España implementará impuestos temporales a las compañías eléctricas y los bancos que deberían recaudar US$ 7.020 millones en 2023-2024.
La finalidad sería ayudar a los españoles a hacer frente a la inflación galopante. Así señaló el gobierno de Pedro Sánchez provocando una venta masiva en algunas acciones bancarias.
Sabadell, que llegó a caer hasta un 13% tras el anuncio, recortó pérdidas y cerró con una caída del 7,4%, mientras que Caixabank se desplomó un 8,6% y Bankinter un 5%.
Por su parte, el presidente Sánchez, dijo al parlamento en un discurso sobre el estado de la nación que los ingresos anuales en 2023 y 2024 de un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las empresas eléctricas realizados este año.
Y el próximo deberían alcanzar los 2.000 millones de euros; mientras que el impuesto sorpresa a las instituciones financieras traería 1.500 millones de euros al año.
Sánchez añadió que el gobierno impondría el impuesto a “los grandes bancos porque ya estaban comenzando a beneficiarse de las (esperadas) subidas de tipos de interés”.
Para el portavoz de la asociación bancaria española AEB, José Luis Martínez, la posible subida de tipos de interés del Banco Central Europeo no aseguraba necesariamente una mejora de la rentabilidad de los bancos.
Sector eléctrico
El gobierno no proporcionó ningún detalle sobre las tarifas previstas o cómo funcionarían los gravámenes, diciendo que solo se aplicarían a empresas con una facturación de al menos 1.000 millones de euros.
Los analistas argumentaron que los bancos ya estaban bajo presión por los temores de una recesión y la posibilidad de que cualquier aumento de las tasas no sea tan significativo como se esperaba.
El gravamen ejercería más presión sobre la capacidad de los prestamistas para generar ganancias en un momento en que también es probable que aumenten sus provisiones.
Las acciones de las eléctricas Iberdrola, Endesa y Naturgy cayeron un 0,2%, 0,6% y 0,7%, respectivamente. El gobierno ya había dicho que iba a gravar a las empresas eléctricas.