Quienes estamos inmersos y comprometidos con la industria energética sabemos que las planificaciones se rigen en términos de mediano y largo plazo. Dos expresiones que, aparentemente, no se llevan bien con las urgencias del país. Y el 2021 fue un claro ejemplo de esto.
La Pandemia desatada en el mundo a principios de 2020 y que en Argentina nos llevó a transitar el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, puso en pausa a la economía del mundo. Argentina se vio arrastrada por ese “ralentamiento”general y el sector energético, obviamente, también acusó recibo de las complicaciones que trajo la emergencia sanitaria.
Así llegamos al 2021, con la esperanza de que los procesos de vacunación nos trajeran algo de normalidad. Y lo hicieron. Sin embargo, la Pandemia sigue marcando el ritmo de nuestras vidas, en muchos sentidos y también en el económico.
Las estadísticas son la evidencia que exponen, en números fríos, este retroceso de 2020. Sin embargo, hay cierta esperanza de crecimiento al mirar los números con que está cerrando el 2021.
En el sector del gas, después de dos años de caída en el consumo, se encamina hacia un crecimiento mayor al 5 por ciento.
El sector eléctrico, por su parte, mientras en 2020 el consumo cayó un 1,3 por ciento, en 2021 está cerrando con un alza de alrededor del 5 por ciento.
Una mirada optimista podría hacernos interpretar estas estadísticas estimando que el 2021 fue un año de transición. Desde una situación provocada por algo ajeno al mercado energético argentino hacia la búsqueda de una regularización que pueda poner de pie, nuevamente, a un sector que ha sufrido, como todos, pero que es la columna vertebral de dos servicios públicos esenciales: el servicio eléctrico y el del gas.
Hacia un 2022 de consensus y confluencias
Así como sostenemos que en energía hay que planificar a mediano y largo plazo para garantizar objetivos serios, resolutivos y sostenibles, también creemos que nada puede hacerse si no existe consenso entre los distintos actores de la sociedad.
Porque no debe pensarse en función de beneficios individuales sino en función de beneficios sociales. Es una falacia creer en ventajas particulares. Nunca habrá crecimiento real si se piensa en individualidades. Nunca habrá beneficio social si no se apunta a sostener a todos los actores sociales. No vamos a lograr un desarrollo si unos y otros nos miramos con desconfianza.
No se puede crecer si no hay debates respetuosos, si no hay acuerdos de partes, si no hay confluencias de objetivos. Si logramos que el objetivo de unos sea el objetivo de todos, habremos encontrado el camino.
Este es el espíritu que intentamos enarbolar en cada emprendimiento que llevamos adelante en Gasnea. Y que, creemos, nos ha permitido un gran crecimiento en los últimos años.
En 2021, Gasnea ha incrementado en un 14 por ciento más de usuarios conectados a su red de gas natural, en relación al año anterior, y ha incorporado en estos últimos diez años, un 60 por ciento de nuevas conexiones de gas a su red de distribución, llegando a tener un total de 118.522 en todo el Noreste argentino.
Esto incluye a Entre Ríos, Formosa, Corrientes y Misiones, pero también a la provincia de Chaco que, por primera vez en la historia, cuenta con conexiones a la red de gas natural.
Tal vez los números reflejen crecimientos pequeños en comparación con otras regiones, con otras geografías. Pero en Gasnea intentamos pensar en las personas más allá de las estadísticas. Y sabemos, porque hemos podido ver la emoción de la gente, lo importante que fue conectar por primera vez un hogar a la red de gas natural en el Chaco. O conectar por primera vez a una industria, sabiendo que se ha dado un paso fundamental para poner en un pie de igualdad a un sector postergado en relación a la competitividad industrial.
Llegar con la red de gas natural a un barrio por primera vez, ofreciendo un servicio más económico, de mayor calidad, sostenible y con mucha más seguridad es un hecho que los números no llegan a reflejar. Aun así, las estadísticas de 2021 son elocuentes respecto de las inversiones y las obras que Gasnea llevó adelante, junto con gobiernos municipales, provinciales y nacional.
Esto incluye, entre otras, a las obras que permitieron llevar el gas natural por redes por primera vez en la historia a la provincia de Chaco, a las obras que ampliaron la red en Curuzú Cuatiá en la provincia de Corrientes, como así también, haber asumido la operación de nuevos tramos de transporte del gas, y a las inversiones en la provincia de Entre Ríos, como la ampliación del gasoducto de aproximación a Villaguay, la renovación y ampliación de las Estaciones Reguladoras de Presión de Concepción del Uruguay y de Gualeguaychú, la ampliación de las redes de distribución para su acondicionamiento operativo en 19 Localidades, y realizó tareas que garantizan una mayor seguridad y confiabilidad a la prestación del servicio.
Creemos que esto fue posible porque hemos trabajado en equipo, no sólo internamente sino también con quienes están en la gestión de gobierno. Y creemos firmemente que este es el camino. Y esperamos poder seguir adelante en localidades en las que aun no llega el gas natural por red.
Tenemos mucha expectativa para 2022. Vaca muerta ha mostrado este año niveles de producción récord y eso puede motorizar muchas obras positivas para el NEA y, fundamentalmente, para el país. La conexión gasífera con Brasil, la mejora en la seguridad y los volúmenes en la conexión con Uruguay son ejemplo de esto.
Gasnea tiene mucho para ofrecer al Nea, pero también tiene mucho para ofrecer al país. Por supuesto, sólo somos una parte pequeña del gran equipo que necesitamos para concretar esos aportes. Pero tenemos la decisión, la convicción, la capacidad y los recursos técnicos y operativos necesarios para lograr el objetivo de gasificar el NEA, por eso, creemos ser la herramienta que sólo con el conjunto de las instituciones y la sociedad logrará el despegue energético del Norte Grande Argentino.
*Presidente de GASNEA