán muchas mesas de trabajo en la que se pueda dar con todo el marco jurídico, normativo y reglamentario en torno a la nueva Ley”, introdujo Ignacio Salazar a Energía Estratégica.
Luego de sentadas las bases, podríamos hablar de una transformación del mercado eléctrico en Costa Rica con las energías renovables como eje para la sofisticación de las próximas ofertas que se puedan realizar.
De allí es que Salazar consideró que “se va a incentivar una adopción más rápida de las tecnologías de generación renovable. Hay grandes oportunidades de negocios en distintas escalas, por ejemplo, tras haberse tipificado el autoconsumo con y sin entrega de excedentes. Pero algo que se viene bastante fuerte es el tema de las plantas virtuales”.
“Si bien la ley eliminó el autoconsumo virtual, que era un tema bastante delicado, hace unos meses se sacó el plan de redes inteligentes donde se instala el concepto de plantas virtuales. Aquí hay mucho trabajo por hacer para permitir más claridad al desarrollo de la tecnología y generar más atractivo para la inversión junto a las renovables”, explicó.
Y continuó: “Hace unos meses también se firmó la actualización del manual de exoneraciones de bienes en Costa Rica y allí se incluyeron varias partidas de equipos de acumulación de hidrógeno verde, almacenamiento electroquímico como baterías, acumuladores y cualquier cantidad de tecnología adicional. Entonces, hay una gran oportunidad de ir desarrollando una norma técnica que permita el fácil acceso a modalidades que no sólo estén detrás del medidor, sino también para proyectos que se puedan montar perfectamente a las redes junto a renovables para brindar servicios auxiliares que sean de altísimo valor”.