La generación distribuida continúa su avance en México, siendo una de las alternativas más vistas para potenciar las energías renovables en el país luego de que la administración actual frene el crecimiento a gran escala.
Sin embargo, para el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Fotovoltaica (AMIF), Jait Castro, todavía existen “zonas grises” en el espectro de la generación distribuida, ya sea desde aspectos regulatorios, comerciales o técnicas de las instalaciones.
El almacenamiento de energía fue temas centrales que trató durante un webinar, ya que planteó su incorporación dentro del marco regulatorio que permita fomentar esta alternativa y descongestionar aún más la red gracias a aquellos techos solares que posean baterías.
“No se menciona cómo funciona o se regulan cuando se tienen sistemas que involucran storage. Hoy nos quedamos con metodologías de contraprestación como el net metering, net billing o venta total, pero tendríamos que de meter tarifas donde se pueda incentivar el despliegue y tenga sentido tener almacenamiento de energía”, aseguró Castro.
“Incluso a niveles pequeños como en el sector residencial, y no hablar tanto a gran escala, que tiene otras implicaciones. Pero es otra zona gris que no ha estado atendida y se tendría que regular”, agregó.
Por otro lado, el especialista también apuntó a la importancia de aumentar el límite de 500 kW de la generación distribuida con tal de alcanzar el mix energético en México y acercarse a los objetivos de participación de renovables.
Aunque en ese caso se requeriría modificar el actual artículo N° 17 a la Ley de la Industria Eléctrica mediante una iniciativa legislativa, como por ejemplo la presentada hace dos meses atrás por Nayeli Arlen Fernández Cruz, diputada del Partido Verde Ecologista.
De igual manera, el presidente de AMIF reconoció que “otra gran deuda que queda” es la implementación de la generación distribuida colectiva, “pese a que sí hubo un ejercicio importante por hacerla”.
“La GDC atendía algo que debía ser uno de los objetivos de la distribuidora: la libertad de decidir y de poder generar su propia energía por parte de los usuarios, principalmente para aquellos usuarios que no tienen un techo propio y evidentemente se les volvía complicado [instalar paneles] (…) Por lo que personalmente quisiera que se retome el tema, cuidando las formas, porque creo que sería algo muy bueno”, manifestó.
Es decir que, de concretarse esas iniciativas, la GD podría tomar un mayor impulso a los 2,307.41 MW ya instalados bajo 270,506 acuerdos de interconexión en México, cifra que supone una inversión estimada de 3,986.69 millones de dólares, siendo los últimos tres años los de mayor crecimiento.
¿Qué otras zonas grises existen?
Bajo la mirada de Jait Castro, la falta de observaciones hacia las instalaciones y las certificaciones a instaladores y comercializadores de paneles fotovoltaicos son otros dos puntos claves a mejorar en el país.
“El problema es que en baja tensión, donde suceden muchas cosas que de pronto no están bien hechas, la autoridad no entra salvo que el usuario quiera hacerlo o cuando cae en los lugares de concentración pública. Es decir, no hay una observancia, sino que cae en responsabilidad del usuario o del desarrollador del proyecto”.
“Mientras que por el lado de las certificaciones, debería haber alguna observancia detallada, ya que tener la certificación en alguno de los estándares existentes sólo sería un inicio pero no una prueba manifiesta de que sabe hacer las cosas bien. Tendría que idearse algo mucho mejor en cuanto a supervisión o auditorías, hecho que sería muy importante”, amplió.