A pesar de que en la regulación de México existe un límite de potencia instalada de 500 kW para proyectos de generación distribuida, cifra bastante inferior a otros países latinoamericanos, las instalaciones de este segmento tanto a nivel residencial como comercial e industrial crecen con fuerza en el país.
De acuerdo a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en el podio de los estados mexicanos con mayor generación durante el segundo semestre del 2022, se encuentra Jalisco (407.08 MW), seguido por Nuevo León (282.18 MW) y Chihuahua (176.58 MW). Esos tres estados acumulan más de la tercera parte de los permisos de generación en el país y de toda la potencia operativa en esta categoría.
No obstante, otras entidades federativas buscan seguir incrementando esta industria. En efecto, Efrain Villanueva, ex secretario de Ecología y Medioambiente de Quintana Roo destaca las expectativas de crecimiento en el corto plazo y describe algunas de las iniciativas que han impulsado a nivel local para cumplir con estos objetivos.
¿En estos últimos años estuvo creciendo la actividad renovable en Quintana Roo?
No a nivel utility scale, pero sí en el segmento de generación distribuida. Si bien todavía no estamos a la altura de otras entidades federativas como Jalisco que tiene el primer lugar en México, estamos a la mitad de la tabla de los demás estados con 39.69 MW de energía renovable fotovoltaica en generación distribuida.
No obstante, en los próximos años esperamos al menos duplicar la generación distribuida actual en Quintana Roo. Desde el estado siempre promovimos la existencia de fuentes de apoyo financiero y al ser cada vez es más accesible, aumenta el volumen de proyectos de esta magnitud.
¿Qué cambios sugieres en el marco regulatorio para aumentar aún más la generación distribuida y cumplir con esos objetivos?
Un aumento en el límite de potencia para generación distribuida ayudaría muchísimo. Desde hace varios años se planteó la posibilidad de elevarlo por lo menos a 1 MW o inclusive más. Pero la visión que tiene la administración federal actual lo ha impedido.
Incluso había un proyecto para ponerle aún más regulaciones a la generación distribuida que afortunadamente no ha avanzado.
En resumen, lejos de favorecer la regulación para aumentar la generación distribuida, lo que el gobierno federal ha intentado es poner más trabas. Por eso es muy complicado que suceda un cambio al menos en lo que resta de esta administración.
En este contexto, ¿durante tu gestión han podido tomar iniciativas propias para el desarrollo de energías renovables, más allá de la agenda del gobierno nacional?
Ante la falta de permisos para proyectos de gran escala, como entidad federativa nos concentramos en proyectos de eficiencia energética y generamos una propuesta de planeación de todo lo que se podría hacer en el estado en materia de energías renovables.
En línea con esa estrategia, dejamos proyectos a nivel de prefactibilidad vinculados al aprovechamiento de los residuos para la generación eléctrica. Aunque no logró concretarse, hicimos un proyecto muy interesante para la Isla de Cozumel dentro del rango de generación distribuida para el aprovechamiento de los residuos: la idea era generar composta y producir 300 Kw de energía eléctrica.
También presentamos otro proyecto interesante para producir biometano en Cancún, el cual podría tener una muy buena rentabilidad.
Estos fueron algunos de los intentos que pudimos presentar y que están a nivel de prefactibilidad. Espero que las autoridades los retomen. Sin embargo, entiendo que el gran problema son los permisos federales para dar luz verde a esas iniciativas.
¿Qué tipo de tecnologías (solar o eólica) se pueden potenciar en la región teniendo en cuenta los recursos y las redes transmisión de la misma?
Hay una visión muy clara: en el centro y sur del estado el potencial es mayormente solar y en el norte eólico. No obstante, Quintana Roo todavía tiene la necesidad de fortalecer sus redes de transmisión para desalojar esa energía.
En ese sentido, las autoridades de la CFE han sido muy cautas porque no hay suficiente infraestructura de transmisión para desalojar un proyecto eólico de por ejemplo 250 MW. Siempre ha habido ese temor de las autoridades federales por la intermitencia de las energías renovables.
Sin embargo, es necesario invertir en las líneas de transmisión para descarbonizar la economía de la región y poder abastecer la gran demanda de energía de manera sostenible.
Teniendo en cuenta la gran afluencia de turistas con las que cuentan, ¿se ha podido avanzar en proyectos de electromovilidad o de almacenamiento?
En electromovilidad todavía tenemos un gran retraso, es otra industria que está todavía sin despegar. Son muy pocas las estaciones de recarga para autos eléctricos en Quintana Roo. Hay un gran déficit todavía en el estado y en el país entero,
Por otro lado, muchos hoteles están incorporando el concepto de vender una experiencia renovable con un manejo sustentable de residuos y proyectos muy eficientes para el consumo de la energía eléctrica y el agua.
De hecho, aprovechan sus residuos para tener su propia generación de electricidad e impulsan la generación distribuida. Hay potencial para acompañar esto con proyectos de almacenamiento. No es un problema de tecnologías, sino de política pública.
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