La profesionalización del sector fotovoltaico es fundamental para aprovechar el potencial de la energía solar en México y avanzar hacia un futuro más sostenible y energéticamente eficiente.

No obstante, esta requiere de un marco regulatorio claro y estable que promueva estándares de calidad, normativas de instalación y conexión a la red, procesos simplificados para los trámites administrativos, acceso al financiamiento e investigación y desarrollo.

Bajo esta premisa, Aldo Díaz Nuño, Presidente Nacional Consejo de Profesionales en Energía Fotovoltaica (CPEF) destaca los grandes desafíos que enfrenta la industria en conversaciones con Energía Estratégica.

¿Qué retos se presentan en la profesionalización del sector?

El reto más grande sigue siendo la barrera gubernamental y la madurez de la población. Aunque la actual administración no ha creado políticas en contra de la generación distribuida en México, cuando ha demostrado acciones hacia el mercado de utility, se ha afectado profundamente el mercado de generación distribuida. Esto es porque el mercado mexicano no entiende todavía las diferencias entre uno y otro.

El segundo reto es el llevar la profesionalización por encima de lo técnico. Más allá de no cumplir con la norma, la mayoría de las instalaciones no cuenta con un contrato y un respaldo jurídico adecuado. Las empresas son en su mayoría pequeñas y no cuentan con planes de desarrollo, elementos de administración y visión empresarial, estrategias de posicionamiento y valor diferencial, entendimiento de los beneficios económicos y fiscales, etcétera. 

Esto es vital, ya que sin este conocimiento más allá de lo técnico, lo que está ocasionando son falsas promesas en el mercado. Muchas empresas quebraron dejando a los clientes colgados. Este fenómeno es ocasionado por falta de ética, resoluciones rápidas y ventas sin un modelo de valor claro, entre otras cuestiones.

¿Y cuales son las oportunidades?

 Las oportunidades en México son muchas, desde la política pública hasta la legislación. Es importante el apoyo de proyectos que permitan apuntalar a una transición energética de valor, segura y sustentable.

También es necesario implementar un canal de comunicación en todos los actores como fabricantes, distribuidores e instaladores para crear reglas claras y apuntar hacia un mercado competitivo y de calidad.  

México tiene todas las características y condiciones para estar en los rankings mundiales de uso de energía solar y vamos a lograrlo. Los retos son mayúsculos. En ello estamos ocupados. Debe quedar claro que no son suficientes la buena voluntad, el discurso o el agravio. 

Estamos ante un cambio de paradigma que exige un esfuerzo conjunto del tamaño de las dificultades. ¿Cómo vamos a defender la profesión? Evidentemente, siendo mejores. Creando canales de comunicación asertivos, modelos educativos actualizados y creando una comunidad transparente que permita sumar.  

Hay oportunidad en México que las marcas en cualquier parte de la cadena tomen un liderazgo de mercado que les permita crecer de manera constante. El que gane la batalla tendrá mercado al menos para los próximos 12 años.

¿Ha crecido el número de certificaciones para profesionales en energía fotovoltaica?

Las certificaciones actualmente siguen siendo las mismas. Esperamos que a final de año se obtenga una actualización en ella. Sin embargo, los modelos educativos han crecido hacia la especialización. 

Ya no basta el conocimiento de la norma técnica, ahora se está impulsando hacia mercados individuales como: electromovilidad, bombeo solar, termografía de drones, etc. 

De igual manera, se ha ampliado para que profesionales de otras áreas puedan tener acceso a la especialización en energía fotovoltaica apegadas a su rama, como especialistas en contratos legados y reglamentación energética, marketing digital orientado a modelos de valor energético, formación en alta dirección para mujeres en energía, entre otros.

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