La Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil elaboró un diagnóstico de las oportunidades y principales barreras para el desarrollo de proyectos eólicos offshore destinados a la producción de hidrógeno verde en el país.
El documento determinó las áreas con mayor potencial para el avance de dichas centrales de generación renovable y su rol para abastecer la demanda de H2, como también propuestas de proyectos para explotar sus capacidades.
En ese sentido, la región nordeste de Brasil es la que actualmente se posiciona mejor ya que el factor de capacidad oscila entre 38% y 47%, principalmente en los estados de Rio Grande do Norte, Ceará, Piauí y una parte de Maranhão, sumado a la posibilidad de reducir costos de infraestructura y logística como puntos que conduzcan a una mayor rentabilidad del proyecto en el largo plazo.
“La principal vocación de la región Nordeste para la producción de hidrógeno bajo en carbono y sus derivados sería la exportación al continente europeo. La distancia entre el Puerto de Pecém (São Gonçalo do Amarante-CE) y el Puerto de Rotterdam en Holanda es de alrededor de 7.500 km o nueve días por transporte marítimo”, señala el informe.
Y si bien hay alrededor de 35 parques eólicos marinos con solicitudes de licenciamiento ambiental, la CNI de Brasil determinó que “muchos de estos proyectos probablemente enfrentarán barreras de licencia, ya que están ubicados en un lugar prioritario de conservación”; aunque también es cierto que todavía hay áreas con potencial donde no se presentaron proyectos en el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA)
Por su parte, la zona sureste del país cuenta con diversos puertos que podrían convertirse en hubs de hidrógeno, además de que ya está en marcha la construcción de Porto Central, que pretende ser un polo energético por estar en el límite de los estados de Río de Janeiro y Espírito Santo.
“El estado de Río de Janeiro cuenta con importantes carreteras que pueden facilitar la creación de estos polos y conexiones con la industria, incluidas las de São Paulo y Minas Gerais”, afirma el documento de la Confederación Nacional de la Industria.
“Hay cuatro solicitudes de licencia en Espírito Santo y nueve en Río de Janeiro, totalizando alrededor de 33,2 GW de potencia. (…) En el caso de Río de Janeiro, la energía de los parques eólicos marinos puede utilizarse para consumo interno, no sólo en el estado, sino también cerca de los centros de carga de São Paulo y Minas Gerais. Como centro energético mejor posicionado, Porto do Açu tiene un área retro equivalente a casi dos islas de Manhattan, lo cual es importante para los inversores”, agrega.
Mientras que la región sur es considerada como el área con “mayor potencial bruto de Brasil para la eólica offshore”; aunque con las vigentes restricciones técnicas, ambientales y económicas, las áreas de exploración se reducen a Lagoa dos Patos, en Rio Grande do Sul.
Debido a esto, el área de conservación cartografiada en la costa de la región Sur se considera de “extrema prioridad”, aunque la región ya cuenta con 21 proyectos [en licenciamiento ambiental] en Rio Grande do Sul y uno en Santa Catarina.
Y si bien la implementación de parques eólicos en aguas jurisdiccionales del país representa una oportunidad para el mercado interno y externo, desde la Confederación Nacional de la Industria plantearon que existen desafíos regulatorios, de marketing, de infraestructura y tecnológicos.Por lo que aportaron una serie de recomendaciones para aprovechar todo el potencial:
Mapear los actores involucrados en este mercado para poder evaluar los puntos de conflicto y el potencial de alianzas entre ellos.
Definir los criterios para resolver el problema de superposición de transferencia de áreas con solicitud de licencia en el IBAMA.
Reducir las incertidumbres en los costes de los parques eólicos offshore para la producción de hidrógeno, siendo necesario aplicar métodos de simulación para estimar mejor estos costes, incluida la evaluación de alternativas tecnológicas.
Estudiar alternativas de incentivos económico-financieros para viabilizar proyectos eólicos marinos para la producción de hidrógeno, considerando experiencias internacionales.
“La energía eólica marina es una parte integral de la Estrategia industrial para una economía baja en carbono y desbloquear esta agenda es una prioridad incluida en el plan de recuperación de la industria”, subraya el documento.
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