La Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Pórtland de Uruguay (ANCAP) planea realizar la licitación de los bloques de energía eólica offshore entre lo que resta de este año y el transcurso del 2023. 

Juan Tomasini, profesional de Exploración y Producción en ANCAP, manifestó que aún están ultimando detalles de la convocatoria y del modelo de negocio, por lo que, a lo largo del 2023, “habrá dos momentos para la propuesta de apertura”. 

“Esperamos tener los requisitos legales y deberes en enero, para lidiar con el hidrógeno. Después de eso tenemos un par de decretos más para completar formalmente con los pasos. Y la idea es hacer una continua ronda de negocio, abriendo las ofertas en mayo y noviembre”, sostuvo durante una conferencia. 

Desde la empresa estatal ya comenzaron a dialogar con diversas compañías energéticas, con el objetivo de compartir las ideas para este proceso, lo que les permitió crear el primer borrador para los términos de la ronda de construcción y modelo de contrato. 

Y si bien también ya hubo intercambios con el Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay, todavía se requieren “algunos ajustes regulatorios y adaptaciones legales necesarias” para que ANCAP ponga este modelo de negocio en el mercado. 

Esquema para el cual, en primera instancia, se prevé licitar diez bloques de 500 km2 cada uno, que tienen un potencial medio de 2 a 3 GW de capacidad renovable operativa y la posibilidad de generar 320.000 toneladas de hidrógeno por año. 

¿Qué tipo de inversionista buscan desde ANCAP?

Tomasini aclaró que existen criterios específicos para la calificación de las empresas “Se pretende que tengan experiencia en energía eólica offshore, o con el hidrógeno verde o en petróleo y gas en alta mar”. 

“Creemos que si una empresa cumple con uno de esos requisitos, es capaz de clasificar técnicamente para las siguientes etapas del proyecto”, agregó durante el evento. 

Etapas que culminarán en un contrato que se dividirá en dos: un período de evaluación y otro de desarrollo y producción del hidrógeno. Y las compañías que resulten adjudicatarias de cada bloque tendrán diez años para recopilar datos e, incluso, construir una planta piloto antes de presentar el plan de desarrollo para su aprobación o renunciar al bloque, según dieron a conocer desde ANCAP hace ya un mes. 

Es decir que la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Pórtland de Uruguay piensa a largo plazo (20-30 años) y en convertirse en un actor clave en la exportación de hidrógeno, teniendo en cuenta que ya se lanzó oficialmente la hoja de ruta de H2V, que sienta las bases para los primeros proyectos de exportación y, a futuro, posicionar al país de manera competitiva entre exportadores netos.