La Secretaría de Energía de la Nación convocará a la oposición para discutir un proyecto de ley sobre el hidrógeno, teniendo en cuenta que se venció el plazo de la vieja ley para el desarrollo de la tecnología, producción, uso y aplicaciones del H2 como combustible y vector de energia (N° 26123).

El objetivo es lograr consenso entre los sectores y que «se instalen políticas públicas a largo plazo» de común acuerdo entre el oficialismo y la fuerza opositora al gobierno actual, según dio a entender la titular de la cartera energética, Flavia Royón.

Sin embargo, todo apunta a que la gestión buscará potenciar el hidrógeno azul por sobre aquel producido a partir de fuentes renovables, debido a que la secretaria de Energía vinculó la iniciativa del H2 con el gas natural licuado.

«Esperamos que a lo largo de este mes, la Sec. de Energía y otros ministerios del gobierno impulsen proyectos de GNL y de hidrógeno, porque para la generación de H2 Argentina tiene factores y ventajas competitivas únicas en el mundo», aseguró durante un evento.

«Estamos convencidos que el proceso se puede hacer y, personalmente, estoy convencida de que el liderazgo de las empresas, gremios y universidades pueden colaborar en el proceso», agregó.

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Y si bien la salteña insistió en que Argentina posee un gran potencial de recursos naturales y de generación renovable, principalmente solar y eólica, las declaraciones previamente mencionadas se enmarcan en un contexto en el que el gobierno ve al gas como la fuente prioritaria de la transición energética.

En lo que va del año, la mayoría de los anuncios, tanto de la actual secretaria de Energía como de su predecesor, Darío Martínez, se destinaron hacia Vaca Muerta y la construcción de los gasoductos correspondientes por aquellos realizados a favor de las energías renovables y el hidrógeno verde. 

Incluso, meses atrás el propio Alberto Fernández sostuvo que Argentina “tiene todo lo que el mundo reclama en materia energética”, pero en lugar de mencionar a las renovables como el futuro cercano del país, las colocó por detrás del gas, al que consideró como la “energía de transición”. 

Declaraciones presidenciales que parecieron estar lejos de sus dichos del 2020, cuando aspiraba a ser «el primer abanderado» de la energía renovable en Argentina, sumado a que buscaría reducir la quema de combustibles fósiles. 

Y se debe considerar que Argentina aún está rezagada de cara a las metas de la Ley N° 27191, ya que en 2021 apenas superó el 13% de la participación renovable en el total del consumo propio de energía eléctrica, cuando en realidad se debía alcanzar, como mínimo, el 16%. 

Por lo que, con este guiño al H2 azul a partir del gas natural, no queda demasiado claro el rol que ocuparán las renovables o si habrá beneficios e incentivos para su utilización en la producción del hidrógeno verde, más allá de las laborales particulares y vínculos con privados por parte de las provincias.