En concreto, la carta plantea la cuestión del Acto Delegado (DA) -artículo 27.3 de la RED II-, que establece las normas sobre la producción de hidrógeno renovable.

La carta sostiene que el DA, en su forma actual, iría en detrimento del buen trabajo realizado hasta ahora para promover el hidrógeno verde en toda la UE, que las normas del DA son «desproporcionadas» y que «harán que el hidrógeno renovable europeo sea insuficiente para las necesidades de la industria y no sea competitivo frente al hidrógeno renovable no europeo».

La carta contrasta la actual legislación europea propuesta con la recientemente aprobada Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos, que «presenta un plan concreto destinado a aumentar la producción de todas las formas de hidrógeno limpio, especialmente el hidrógeno verde, en Estados Unidos». Continúa:

«La importancia de este plan es, sin duda, el incentivo más impresionante que haya emprendido cualquier responsable político para fomentar el despliegue del hidrógeno renovable. Muchas empresas y promotores de proyectos ya están llevando a cabo negociaciones para beneficiarse del plan. Sin duda, esto es comprensible, ya que las normas son sencillas y las condiciones muy atractivas».

La carta incluye un llamamiento urgente a la acción:

«Le insto a que aborde sin demora los problemas relacionados con el acto delegado del artículo 27.3. Además, es imperativo perfilar claramente los marcos de apoyo a nivel de la UE y aumentar la coordinación estratégica entre las actividades de los Estados miembros. Cada vez es más evidente que sólo un puñado de Estados miembros vería avanzar un proyecto de hidrógeno renovable a gran escala y financieramente viable en el entorno actual. Además, es necesario minimizar el riesgo relativo a la rápida ampliación de la economía europea del hidrógeno poniendo más recursos financieros públicos; de lo contrario, las incertidumbres a lo largo de la larga cadena de valor seguirán obstaculizando la rápida evolución».

Junto con el compromiso de Hydrogen Europe de seguir desarrollando conceptos y soluciones para los instrumentos políticos, incluido el concepto de centralita europea de hidrógeno renovable que se ha presentado y que podría servir como el «creador de mercado» que falta.

El sector del hidrógeno en Europa se encuentra en un precipicio. O bien el continente puede aprovechar su ventaja para liderar el mundo en la producción, distribución y uso final del hidrógeno renovable con el respaldo de inversores y responsables políticos. O bien, Europa puede perder terreno frente a sus competidores regionales debido a la falta de empuje e imaginación a nivel político y convertirse en un segundón en la próxima gran carrera tecnológica.