Al no estar interconectado eléctricamente con ninguno de los sistemas nacionales ni tampoco con gasoductos, la mayoría de la energía que consume el estado mexicano de Baja California Sur debe ser exportada.

De esta forma, se trata de una “isla eléctrica” donde solo se consume combustible, diésel, gas natural licuado y un cifra minoritaria de energía renovable solar y eólica. 

Según el Prodesen, después de la Península de Yucatán, Baja California Sur es la entidad federativa con las tasas de consumo anual más altas, con un incremento del 4.9%. 

En este contexto, de acuerdo a Admonitor, actualmente, el Sistema Interconectado Baja California Sur presenta un nivel atípico de asignación y requerimientos de reserva. Esta condición indica una posible escasez de capacidad de generación de energía eléctrica. Ante casos severos de este tipo, podría haber cortes de energía.

Esta carencia tiene que ver con la falta inversiones y una planeación energética que se ha quedado corta con las necesidades del estado.

En diálogo con Energía Estratégica, fuentes cercanas a Admonitor explican: “Es un sistema que tiene una demanda cercana a 700 MW y que tiene instalado aproximadamente 1100 MW. La capacidad parece suficiente. Sin embargo, al ver la disponibilidad de las plantas, los mantenimientos y los factores de potencia, está experimentando una escasez de capacidad de generación” .

“Si bien ha habido esfuerzos del Gobierno por implementar la capacidad, estos se han quedado cortos. El operador del sistema tiene dos opciones a corto plazo: hacer cortes de energía planeados y mantener los requerimientos de reserva completa o sacrificar el nivel de reserva y operar de forma vulnerable”, agregan.

No obstante, los especialistas destacan las alternativas que ha adoptado el gobierno y sugieren otras que podrían solucionar el problema de una forma más eficiente.

Las 4 alternativas para garantizar su suministro eléctrico, según Admonitor:

Abastecimiento de gas natural: se trata de la opción que ha decidido el Gobierno. La CFE va a adquirir una estación de gas licuado en Pichilingue (aunque no sea nada competitivo para el estado). 

También planea construir una nueva central de ciclo combinado en 2028, que va a estar operando con este combustible menos contaminante que el combustóleo pero igual de oneroso. 

Como Baja California Sur está altamente subsidiado estos precios no le pegan mucho al usuario final, sin embargo, si le pegan a quien subsidia.

Conectar el Sistema Interconectado Nacional (SIN) con Baja California Sur: es un proyecto publicado en el Prodesen que consiste en colocar un cable submarino de 1800 MW.

Para los expertos, esta opción es incongruente porque plantea una cifra descabellada en comparación a la demanda que tiene el estado. 

“No tiene sentido una inversión de 1800 MW cuando solo vas a poder utilizar 150 por la confiabilidad del sistema. Ya la CFE lo calificó como una solución utópica que posiblemente nunca llegue”, aseguran.

Instalar más sistemas de generación eólica o solar renovable acompañada de almacenamiento: teniendo en cuenta que los consumos máximos de Baja California Sur son por la  noche, una buena idea sería abastecer esa energía mediante las descargas de las baterías. 

“Conceptualmente la solución tiene mucho sentido pero conlleva a que el CENACE invierta en nuevos controles operativos e infraestructura y que cambie su forma de operar para poder tener un sistema con alta penetración de generación renovable. Es todo el reto”, reconocen.

Aumentar la generación distribuida a nivel residencial, comercial e industrial: los usuarios podrían colocar paneles fotovoltaicos en sus instalaciones para autoabastecerse.

En este sentido, los analistas revelan:«Esta cuarta opción sería muy buena pero el gobierno lo está impidiendo. La justificación técnica de la entidad regulatoria es que al ser una demanda tan pequeña (700 MW), si se instalan muchos paneles solares a nivel distribución, CENACE va a perder mucho control operativo”.  

“La única solución a corto plazo que podría ser habilitada por el CENACE sería adoptar tecnologías muy específicas, zero export, donde el usuario pone sus paneles para autoabastecerse pero sin inyectar ni un solo kW a la red”, sugieren.

A modo de conclusión,  los expertos aseguran: “Se requiere una planeación energética encabezado por la SENER que debe redireccionar a cierto rumbo. Hoy en día la postura del gobierno se inclina por la primera opción. Aunque posiblemente no es la mejor, es útil a corto plazo”.

“No obstante, se está desaprovechando la oportunidad de tener un sistema que les sirva de laboratorio para una transición energética y que sea un ejemplo a seguir”, concluyen.

 

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