En la estación de YPF de Avenida Maipú al 700, a pocas cuadras del Puente Saavedra, uno de los límites entre Capital Federal y el Gran Buenos Aires, se repitió la semana pasada un episodio que llamó la atención de los automovilistas del barrio de Florida, al norte del conurbano: durante dos días consecutivos la gasolinera estuvo virtualmente inactiva durante un lapso de varias horas por falta de combustible. El viernes la reingreso del camión cisterna para recargar los tanques se extendió por más de cinco horas.

Si bien aún no se registran problemas serios en el suministro, durante el último mes se empezaron a registrar faltantes puntuales en varias estaciones de la región metropolitana de Buenos Aires. El estrés logístico no es un inconveniente que aqueje sólo a la petrolera que preside Pablo González. El resto de los refinadores —Raízen (Shell), Axion Energy y Puma (Trafigura), Depsa, Gulf y Voy, entre otros— también están complicados.

Sucede que, como los precios de venta están congelados, a las petroleras se les hace cada vez más costoso importar a pérdida combustibles para abastecer su red local. YPF, por caso, trae del exterior unos 160.000 metros cúbicos (m3) mensuales de gasoil de alto octanaje. La petrolera bajo control estatal licúa el costo a pérdida de esa importación en su masa total de ventas, pero en los últimos meses ese proceso se hizo cada vez más complejo por el encarecimiento del Brent y los derivados del crudo. Entre otros motivos, eso explica por qué las petroleras tratan de cuidar al detalle la logística de combustibles para no vender un litro más de lo que estrictamente se necesita para mantener abastecido el mercado.
Estamos trabajando con stocks de inventario equivalentes al 40% de lo que usualmente tenemos. Con estos precios, hoy es preferible no vender y esperar a ver qué pasa en la primera semana de enero, cuando debería haber algún movimiento”, reconoció el gerente de Planeamiento de una petrolera.

¿De cuánto es el atraso en los surtidores locales?

El atraso del importe de los combustibles en los surtidores locales es del 12%, según coincidieron tres altos directivos de empresas refinadoras consultados por EconoJournal sin contacto entre sí. Para ser más preciso, eso es lo que debería incrementarse el precio de las naftas y gasoil para recuperar el margen de refinación que tenían las petroleras en mayo, cuando se registró la última suba en las pizarras de las estaciones de servicio. Desde ese mes se mantiene un congelamiento —acordado de manera extraoficial entre YPF y el gobierno— que ya se extiende por siete meses.

En ese lapso, todas las variables que afectan el negocio subieron:

El tipo de cambio se elevó un 6,6% y para los próximos se espera una aceleración del ritmo devaluatorio, al menos en línea con la inflación.  

– El crudo local se comercializa en los contratos que definen el precio del crudo que se entregará en enero un 8% más caro en promedio del importe que regía en mayo. El petróleo Medanito, de Neuquén, que se vendía entre 53 y 55 dólares por barril, hoy se llega a pagar 57 o 58 dólares (la media sigue siendo 55 dólares). Al mismo tiempo, el precio del Brent, que funciona como parámetro global para definir el precio local, se incrementó desde mayo un 22 por ciento y presiona a una suba del precio interno del barril.

– El precio regulado del biodiesel que se corta con gasoil, que es definido por la Secretaría de Energía, aumentó un 38%. En tanto que el importe del bioetanol que se mezcla con las naftas, se elevó un 16 por ciento.

– Por último, el componente impositivo que grava la venta de naftas y gasoil, que está dado por el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono, aumentó un 6,7% desde junio. Con una salvedad importante: para mantener el congelamiento en los surtidores, el gobierno decidió postergar dos actualizaciones trimestrales de los impuestos que debían aplicarse en septiembre y diciembre. A raíz de eso, se generó un fuerte atraso impositivo, que solamente en ese ítem llega al 10% del precio final de las naftas y gasoil. Es decir, para trasladar la suba del ICL y del Impuesto al CO2 que está pendiente de los últimos seis meses, los combustibles deberían aumentar un 10% el próximo 1º de marzo (la fecha en que debería aplicarse la nueva actualización trimestral).

Además, la inflación registrada desde junio ronda un 20%, lo que impacta de lleno en los costos laborales del sector de refinación.

YPF negociará durante las últimas dos semanas del año cuánto aumentarán las naftas en enero.

“En realidad, el atraso del 12% en los surtidores es sólo para recuperar el margen de refinación que teníamos en mayo de este año. Si se apunta a actualizar los impuestos y a reconocer un precio más alto del petróleo a los productores, la suba de los combustibles que se necesita es mucho más alta, cercana al 25%”, reconocieron desde una empresa.

Timing

Algunas empresas tenían expectativas en lograr un descongelamiento de los combustibles a partir de diciembre. Pero con el paso de los días, esa opción se fue diluyendo. Las petroleras —tanto refinadoras como productores— descuentan que a más tardar en la primera semana de enero habrá novedades en los precios de las naftas y gasoil. Se espera alguna señal de YPF, el mayor jugador del sector, con un market share en combustibles que orilla al 60%. Durante las últimas dos semanas del año, los directivos de la empresa buscarán generar un espacio de discusión con el gobierno acerca de cuándo aplicar la próxima suba y de qué envergadura será la recomposición.

Los más optimistas todavía creen que YPF podría elevar los precios durante la última semana de diciembre, para aprovechar la dispersión natural y el vaciamiento de la agenda pública que generan las fiestas. Sin embargo, teniendo en cuenta que los primeros de enero expira el congelamiento de precios que impulsó el secretario de Comercio, Roberto Feletti, esa opción no es del todo probable.

Es más, el ministro de Economía, Martín Guzmán, declaró ayer en diálogo con la agencia Télam que el gobierno busca un nuevo acuerdo de precios a partir del 7 de enero. Habrá que ver cómo calza el precio de los combustibles en esa ecuación, pero la mayoría de las fuentes privadas consultadas señala que algún tipo de corrección en las pizarras de las estaciones de servicio se va a producir.

La entrada Con un atraso en el surtidor del 12%, las petroleras esperan un aumento de los combustibles para los primeros días de enero se publicó primero en EconoJournal.

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