Colbún S.A. es una empresa con más de 35 años de trayectoria dedicada a la generación y comercialización de energía, cuenta con cerca de 1.000 trabajadores y una potencia instalada cercana a los 4.000 MW a través de 27 centrales de generación.

Desde el pasado 16 de mayo, José Ignacio Escobar asumió como nuevo CEO de la compañía, la cual cuenta con operaciones en Chile y Perú, y su impronta promete impulsar un fuerte programa de proyectos de energía renovable solar y eólica.

En una entrevista para Energía Estratégica, el ex director general de Acciona Energía Chile y actual presidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA), cuenta cuáles son los planes de Colbún en materia de energías limpias, el futuro de su central a carbón, si vale la pena apostar por la gran hidroelectricidad y qué piensa del hidrógeno verde.

¿Qué impronta le dará su llegada a Colbún, como CEO de la empresa?

Chile enfrenta una gran disyuntiva energética. Por un lado, la voluntad social y política de acelerar la descarbonización del sector; y por el otro, una crisis hídrica, un sistema de transmisión estrecho y poco flexible, una sobrecapacidad renovable en ciertos puntos del país, una conflictividad mayor para el desarrollo de nuevas energías renovables no convencionales (ERNC) y una situación mundial compleja que dificulta el acceso a combustibles en la cantidad y precio que permitan un sistema eléctrico económico y seguro.

En este complejo escenario, Colbún se ha preparado para enfrentar esta década con la convicción de poder proveer la energía y las soluciones que permitan apoyar el desarrollo sustentable del país, sin comprometer la seguridad de suministro ni la competitividad del sector.

Para ello, tenemos una Agenda Estratégica potente, y mi objetivo es ayudar a acelerar esa agenda, que involucra crecer en renovables, impulsar el almacenamiento, desarrollar el Hidrógeno Verde y buscar nuevas opciones de crecimiento en Chile y el extranjero.

¿Qué proyectos de energías renovables no convencionales está desarrollando la compañía, y cuántos MW podrían poner en marcha en lo que queda del año y el 2023?

Colbún tiene una cartera robusta de proyectos renovables muy competitivos que iremos desplegando en la medida que nuestros clientes, el mercado y el país lo necesiten.

Nuestra ambición es duplicar el tamaño de Colbún en base a energías renovables de aquí al 2030, agregando 4.000 MW y más.

Este año hemos puesto en marcha 230 MW de energía solar a través del parque Diego de Almagro Sur y estamos construyendo más 800 MW eólicos a través de Horizonte, cuyos primeros aerogeneradores estarán inyectando energía a fines de 2023.

Tenemos otros 1.000 MW aprobados ambientalmente en proyectos solares, y estamos preparando el ingreso de nuevas iniciativas a tramitación ambiental en los próximos meses.

Para nosotros es muy relevante no solo impulsar los proyectos renovables, sino hacerlo de manera adecuada, con respeto e involucramiento temprano de las comunidades en forma previa a que estos proyectos ingresen al SEA a evaluación ambiental, con el objetivo de informar su alcance y recoger la visión local para mejoralos.

Como parte de esa visión de acelerar nuestro crecimiento en renovables, el año 2019 creamos una unidad de desarrollo de proyectos renovables en Perú, al alero de nuestra filial Fenix. A lo largo de casi tres años hemos estado trabajando y ya tenemos identificados y en desarrollo siete proyectos por cerca de 1.800 MW.

Con el objetivo de acelerar nuestro desarrollo renovable, hemos llegado a un acuerdo con el proveedor de los aerogeneradores del proyecto eólico Horizonte -la firma europea Enercon-, para mejorar el rendimiento de esas máquinas, lo cual nos permitirá ampliar la capacidad de esta iniciativa desde los 778 MW a 812 MW, es decir, 34 MW adicionales.

Horizonte es el proyecto eólico en construcción más grande de América Latina y ostenta varios récords. A la fecha, ya llevamos más de un 15% de avance.

Respecto a los desafíos de cierre de centrales a carbón, ¿en qué fecha Colbún alcanzará la totalidad de cierre de plantas, y de qué dependerá su adelanto?

En la industria hay consensos sobre la descarbonización y todos estamos caminando en la misma dirección. Colbún está en línea y comprometido con el desafío de descarbonizar la matriz.

Actualmente sólo tenemos una central a carbón, Santa María, en la Región del Bio Bío. Para avanzar en la desaceleración acelerada, requerimos crear las condiciones habilitantes para avanzar sin deteriorar la seguridad del sistema o encarecerlo.

Lo ocurrido con la sequía y la fragilidad del suministro eléctrico, es un recordatorio del desafío que enfrentamos. Más que hablar de una fecha, tenemos que hablar de condiciones para que eso ocurra.

El punto central en esa discusión es cómo creamos las condiciones regulatorias y de mercado para hacer posible una transición más acelerada sin afectar la calidad y costo del sistema eléctrico.

¿Es conveniente seguir apostando por la gran hidroelectricidad en Chile?

La energía hidroeléctrica es energía renovable, y pese al impacto de la sequía y del Cambio Climático, para Chile representa un gran activo contar con ella en el camino que se ha trazado el país para tener una matriz libre de emisiones.

Si bien es evidente que por distintas razones no se están desarrollando nuevos proyectos con esta tecnología, a futuro los proyecto hidroeléctricos bien diseñados e integrados a su entorno pueden tener un rol relevante más allá de su tamaño.

Respecto a baterías, ¿Colbún está interesada en desplegar un plan de almacenamiento?

Estamos construyendo nuestro primer proyecto de almacenamiento a escala industrial, por 32 MWh de energía, que esperamos poner en marcha a fines de año.

Tenemos el objetivo de ser un actor relevante en el desarrollo de sistemas de almacenamiento que serán clave para acelerar la transición energética.

¿Están pensando en incursionar sobre nuevas tecnologías, como el hidrógeno verde?

Colbún identificó hacer un par de años al Hidrógeno Verde (H2V) como parte de su Agenda Estratégica, considerando que las energías renovables son un elemento muy relevante en la cadena de valor de este nuevo combustible.

Para impulsar esta agenda, hemos hecho una reorganización interna y hemos creado la nueva Gerencia de Hidrógeno Verde, con el objetivo de impulsar esta nueva oportunidad de negocio, en línea con nuestra estrategia de crecimiento.

Lo que observamos en una reciente gira por Europa es que la Guerra en Ucrania ha cimentado la convicción de los países europeos de que el H2V es la mejor opción para avanzar en la descarbonización y a la vez independizarse energéticamente de Rusia.

El avance en este combustible se refleja en la alianza que firmamos con el Aeropuerto de Santiago para participar en el primer proyecto de Hidrógeno Verde para un aeropuerto en América Latina.

El año pasado además firmamos un acuerdo con Komatsu Cummnis con el objetivo de desarrollar hidrogeno verde para electromovilidad en transporte de carga, y tememos otros proyectos en curso.

Nuestra estrategia apunta tanto al desarrollo del mercado doméstico como al mercado de exportación, y si bien sabemos que aún hay varios desafíos pendientes, como son el costo de los electrolizadores y el transportar de este combustible, queremos ser un actor relevante de esta industria.