Por Raúl Bertero *
La necesidad de subsidiar la energía en los “barrios populares” y las consecuencias desde el punto de vista de las emisiones de CO2 y la calidad de vida
Esta propuesta está basada en las siguientes hipótesis: a) el acceso a la energía es casi tan necesario para la vida como la alimentación y la vivienda; b) las familias pueden destinar como máximo un cierto porcentaje de sus ingresos al pago de los servicios energéticos (por ejemplo, el 25 % del total). En base a estas dos premisas básicas hay 3 situaciones posibles en la mayoría de los países: 1) familias por debajo de la línea de pobreza que deberían tener casi todo su consumo energético subsidiado, 2) un porcentaje de la población podría necesitar cierto nivel parcial de subsidios y 3) el resto de los usuarios deberían pagar el costo total de la energía. Asimismo, debería ser un objetivo político, social y económico que progresivamente todos los habitantes del país alcancen la situación 3) donde sus ingresos sean suficientes para pagar en forma plena los costos de la energía que consumen.
El objetivo de este trabajo es analizar las consecuencias del sistema actual de subsidios energéticos en “barrios populares” de Buenos Aires, caso 1) del listado anterior, desde el punto de vista de las emisiones de CO2 y el costo fiscal y proponer cursos de acción para la descarbonización y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes.
Fig. 1 Fotografía de la ‘Villa 31’ (Buenos Aires) y distancia a edificios de Puerto Madero. Ref.: https://observatoriociudad.org/reglamentan-la-ley-nacional-de-barrios-populares/ and Google Earth.
Consumo de electricidad y subsidios en “Barrios Populares” de Buenos Aires
Alrededor de la década de 1930, los primeros asentamientos se desarrollaron en Buenos Aires como resultado de su proximidad al puerto y a las terminales ferroviarias (Fig. 1). Posteriormente se produjo la expansión de estos asentamientos con la llegada de inmigrantes provenientes de países vecinos y la migración interna. Los terrenos en los cuales se instalaron estas viviendas fueron motivo de controversia desde el inicio, generándose formas organizativas de resistencia de los vecinos contra los proyectos de traslado o erradicación a lo largo de su historia (“Censo de Hogares y Población Villas 31 y 31 bis, Ciudad de Buenos Aires, 2009”). La situación de los “barrios populares” es un problema complejo desde el punto de vista social y urbanístico. En este trabajo nos referiremos exclusivamente a la situación actual de los subsidios energéticos, su efecto sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y el costo o ahorro fiscal asociado a la mejora del nivel de vida de sus habitantes.
La distribución de electricidad en Buenos Aires está licenciada a compañías privadas. En varios “barrios populares” de Buenos Aires las viviendas no tienen medidores individuales sino medidores comunitarios (Fig. 2) y todo el consumo es pagado por los presupuestos nacionales y provinciales (“Acuerdo Marco”).
Fig. 2 Medidores comunitarios en los “barrios populares” (izquierda) y consumo de electricidad por hogar promedio en Buenos Aires y en los “barrios populares” (derecha). Fuente: Elaboración propia en base a datos de EDESUR
Tal como se muestra en la Fig. 2, el consumo de electricidad promedio en los “barrios populares” es entre 2.5 y 3 veces el consumo medio por vivienda en la ciudad de Buenos Aires. Varias son las razones posibles para esta gran diferencia: a) las condiciones de aislación térmica de las viviendas son mucho peores, b) los artefactos eléctricos son más ineficientes, c) en el invierno la calefacción de las viviendas se hace en base a electricidad mientras que en la mayoría de las viviendas de Buenos aires está basada en gas natural y d) debido a que el costo de la electricidad no es pagado por los usuarios no existen incentivos a reducir su consumo.
De acuerdo con la información suministrada por EDESUR, esta distribuidora tiene bajo este sistema 68,000 viviendas que consumieron 615.000 MWh en el año 2020 repartidas en diferentes asentamientos del área metropolitana de Buenos Aires. Considerando un costo de electricidad de 85 USD/MWh y un factor de emisión de gases de efecto de invernadero (GHG) del sistema eléctrico en Argentina de 0,407 tonCO2/MWh, esto significa para esa cantidad de viviendas 52 MMUSD/año en subsidios y 250.000 tonCO2/año de emisiones1.
Reemplazo de los subsidios por inversiones en eficiencia energética y renovables
En este trabajo se resumen los resultados económicos resultantes de reemplazar los subsidios al consumo por inversiones en eficiencia energética, equipamiento solar térmico y solar fotovoltaico y “district heating” en la llamada “Villa 31” de la Ciudad de Buenos Aires. De acuerdo con el “Censo de Hogares y Población Villas 31 y 31 bis, Ciudad de Buenos Aires, 2009” la “Villa 31” tenía en ese momento 7.950 hogares con 26,400 habitantes. De acuerdo con dicho censo, el 83 % de sus viviendas tenían agua potable por cañería siendo el 47 % de las viviendas de una planta y el 36 % de dos niveles.
