El IAE Gral. Mosconi presentó el Anuario de los Hidrocarburos 2022 elaborado por el Departamento Técnico del Instituto que dirige Julián Rojo. La información de base es la que se elabora mensualmente en el Informe de Tendencias Energéticas y proviene de fuentes oficiales.
Jorge Lapeña, presidente de la entidad y exsecretario de Energía de la Nación, explicó en su prólogo al trabajo que “el Anuario reúne esa información mensual y la sintetiza en forma anual y todos los valores son tabulados y comentados en el contexto de la década precedente: 2012-2022. De esa forma, es posible analizar tendencias de largo plazo y sacar conclusiones más allá de la coyuntura donde los datos pueden estar influidos por cuestiones específicas y momentáneas”.
Consideró que “la información debe, además, estar contextualizada. En este caso es importante tener en cuenta que el año 2022 transcurrió prácticamente en su totalidad en el contexto de la guerra en Europa entre Rusia y Ucrania iniciada en febrero de ese año”. En ese sentido, dijo que “el teatro de operaciones de la guerra se caracteriza por los altos flujos energéticos (gas y petróleo) desde Rusia hacia Europa. Esos flujos se han perturbado y redefinido en cantidades y precios; y esa redefinición de escala planetaria ha impactado en todas las regiones. Los precios del petróleo y del gas han sufrido fuertes subas y, como consecuencia de ello, nuestro país ha incrementado su déficit de balanza comercial energética que en 2022 pasó a 4.470 millones de US$ lo que significa un salto significativo que multiplicó por 8 veces el saldo negativo del comercio exterior energético del año 2021”.
Lapeña continuó afirmando que “los hidrocarburos son para la Argentina y para el mundo la parte más importante del balance energético”.
“Es muy importante lo anterior porque la demanda nacional e internacional de estos combustibles y los precios de los mismos condicionaran nuestra propia oferta interna y nuestra oferta exportable”, consideró.
Lapeña sintetizó que “la producción de petróleo de la Argentina ha crecido en el periodo 2012-2022 tan solo el 6.1% entre extremos, un valor insignificante si se lo compara con el crecimiento de la demanda de los productos derivados del petróleo más usados en Argentina: gasoil cuya demanda en el mismo periodo creció 9.5% y las naftas que aumentaron su demanda en el mismo periodo 32.2%. Esto se traduce en que nuestro país se hizo en esta década más dependiente de suministro externo”.
“En materia de petróleo -continuó- el dato más relevante es que todas las cuencas convencionales están en declinación productiva crónica y esa declinación se mantiene hasta el presente. Solo la cuenca neuquina está en franco crecimiento; y la causa es la expansión de los yacimientos de Shale de Vaca Muerta“.
“Decadencia y pasividad”
Para Lapeña, “algunos datos son impactantes, y muestran la decadencia y la pasividad del gobierno nacional y de los gobiernos de las provincias titulares de los recursos: la Cuenca del Golfo de San Jorge (Chubut y Norte de Santa Cruz) produce un 22.4% menos que en 2012; la cuenca petrolera Austral produce un 51.5% menos; la cuenca cuyana un 40.1% menos y la cuenca del Noroeste (Salta y Jujuy) disminuyó 50.6% en ese período”.
Pero destacó que “la cuenca neuquina ha crecido con respecto a 2012 un 54.3% fundamentalmente por el impulso de la producción no convencional y esto la transforma de hecho en la nueva capital del petróleo de la Argentina”.
“Los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta, tanto de petróleo como de gas natural, se encuentran en expansión; y es un dato muy importante que al mismo tiempo que se expande la producción se hayan ampliado, en 2021, las reservas certificadas en ese yacimiento porque eso, de continuar, permitiría al país firmar de contratos de abastecimiento a largo plazo tanto para el mercado interno como para la exportación”, explicó el experto del IAE Gral. Mosconi.
Lapeña explicó que “en el total país en 2012 la producción de petróleo era en un 100% procedente de yacimientos convencionales con una producción total de 31.9 millones de m3. En 2022 el petróleo convencional cubre el 58% del total y ha declinado un 37% en el periodo. El petróleo no convencional en ese periodo ha incrementado su producción en un 856% y aporta con unos 20 millones de m3/año, el 42% de la producción nacional de crudo”.
Sostuvo además que “una situación similar se produce en gas natural donde se verifica un crónico retroceso de la producción de gas convencional en el periodo y un fuerte aumento de la producción no convencional de los yacimientos de Vaca Muerta. Pero ese crecimiento de alguna manera nos muestra lo que podría ser un síndrome de década perdida que lo podemos definir de esta forma: entre 2012 y 2022 se produce un crecimiento muy moderado de la producción de gas de la Argentina que alcanza apenas al 9.7% en la década analizada. Ese crecimiento es menor que el crecimiento de la demanda interna, pero al mismo tiempo contiene dos hechos espectaculares: el primero de ellos (negativo) es que nuestra producción gasífera convencional disminuyó en ese periodo el 48.9%; el segundo hecho es que la producción de gas no convencional aumentó en ese lapso 292%. Dicho en forma simple Argentina viste a un Santo y desviste a otro casi al mismo tiempo”.
Lo que viene
El exsecretario de Energía de la Nación consideró en su análisis del informe anual de hidrocarburos, que:
– “Es un signo auspicioso que de acuerdo al último inventario de reservas y recursos disponibles que publica la Secretaría de Energía se haya verificado en 2021 un significativo aumento de las mismas en comparación con el estancamiento y abandono que se produjo en la década desde 2011 en adelante”.
– “Deberá verificarse si el incremento de los valores del último inventario se mantienen en aumento en el próximo inventario de reservas correspondiente al año 2022 que se publicará a mediados del año en curso como es costumbre”.
– “Un análisis de las cifras, sin embargo, permite comentar los datos mencionados. Las reservas comprobadas, que es la categoría más importante, confirman la tendencia: las reservas comprobadas de petróleo disminuyeron en todas las cuencas convencionales en la última década: Cuenca del Noreste: -51.3%; Cuenca Cuyana: -72.9%; Cuenca del Golfo de San Jorge: -18.7%; y Cuenca Austral: -29.2%. En contraste, aumentan en la Cuenca Neuquina 161%“.
– “El mismo fenómeno se produce en lo relativo a las Reservas de Gas natural dado que se verifica una caída significativa y crónica en las reservas comprobadas de las cuencas convencionales y un aumento significativo en el último inventario en las cuencas no convencionales”.
Fuente: https://www.memo.com.ar/economia/lapena-hidrocarburos-2021-2022/