La derrota en las PASO, la devaluación del peso y la aceleración de la crisis financiera dejó al gobierno en una situación de extrema debilidad para gestionar la transición. En este nuevo y dramático escenario, el interrogante que se repite entre directivos de la industria energética es qué sucederá con tres proyectos críticos de infraestructura lanzados por el Ejecutivo. El riesgo es que se ralenticen al menos hasta que asuma la próxima administración. El listado incluye la reversión del Gasoducto del Norte, cuya licitación estaba prevista para la semana pasada, pero que aún no se publicó en el Boletín Oficial; la incorporación de 3000 MW de generación térmica y el segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner.  

Reversión del Gasoducto del Norte. El gobierno viene anticipando desde hace varias semanas que la licitación de la obra es inminente. De hecho, el Ministerio de Economía incluyó el punto en un listado de anuncios previstos para esta semana. La obra es clave para el abastecimiento del centro y norte del país porque permitiría reemplazar el declino de las importaciones de gas de Bolivia con producción de Vaca Muerta. El financiamiento contempla fondos del Tesoro y de la CAF. También se deberá avanzar con la licitación de los caños. En ese caso el financiamiento correría por cuenta del BNDS de Brasil. Sin embargo, más allá de que se avance con la licitación, el desafío es que la obra la obra se concrete en los plazos previstos (debería estar lista para junio de 2024). Es probable que luego de haber subido un 22 por ciento la cotización del dólar oficial el lunes pasado, todos los números del proyecto deban revisarse. El impacto sobre los componentes importados es automático y el precio de los insumos locales también está siendo ajustado en medio de una inflación que se espiralizó. La decisión de devaluar sin ningún plan a la vista y sin siquiera hacer una conferencia de prensa para explicar qué es lo que se está haciendo, incrementó la sensación de desgobierno y le dio luz verde a todo tipo de especulación. En Energía explicaron que el lanzamiento del concurso por parte de Enarsa —que es una prioridad para la secretaria Flavia Royón— se concretaría la semana que pasó, dado que estaban esperando el aval definitivo al pliego de la CAF, que otorgó un crédito de US$ 540 para financiar la obra.  

Incorporar generación térmica. El gobierno lanzó el 27 de julio una convocatoria nacional e internacional para tratar de sumar 3000 MW al parque de generación térmica. El pliego establecía que las empresas interesadas debían presentar sus ofertas el 31 de agosto próximo, pero desde Economía adelantaron que ese plazo se extenderá hasta el 26 de septiembre. El principal inconveniente para las compañías es que la búsqueda de financiamiento para los proyectos coincide con la corrida cambiaria. Por lo tanto, será difícil avanzar, sobre todo si se toma en cuenta que el pliego establece que los oferentes respaldarán el cumplimiento de sus obligaciones mediante el pago de una Garantía de Mantenimiento de Oferta, que se establece en función de la potencia comprometida, y luego un pago mensual por mantenimiento de adjudicación que la empresa podrá recuperar sólo si cumple con los tiempos de construcción. Aún así, en el área de Energía Eléctrica del gobierno confían en que el proceso licitatorio, que está en manos de Cammesa, siga su curso sin mayores dilaciones.

Gasoducto Néstor Kirchner. El 9 de julio quedó formalmente inaugurada la primera etapa del Gasoducto Néstor Kirchner, obra que une la localidad neuquina de Tratayén con la ciudad bonaerense de Salliqueló, 273 kilómetros al norte de Bahía Blanca. Desde allí, está previsto avanzar con una segunda etapa que permitirá extender el caño hasta San Jerónimo, en el sur de Santa Fe. De ese modo, la capacidad de transporte diario de gas terminará siendo de hasta 44 millones de metros cúbicos diarios, lo que permitirá ahorrar unos mil millones de dólares por año que hoy se destinan a la importación de Gas Natural Licuado y combustibles líquidos, como fueloil y gasoil. El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció a mediados de abril que la licitación del segundo tramo se pondría en marcha el mismo día de la inauguración de la primera etapa y que se invitaría al sector privado para que junto con el Estado trabajen de manera colaborativa en el proyecto. “El mismo día que inauguremos la primera etapa del gasoducto vamos a poner en marcha la licitación de la segunda etapa, con la particularidad de que en el caso del segundo tramo lo vamos a hacer invitando a invertir al sector privado en un esquema que permita que el desarrollo local y de potenciales mercados externos se de en un marco en el que el Estado y el sector privado lo hagan de manera colaborativa y asociada”, aseguró. Eso no ocurrió y en Energía sostienen que Massa quiere lanzar la nueva licitación a mediados de septiembre, pero por lo bajo reconocen que en medio del tembladeral cambiario que se produjo después de las PASO será complejo cumplir con ese objetivo.

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