La Iniciativa Climática de México presentó una serie de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) para que México cumpla con sus obligaciones diplomáticas ambientales y con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. 

La propuesta desde la sociedad civil consiste en un estudio con más 80 medidas que intentan proporcionar insumos técnicos y narrativos para la política pública y ayudar al gobierno, con tal de no demorarse más en la atención ambiental del país, teniendo en cuenta que México “se atrasó dos años en las NDC más ambiciosas”, de acuerdo a su entrega del Acuerdo de París. 

Dentro de esas medidas, se propuso elevar la meta no condicionada (MNC) del 22% al 30% de reducción de emisiones al 2030 (coincide con la meta del gobierno) y otro escenario condicionado (EC), donde se aumenta del 36% al 47%, es decir, un 7% más que la iniciativa federal. 

Y para ello, ICM planteó que la capacidad eólica operativa pase de 7.3 GW a 17.5 GW en la MNC y 21.5 GW en el EC. Mientras que para la potencia solar, el crecimiento es todavía mayor, impulsado por sus bajos costos y el potencial del país, por lo que el objetivo es llevar de casi 8.8 GW a 26.9 GW (MNC) y 32.49 GW. 

“Se requiere avanzar con celeridad en la transición energética justa, mediante un rápido incremento de la participación de energías renovables en la matriz energética y una acelerada salida de combustibles fósiles”, aseguraron desde Iniciativa Climática de México. 

De completarse esas metas, ambas tecnologías pasarían a contribuir entre 35.6% y 41% de la generación de energía hacia 2030 y estarían entre las cuatro fuentes que dominarían la generación en la próxima década, junto a la hidroeléctrica y los ciclos combinados. 

En el escenario N°1 las renovables contribuirían con el 37.1% de la generación en 2030 para este escenario, mientras que si se incluyen las limpias no renovables (hidroeléctrica y nuclear), se alcanzaría el 50.6%.

Pero si se toma el panorama N° 2, condicionado por cuestiones ajenas al país, las renovables aportarían el 42.8% de la generación. Y si también se contemplan a las limpias, podrían abarcar casi el 58%

“Este esfuerzo podría reducir cerca de 30 millones de toneladas de CO2e durante la presente década. Esto es consistente con lo planteado por muchos otros países del mundo”, asegura el documento de ICM.

Aunque se debe tener en cuenta que la expansión y el fortalecimiento de la infraestructura eléctrica resultaría una condición clave para implementar estas medidas, ya que la ampliación de las redes de de transmisión y distribución no sólo permitiría ampliar la cantidad de parques renovables, sino también reducir las pérdidas técnicas y alcanzar una “mitigación de 0.7 MtCO2e y de 1.0 MtCO2e para 2030”, respectivamente. 

“Y sin duda, el almacenamiento de energía es otro de los elementos necesarios para descarbonizar el sector, y se ha estimado que podría alcanzar una capacidad de aproximadamente 500 MW para proyectos de gran escala; y 18 MW para sistemas de generación distribuida para 2030”, agrega el estudio, entre otras propuestas.