La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA) volvió a representar al sector privado dentro de un evento energético en México y nuevamente reconoció el interés por la generación renovable y pidió por su continuidad en el país.
“Tras una encuesta realizada, el 61% de las empresas reportaron haber tenido eventos de apagones y cortes de energía en sus procesos, lo cual es demasiado. Por lo que hay compañías que quieren seguir invirtiendo y ampliar su capacidad en México”, detalló Víctor Trejo Jiménez, presidente del Comité de Energía de CANACINTRA Puebla, durante un foro organizado por COPARMEX.
“Las inversiones verdes son necesarias para la industria por un tema de competitividad. Tuvimos el récord de la energía limpia más barata de todo el mundo (SLP) y eso permite que las compañías sean más competitivas, reduciendo costos”, agregó.
Siguiendo esta misma línea, el especialista planteó que a la industria le interesa seguir contribuyendo con la transición energética y que las empresas “desean” seguir apostando por la energía limpia y renovable, como por ejemplo a partir de la colocación de paneles fotovoltaicos en sus azoteas, pero con la aclaración de la importancia de tener un marco jurídico “robusto”.
Sin embargo, también aseguró que se necesita más, por lo que puso la mirada en el tope de la capacidad de la generación distribuida (hasta 500 kW) y la hibridación energética mediante el uso de baterías.
“Sería bueno pensar en implementar 1 MW en GD, ya que lograría un poco más de efecto positivo en una planta industrial. En tanto, falta regular el almacenamiento de energía, dado que ya se usa pero no hay una ley concreta”, apuntó.
“Además, quedó volando el debate de la generación colectiva/comunitaria que permitiría colocar sistemas solares y abastecer de energía a vecinos de una misma zona o locales adjuntos”, continuó.
Cabe recordar que el acuerdo A/034/2019, correspondiente al esquema de la generación eléctrica distribuida de forma colectiva que regulaba el contrato con el suministrador, fue aprobado a finales del 2019, pero vetado por la Comisión Reguladora de Energía en agosto del 2020.
Y ya desde aquel entonces los especialistas manifestaron que dicha decisión retrasaba a México tanto en la generación distribuida como en renovables en general, así como también solicitaron por la ampliación de la potencia máxima de la GD, principalmente para el segmento industrial y comercial, hecho que todavía no está vigente.