. Con la llegada del invierno y las primeras olas de frío polar, calefaccionar la casa se convierte en una necesidad imperiosa. En las últimas semanas, volvieron a ponerse en funcionamiento aquellos artefactos que estuvieron apagados durante el verano y buena parte del otoño.

Por descuidos o mal mantenimiento de los equipos, en esta época se incrementan los casos de intoxicación por monóxido de carbono (CO), un gas altamente peligroso al que se suele llamar “el asesino silencioso” porque carece de olor, sabor y color, lo que lo hace indetectable a través de los sentidos. Se produce por una mala combustión y puede causar dolor de cabeza, mareos, vómitos, desmayos, palpitaciones e incluso la muerte.

“En Argentina, se reportan 40.000 casos de intoxicación por monóxido de carbono cada año y fallecen aproximadamente 200 personas por esta causa. Es más común durante el invierno en climas fríos; después de los desastres naturales cuando se utilizan cada vez más generadores portátiles alimentados con gasolina; y en inhalación de humo y víctimas de incendios”, explica el doctor Juan Gabriel Muñoz (M.N. 148.485), médico pediatra.

Desde la empresa MetroGas, que abastece a más de 2 millones de hogares en el AMBA, coinciden en que si bien las intoxicaciones se pueden registrar incluso en verano, en esta época del año los casos son más frecuentes. “Esto se debe a la utilización de artefactos de calefacción inadecuados, como hornallas y hornos, o bien adecuados pero sin mantenimiento o con mala ventilación”. Por ese motivo, desde la compañía advierten que hay tres errores muy comunes que pueden elevar el riesgo de exponerse a estas situaciones:

Mal funcionamiento de los artefactos porque la ventilación no es la correcta. En vez de haber una llama celeste/azulada pasa a ser naranja/rojiza, sinónimo de que hay una mala oxigenación de la combustión y que se está produciendo una emanación de monóxido de carbono.

Conductos de ventilación que fueron retirados por tareas de pintura o limpieza y que luego fueron mal instalados por falta de conocimiento de la función que cumplen estas instalaciones. La consecuencia es que deja de ser seguro el intercambio de gases con el exterior.

Rejillas de ventilación obstruidas, que también impiden el correcto intercambio de gases con el exterior, por lo que el monóxido se acumula en el interior.

Además, desde la empresa prestadora de servicios públicos agregan que si bien todo artefacto en regla no representa ningún peligro, los calefones suelen ser uno de los principales emisores de este gas tóxico cuando tienen un mal funcionamiento. Esto se debe a que son equipos de muy alto consumo: su uso equivale a 20 hornallas encendidas en simultáneo. Por eso es que está prohibida su instalación en baños y dormitorios.

Cómo se genera la intoxicación por monóxido de carbono

El monóxido de carbono ingresa al organismo –tanto de personas como de animales- a través de los pulmones y desde allí pasa a la sangre, ocupando el lugar del oxígeno. Reduce la capacidad para transportar oxígeno de la sangre y hace que las células no puedan utilizarlo. La falta de oxígeno afecta principalmente el cerebro y el corazón. Debido a su mecanismo de acción tiene muchas posibilidades de causar secuelas neurológicas tardías, explica el doctor Muñoz.

Los efectos de la inhalación de CO varían según la concentración en el ambiente y la duración de la misma, por lo que no se puede estimar en cuanto tiempo puede causar un cuadro grave o la muerte. “En cuanto a los síntomas, es considerado un gran simulador de enfermedades, por eso hay que sospechar el diagnóstico en época invernal. Los grupos más vulnerables a la intoxicación son los niños y niñas, personas gestantes, adultos mayores, fumadores, pacientes con enfermedades cardiovasculares y respiratorias, apunta el experto.

Los hallazgos clínicos del envenenamiento por CO son muy variables y en gran medida inespecíficos, lo que puede demorar la correcta identificación de un caso. “Los pacientes con intoxicación leve o moderada a menudo presentan síntomas constitucionales y pueden ser mal diagnosticados con síndromes virales agudos. En casos más graves pueden aparecer palpitaciones, arritmias, pérdida del conocimiento y convulsiones. En el caso de lactantes, pueden manifestarse con llanto continuo, irritabilidad, rechazo del alimento, y alteración de la conciencia”, agrega el profesional médico.

En cualquier caso, ante la sospecha de estar sufriendo una intoxicación con este gas tóxico, la recomendación de MetroGas es apagar los artefactos, abrir puertas y ventanas de todos los ambientes, salir al aire libre con todos los integrantes del grupo familiar y mascotas y acercarse de inmediato al centro de salud más cercano.

Las claves para evitarlo

Además de difundir información sobre las características, síntomas y riesgos de la intoxicación, el Día de Concientización y Prevención contra el Monóxido de Carbono apunta a impulsar una serie de medidas prácticas que permiten evitar que los artefactos que utilizamos a diario en nuestras casas y en ámbitos laborales o educativos emanen este gas tóxico.

“Existen monitores de CO equipados con alarmas que son relativamente económicos, están ampliamente disponibles y pueden salvar vidas. Solo se recomiendan los artefactos certificados por Enargas”, aconseja el doctor Muñoz. Otra medida preventiva simple es tener la constancia de verificar que las llamas de los artefactos sea de color azul.

En tanto, desde MetroGas recomiendan estar atentos a los siguientes consejos:

Utilizar solo artefactos aprobados.

En baños y dormitorios colocar únicamente artefactos de tiro balanceado.

No usar artefactos de cocina (hornallas y hornos) para calefaccionar.

Mantener siempre los ambientes ventilados con las rejillas compensadoras. Estas deben estar libres de obstrucciones y colocadas en forma reglamentaria.

Si los conductos de evacuación (chimeneas o salidas al exterior) se retiran para trabajos de limpieza o pintura, deben ser reinstalados por un gasista matriculado.