Los siguientes análisis fueron realizados usando un costo de electricidad promedio anual de 85 USD/MWh (70 USD/MWh de costo de la energía más 15 USD/MWh de costo de distribución), un factor de emisión de GHG de 0.407 tonCO2/MWh, una Tasa Interna de Retorno (TIR) en dólares de las inversiones del 8% y los precios de los electrodomésticos y equipos solar térmicos y fotovoltaicos en Buenos Aires. Se considera en este análisis un total de 8000 viviendas.
• Heladera eficiente. Considerando los ahorros en energía, el valor presente neto de los subsidios al consumo representa el 55% del costo de comprar una heladera nueva. El reemplazo de las heladeras evitaría 0,274 tonCO2/año de GHG por hogar y una mejora en la calidad de vida de los habitantes.
• Solar térmica para agua caliente. Considerando los ahorros en energía, el valor presente neto de los subsidios al consumo representa el 98 % del costo de comprar e instalar un equipo solar térmico y un tanque de agua caliente. Las nuevas instalaciones evitarían 0,821 tonCO2/ año de GHG por hogar y una mejora en la calidad de vida de los habitantes.
• Solar fotovoltaica. Considerando los ahorros en energía, el valor presente neto de los subsidios al consumo representa el 90 % del costo de comprar e instalar un equipamiento solar fotovoltaico. Las nuevas instalaciones evitarían 2,196 tonCO2/ año de GHG por hogar, considerando que parte del tiempo la instalación suministraría energía a la red.
• “District heating”. Entre otras centrales cerca del puerto de Buenos Aires, existe una Central Térmica de 589 MW produciendo electricidad a solo 1000 m de la “Villa 31” (Fig. 3). El calor generado por la Central puede ser capturado y distribuido a muy bajo costo mediante un sistema de cañerías de agua caliente aisladas. A su vez, el agua caliente de las cañerías puede ser utilizado en las viviendas cercanas para calefacción y agua caliente. Considerando los 2016 kWh/año requerido para el calentamiento del agua y aproximadamente 500 kWh/mes y por hogar requerido para calefacción como promedio durante 4 meses invernales, un total de 4016 kWh/año puede ser provisto por el sistema de “Distric Heating” (utilizado en ciudades como New York desde hace muchos años). Considerando 8000 viviendas de las Villa 31, el valor presente neto de los subsidios reemplazados alcanzaría a los 32 MMUSD anuales. Si bien el costo del proyecto no ha sido analizado todavía, se estima que sería considerablemente inferior debido a la corta distancia entre las viviendas y la Central. Además de mejorar la seguridad de los hogares expuestos a otros sistemas de calefacción, el sistema evitaría 1,635 tonCO2/año y por hogar.
Conclusiones
• Actualmente, los subsidios a la electricidad de los gobiernos nacionales y provinciales para unas 8000 viviendas de “barrios populares” con medidores comunitarios implican aproximadamente 6.1 MMUSD/año. De acuerdo con el factor de emisión de la electricidad en Argentina, las emisiones de GHG a partir del consumo de sus habitantes implican unos 29,300 tonCO2/año.
Fig. 3 Distancia entre la Central Térmica existente y la “Villa 31”. Fuente: Google Earth
• Los estudios demuestran que reemplazar los subsidios al consumo por una inversión por única vez en equipamiento residencial solar térmico y solar fotovoltaico es prácticamente neutro desde un punto de vista económico y reduciría los GHG en 24134 tonCO2/año (Tabla 1).
• Debido a la existencia de una Central Térmica de 589 MW produciendo electricidad a solamente 1000 m de las viviendas, una inversión en “District Heating” es la mejor opción para reemplazar los subsidios al consumo en el caso analizado en este trabajo. Una combinación de “District Heating” para calefacción y agua caliente y paneles solares para electricidad podría reducir los subsidios actuales y los GHG prácticamente a cero.
• Adicionalmente, sería conveniente la instalación de medidores domiciliarios para la pequeña cantidad de electricidad eventualmente no cubierta por las nuevas instalaciones para incentivar el uso eficiente de la energía y comenzar el proceso para que todos los habitantes cuenten con los ingresos suficientes para pagar lo que consumen, que debería ser el objetivo de largo plazo de desarrollo social y económico.
• Otras inversiones en la mejora de la aislación térmica de las viviendas si bien no fueron analizadas en este trabajo también podrían significar una mejora en la calidad de vida de los habitantes y un ahorro fiscal futuro.
• Las consecuencias del cambio climático son un problema fundamental para toda la humanidad, todos los países del mundo son afectados. Los países con problemas financieros no están en condiciones de afrontar la inversión inicial que permitirían reducir los subsidios al consumo con ventajas económicas y reducir prácticamente a cero los GHG generados en los “barrios populares”.
• Los países más desarrollados y los organismos multilaterales de crédito deberían apoyar fuertemente las inversiones en energía limpia, urbanismo y ciudades inteligentes, viviendas y, especialmente, una mejor educación en los vecindarios pobres alrededor del mundo.
* Vicedecano FIUBA – CEARE, Presidente Academia Nacional de Ingeniería