A pesar de décadas de inversión en energías renovables, principalmente hidroeléctricas, Costa Rica ha tenido que recurrir al uso de combustibles fósiles para cubrir parte importante de su demanda eléctrica.

«Costa Rica viene quemando combustible fósil desde febrero de este año y no ha parado de momento», advirtió Ignacio Salazar, director comercial de Greenergy Costa Rica.

En conversación con Energía Estratégica, Ignacio Salazar resaltó la urgente necesidad de replantear la estrategia energética del país y darle un mayor protagonismo a las energías renovables instaladas en los puntos de consumo.

“Estamos en un reto de hacer ver que la generación distribuida y los recursos energéticos distribuidos no son solo un ahorro, sino que además pueden mitigar problemas colaterales mayores del sistema y evitar una quema de combustible fósil que es hoy el 15% de nuestra matriz eléctrica”.

Siguiendo el análisis del director comercial de Greenergy Costa Rica existe un problema fundamental: la falta de reconocimiento a la generación distribuida y los recursos energéticos distribuidos como elementos clave en la seguridad eléctrica del país. Esta falta de reconocimiento, considera Salazar, ha obstaculizado el desarrollo de un marco regulatorio que permita una mayor adopción de tecnologías más limpias.

«Costa Rica va lastimosamente un poquito un paso atrás con la nueva regulación. Todavía no hay un esquema de servicios auxiliares que se puedan vender a la red para poder fomentar este tipo de soluciones», indicó.

Estamos en un punto de inflexión. El país está en crisis de precios, en diciembre del año pasado las tarifas han crecido un 31% en Costa Rica, el sector industrial está sufriendo mucho y ya el ICE pidió un 24% de incremento para el próximo año nuevamente, sin incentivar plantas de generación ya sea propias o privadas”, cuestionó.

Sin embargo, destacó que existen algunos avances que representan “un respiro para el sector” como la reciente aprobación del Procedimiento de capacidad de penetración de recursos energéticos distribuidos (DER) por circuito de distribución que se integran con las redes de distribución del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

Por lo que, a pesar de estos desafíos, Ignacio Salazar se mostró optimista sobre el papel que pueden desempeñar a futuro las renovables distribuidas y el almacenamiento en la superación de la crisis eléctrica.

“Pienso que es un reto muy interesante para abordar, pero aún resta que las distribuidas sean vistas como la alternativa que perfectamente podría evitar problemas mayores en los años que vienen”.

«Si logramos sobrepasar esa barrera, frente a una eventual crisis que podríamos estar experimentando en los próximos años, la tecnología solar fotovoltaica sería la respuesta más inmediata por su tecnología de rápido despliegue, en seis meses podemos tener una planta de 1 MW de 2 MW lista. Todavía estamos a tiempo para poder tener plantas listas en verano e incluso sumar almacenamiento», afirmó.

Greenergy Costa Rica tiene experiencia en este campo. Con más de 16 años de trayectoria en el mercado, la empresa ha instalado aproximadamente 16 MW de potencia fotovoltaica y 5 MWh en almacenamiento de energía.

En los últimos dos años, ha materializado varios proyectos fotovoltaicos con almacenamiento y microrredes fotovoltaicas de escalas interesantes desde los cientos de kilovatios hasta los múltiples megavatios de potencia. Sumando récords de importación, entre ellos ser los máximos importadores de baterías de litio por segundo año consecutivo en el sector solar de Costa Rica.

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