Deloitte y Enel sostienen que el porcentaje de generación con base en fuentes limpias puede elevarse al 99.6% en Guatemala, con una incorporación “agresiva” de eólica y solar hasta representar el 46% de la generación total al 2030 y el 55% al 2050.

En concreto, calcularon que estas fuentes renovables variables tendrían la posibilidad de alcanzar aproximadamente 9.27 GW de potencia eólica y 9.44 GW de solar al 2050. Pero aquello requeriría acompañarlas de otras tecnologías firmes renovables y almacenamiento energético.

De allí que consideren que “la complementariedad que permite la generación hidroeléctrica y eólica, más la expectativa de incorporar la energía solar con el agregado de baterías posibilitó apuntar a una penetración agresiva de fuentes renovables no convencionales (eólicas y solares)”.

Así lo indica su reciente informe titulado “Hoja de ruta de Transición Energética en Guatemala: Un modelo energético sostenible para Guatemala al 2050” publicado en noviembre del 2022 y que actualmente se encuentra siendo socializado.

¿Estas tecnologías serían competitivas? Citando un estudio de IRENA, desde Deloitte y Enel observaron que las bajas en los costos de los componentes, así como el aumento de la eficiencia de la tecnología y los proyectos, asegurarían en buena medida su competitividad a largo plazo.

“Hacia adelante IRENA ha identificado al menos tres grandes factores que permiten proyectar una nueva reducción de costos: 1) las mejoras tecnológicas, que continúan siendo una constante en el mercado de generación de energía renovable y que irán reduciendo cada vez más los costos de instalación y aumentando el rendimiento de los equipos; 2) la adquisición en forma competitiva, que permite beneficiarse de mejores precios a medida que aumente la escala; y 3) una gran base de desarrolladores de proyectos, con experiencia internacional que busca activamente nuevos mercados”.

Ahora bien, la reducción de costos y una mayor penetración renovable no sólo dependería de la industria. Se aclara que el estudio parte de un escenario base al cual se introducen políticas de mitigación y cambios en la matriz energética orientados a optimizar los resultados y aumentar la ambición de la descarbonización en un contexto de apoyo internacional.

Recomendaciones

Para poder llevar adelante todas estas transformaciones, Deloitte y Enel recomiendan trabajar sobre algunos pilares para la maduración del subsector eléctrico en línea con el cumplimiento de los compromisos ambientales a través del Plan Nacional de Energía y Plan Nacional de Eficiencia Energética.

Tal es así que recomiendan impulsar el almacenamiento para mejorar la calidad del servicio y reducir su costo; dar lugar a técnicas de gestión de la demanda; propender a la integración energética con países limítrofes y desarrollar regulación para inversión en redes.

Además de potenciar la generación distribuida, acelerar la incorporación de medidores inteligentes, digitalizar la matriz de potencia eléctrica, promover la estructura tarifaria que impulse una respuesta activa de la demanda y buscar la integración entre distribuidoras y transmisoras de electricidad.

Así como otras recomendaciones dirigidas a la reducción de emisiones en otros sectores productivos e introducción de regulación específica para carbon pricing e hidrógeno verde.

Deloitte y Enel desarrollan una hoja de ruta para la transición energética en países de Centroamérica