En el marco de la carrera global hacia la transición energética, el hidrógeno verde viene a ser un elemento clave para descarbonizar la economía de México y mermar los efectos contra el cambio climático.
Se presenta como una de las posibles soluciones en sustitución de combustibles fósiles para reducir las emisiones de CO2, sobre todo en ciertos sectores donde la energía eléctrica renovable no puede llegar, como procesos industriales, el transporte pesado, aéreo y marino.
“Según un estudio de la Asociación Mexicana de Hidrógeno (H2 México) con una consultora internacional, se detonarán aproximadamente 60 mil millones de dólares de inversión, alrededor de 3 millones de empleos y una cadena de manufactura alrededor del hidrógeno”, destaca Israel Hurtado, presidente de la entidad que nuclea a las compañías de este vector energético en México, en una entrevista con Índigo Energía.
De esta forma, el especialista enfatiza que toda la industria presenta oportunidades inconmensurables para el país.
“No solo se trata producir hidrógeno verde, consumirlo y, eventualmente, exportarlo. México puede ser una potencia también en todos los desarrollos industriales relacionados al hidrógeno. Por ejemplo, en la comercialización de electrolizadores, válvulas, ductos, turbinas, vehículos eléctricos, celdas de combustible, etc.”, sostiene.
10 proyectos de hidrógeno avanzando
Por otro lado, el representante de H2 México enfatiza: “Estamos perdiendo la batalla del cambio climático. No hemos logrado contener la temperatura del planeta en 1,5°C, como sugirieron expertos en la ONU. Si no logramos contener esa temperatura, los efectos a largo plazo van a ser devastadores, y ya los estamos empezando a ver”.
Las industrias necesitan descarbonizar: algunas por necesidades propias, por obligación o por cumplimiento de los estándares de gobernanza social-ambiental (ESG, por sus siglas en inglés) y los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
En este sentido, advierte: “Las grandes empresas tienen que descarbonizar sus procesos porque así lo obligan o porque lo tienen que hacer. Hay empresas como las acereras, mineras y petroquímicas que están buscando sustituir el hidrógeno gris por verde”.
Hurtado también expresa que el sector movilidad va a necesitar utilizar hidrógeno: “ Hay autobuses, vehículos y trenes que funcionan con hidrógeno en el mundo. México también podría impulsar proyectos piloto de todos estos vehículos”.
En tanto a las iniciativas que se están desarrollando actualmente en el país, Hurtado anticipa: “Hay alrededor de 10 proyectos. La Comisión Federal de Energía (CFE) ya anunció que tiene un plan de producción de hidrógeno verde y de generación de electricidad con hidrógeno verde en sustitución de gas natural”.
“Petróleos Mexicanos Pemex también se comprometió a sustituir hidrógeno gris por verde en su plan de negocios que acaba de publicar hace tres semanas también. A su vez, CEMEX, la cementera mexicana, introducirá hidrógeno verde en algunas de sus plantas. Al final del día, se avanza de a poco, pero se avanza”, agrega.
Problemas en el marco regulatorio
Las normas técnicas para el hidrógeno gris ya existen y funcionan. Hacen falta regulaciones de centrales solares y eólicas que realizan blendings, proceso donde se mezcla el hidrógeno con gas natural .
En este sentido, Hurtado explica que se necesitan normas oficiales mexicanas para poder producir el hidrógeno, almacenarlo, inyectarlo a la red a través de blendings y llevarlo a las industrias o a los hogares.
“Se necesitan normas de seguridad, operación, mantenimiento y funcionamiento. De hecho, estamos trabajando en algunos Comités de la Asociación Mexicana de Hidrógeno para justamente avanzar en la regulación de la producción de hidrógeno verde en centrales renovables”, añade.
Desde hace años que se utiliza el hidrógeno gris, proveniente del metano, en procesos industriales. Sin embargo, este es tan contaminante como cualquier otro combustible fósil.
Por otro lado, el hidrógeno verde proviene del agua, se rompe la molécula del agua, se separa el oxígeno del hidrógeno y se captura el hidrógeno con equipos electrolizadores, que funcionan con energía renovable, ya sea solar, eólica o fototérmica. Así se cierra el círculo de sustentabilidad y se produce hidrógeno verde que tanto se está buscando impulsar.