Las convocatorias a licitaciones públicas abiertas se posicionan como la respuesta a las necesidades de un mercado eléctrico competitivo, transparente y sostenible.
En Honduras, aún está pendiente el lanzamiento oficial de un proceso licitatorio para la contratación de 450 MW y se espera que pueda ser lanzado este año 2023 (ver más).
Durante el reciente megaevento de Future Energy Summit, referentes de gremios civiles y empresarios observaron que estos mecanismos de contratación son necesarios y deben primar por sobre las contrataciones directas.
“Desde el sector privado procuramos motivar a nuestro gobierno hoy por hoy a que las lance (…) deseamos licitaciones transparentes, competitivas y con una institucionalidad que resguarde y asegure el cumplimiento de los contratos (…) poder abrir licitaciones va a ser sano para el sector eléctrico renovable”, señaló Karla Martinez, presidente de la Asociación Hondureña de Productores de Energía Eléctrica (AHPEE).
Repasar lecciones aprendidas resulta de alto valor para no repetir deficiencias de procesos precedentes. Es por ello que la presidente de AHPEE, Karla Martinez, también se refirió a dos caras de las contrataciones previas de la ENEE a energías renovables.
“Imaginemos ese Boom de renovables que empezó con más de 500 MW – 300 MW primeramente y luego subió hasta cerca de 600 MW en un muy corto plazo- y para que tengan una idea la matriz energética la demanda máxima en ese momento andaba en 1600 MW, por lo que era bastante incursión solar”, indicó Martinez.
Y continuó: “Teníamos un año seco donde no había mucha agua y un año en el cual también los combustibles estaban subiendo. Frente a esto, ¿qué dijo el gobierno? ‘Necesitamos rápidamente transicionar y motivar a la inversión solar para que rápidamente podamos cubrir la demanda’. Entonces se creó esta contratación de solar, que incluso tenían un incentivo y una fecha límite de entrada para poder estar operativas”.
Al respecto es preciso recordar que el proceso de contratación de energía solar fotovoltaica del 2014 resultó en 23 proyectos adjudicados de una capacidad máxima de 50 MW a un precio base de US$0.15 el kWh (CN 20/01/2014) con incentivos adicionales para aquellos proyectos que logren operación antes del 01/08/2015.
“Lo positivo de esto sin duda alguna fue que la Represa más grande de Honduras guardó agua porque toda la energía solar que en ese momento entró al Sistema Nacional fue agua almacenada que se pudo entregar en otros momentos, evitando racionamientos y alimentando el pico del mediodía de Honduras. Lo siguiente que fue positivo es toda la divisa y la reserva de combustible que no emigró, no salió de Honduras, producto de todo el combustible equivalente que no se compró en ese momento y por supuesto las emisiones de carbono que se evitaron y contribuyeron a la sostenibilidad”, valoró Martinez.
“¿Cuál es la cara que yo digo que no fue tan buena? Esto fue sucedió en un momento de emergencia, sucedió en un momento en el cual se necesitaba la rapidez en el cubrimiento de la demanda; pero 300 MW solares con una demanda en un solo punto es un reto para la operación de cualquier sistema eléctrico nacional. Las autoridades en ese momento no lo miraron y no se estaba hablando de servicios auxiliares que estaban siendo cubiertos desde la represa hidroeléctrica nacional y que hacía falta atender a largo plazo”, advirtió.
De allí es que gremios como la Asociación Hondureña de Productores de Energía Eléctrica (AHPEE) siguen de cerca estos temas y buscan que se establezca una regulación clara que permita un mayor despliegue y una oportuna remuneración de energías renovables, almacenamiento energético y servicios auxiliares.
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