La instalación del gasoducto troncal Néstor Kirchner (GPNK) está avanzando en los plazos anunciados. Aunque el cepo complica el proceso de importación de accesorios metalmecánicos que son importantes para finalizar la obra (como por ejemplo trampas de scraper), las tres constructoras que están a cargo del proyecto —la UTE Techint-Sacde y BTU— confían en que el tendido estará operativo el 20 de junio próximo. Donde sí se registró un imprevisto es en la construcción del gasoducto Mercedes-Cardales, un caño secundario que permitirá conectar la red de transporte que opera TGS con la región del gran Rosario, que funciona como un punto de encuentro con el sistema TGN.
La empresa estatal Enarsa y la Secretaría de Energía tomaron la decisión de reutilizar en la obra caños de 30 pulgadas que habían sido adquiridos años atrás bajo el paraguas del plan de ampliación del sistema de transporte de gas lanzado durante el gobierno de Cristina Kirchner. Como parte de esos proyectos no se concretaron, los tubos quedaron estibados en depósitos fiscales en Campana y Dock Sud.
El plan ahora es aprovechar que el Estado ya pagó por esos materiales, por lo que su reutilización podría reportar un ahorro para el Tesoro. El problema fue que a medida que se fue avanzando con la soldadura, la UTE Techint-Sacde, que está a cargo de la obra (en rigor, subcontrató la instalación a Contreras Hermanos y Víctor Contreras por estar abocada al GPNK), empezó a constatar que muchos de los caños estaban afectados por pitting (corrosión por óxido) por el paso del tiempo. Técnicos de TGS, que están a cargo de la operación del gasoducto, también corroboraron esa situación.
Lo que hay que hacer es cepillar los caños dañados para recuperar su estándar de integridad. Como es lógico, el proceso de soldadura y entubado del gasoducto está demorado hasta que se cumpla esa instancia. Una empresa de Mar del Plata había auditado la calidad de los caños sin detectar inconvenientes mayores. Fuentes al tanto del proyecto indicaron, sin embargo, que es difícil revisar de antemano más de 6000 tubos. En un análisis exhaustivo, reconocieron que ese proceso recién lo realizan las constructoras cuando encaran la soldadura.
Pasos a seguir
Si bien el consorcio Techint-Sacde ya inició los trabajos de cepillado de los tubos dañados, lo que resta ahora es que el Directorio de Enarsa, que es el comitente del proyecto, dé luz verde para encarar un plan de aceleración del proyecto. Se requiere de esa instrucción formal para inyectarle velocidad a esos trabajos y a su vez un reconocimiento presupuestario del orden de los $ 400 millones adicionales para cubrir los costos indirectos de la demora. De cualquier modo, según fuentes oficiales es una cifra inferior a la que hubiera demandado comprar tubos nuevos.
La intención es que el proyecto esté habilitado durante el último trimestre del año. “Reparar el pitting nos llevará entre 45 y 60 días más de lo previsto”, admitieron las fuentes consultadas.
El gasoducto Mercedes-Cardales cumple un rol clave en el sistema eléctrico durante los meses de verano. Como en el período estival el consumo residencial de gas es bajo, Cammesa, la empresa encargada del despacho de energía, puede tomar más gas natural para generar electricidad en las centrales termoeléctricas. Varios ciclos combinados están emplazados en el norte de la provincia de Buenos Aires y el sur de Santa Fe. Ese complejo de generación térmica se verá beneficiado con el nuevo gasoducto porque, una vez que esté en marcha, podrá demandar más gas proveniente desde Vaca Muerta. Como consecuencia, reducirá el consumo de combustibles líquidos (fundamentalmente gasoil), que son mucho más caros. El Tesoro nacional, entonces, también saldrá beneficiado porque es, en definitiva, quien cubre buena parte de esos costos a partir de subsidios.
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