Se calcula que un auto eléctrico contiene alrededor de 75 kilos de cobre, tres veces más que un auto convencional. El mundo se dirige hacia estos vehículos y va a necesitar cada vez más cobre. Las baterías para los autos eléctricos se las vincula con el litio, pero además deberían estar asociadas al cobre. El proceso de electrificación y el incremento de las energías renovables en el mundo también demandará cada vez más a este mineral. La transición energética tiene ineludiblemente al cobre como el gran protagonista.
La Argentina dejó de producir cobre en 2018, cuando cerró la mina Bajo Alumbrera. Y va a estar sin producción durante algunos años más. Pero el país tiene en carpeta proyectos que por sus recursos y dimensiones son de clase mundial. Uno de ellos es Los Azules, un mega desarrollo de cobre ubicado en la Cordillera de Los Andes a 80 kilómetros al oeste de la localidad de Calingasta, en la provincia de San Juan. Medido en recursos, es uno de los proyectos más grandes del mundo.
Mike Meding es el vicepresidente y gerente General de McEwen Mining, la compañía canadiense que opera Los Azules. Nació en la ciudad alemana de Düsseldorf y vive en San Juan hace nueve años. EconoJournal lo entrevistó en profundidad. Analizó el cobre a nivel mundial, pero -sobre todo- describió la oportunidad de la Argentina si vuelve a la era del cobre. Dijo que “Los Azules puede cambiar el destino de San Juan” y que “para este proyecto el mercado interno representa una oportunidad muy grande para aportar cobre para la industrialización de la Argentina”.
El principal accionista de Los Azules con el 47,7% de participación es McEwen Mining. Tiene como socios al gigante Stellantis (19,4%), la automotriz más grande de la Argentina y una de las más importantes del mundo, y a Río Tinto (14,5%), la segunda compañía minera a nivel internacional.
Según McEwen, Los Azules demandará una inversión inicial de US$ 2.500 millones y de otros US$ 2.200 millones durante la vida útil (32 años). Podrá comenzar a producir hacia fines de 2029 o inicios de 2030. Las exportaciones superarían los US$ 1.200 millones anuales. Un detalle lo distingue de otros proyectos: producirá cátodos de cobre que, a diferencia del concentrado (como la mayoría de los proyectos), se comercializan directamente.
– ¿Cuál es el estado actual de Los Azules?
Estamos en etapa de exploración avanzada, donde se incluyen distintas fases de la perforación. Vamos a poder contar con información técnica para la redacción de nuestro estudio de factibilidad, que pensamos finalizarlo a fines de 2024 y publicarlo en el primer trimestre de 2025. En abril de 2023 presentamos el permiso ambiental y durante 2024 vamos a esperar su aprobación para la futura construcción y operación de la mina. El estudio económico preliminar (publicado en junio de 2023) arrojó una vida útil de 27 a 32 años y la producción de cátodos de cobre, que hace que Los Azules sea distinta a los otros proyectos de cobre del país. La gran mayoría prevé fabricar concentrado de cobre. En cambio, nosotros vamos por los cátodos, que son placas de cobre directamente industrializable, para comercializar incluso en la Argentina potenciando así la cadena de valor.
– ¿Qué inversión requiere el proyecto?
Vamos a tener una inversión inicial de US$ 2.500 millones y estimamos otra durante la vida útil de la mina de US$ 2.200 millones en bienes de capital. En este momento están trabajando aproximadamente 900 personas (170 en forma directa y 730 de contratistas entre proyecto y oficinas), la etapa de construcción empleará aproximadamente 2.000 personas y en operación suponemos 1.000 personas en forma directa y estimamos que puedan ser hasta 2.000 empleos indirectos proporcionando bienes y servicios a la mina durante 30 años o más. Podemos aportar al desarrollo de San Juan y de la Argentina durante generaciones porque el proyecto podrá incluso crecer. Las exportaciones estimadas, dependiendo del precio del cobre, sumarían alrededor de US$ 1.200 millones en promedio anual. Es decir, creemos que Los Azules puede cambiar el destino de San Juan. Por supuesto que el impacto será mayor si sumamos a otros proyectos de cobre como Josemaría, Altar, Filo del Sol, entre otros.
– ¿Qué beneficio tiene producir cátodos y no concentrados?
Se comercializa directamente. En el camino para la disminución de la huella de carbono se necesita el aumento de la producción de cobre. La electromovilidad es una realidad mundial y debemos estar preparados para ese cambio. En la actualidad en la Argentina se fabrican alrededor de 500.000 autos por año y hay una capacidad instalada para un millón. Hay una base de industrialización importante en el país. La mitad de los autos que se producen en la Argentina se exportan. La producción de Los Azules puede ser parcialmente comercializada en el país. Esto puede permitir el desarrollo de la cadena de valor con empresas que hacen, por ejemplo, cables o motores y en un futuro posiblemente se puedan fabricar baterías. Esto es relevante porque un componente importante en las baterías de litio también es el cobre. Con el desarrollo cuprífero se podría dar toda una integración en la cadena de valor que hoy no existe. A partir del proyecto de cobre Los Azules se pueden desarrollar distintas industrias en San Juan y en otras provincias.
– ¿El mercado interno es uno de los objetivos de Los Azules o están pensando principalmente en la exportación?
El cobre es una oportunidad histórica para la Argentina. En los próximos diez años las exportaciones podrían llegar a los US$ 10.000 millones anuales y, así, representar el 20% de las ventas al exterior del sector agrícola argentino. Adicionalmente, en el caso de Los Azules el mercado interno representa una oportunidad muy grande para aportar producción de cobre para la industrialización de la Argentina. Sabemos que el sector minero es netamente exportador y más allá de traer divisas al país (hoy el 90% de las exportaciones mineras representan ingresos genuinos de divisas), el cobre es la oportunidad para la Argentina de subirse al tren de la electromovilidad. La Argentina se puede desarrollar industrialmente con el cobre. En San Juan, que es una provincia que sin la minería es poco viable, se podrían instalar industrias que utilizan nuestras placas de cobre y le agreguen más valor. El cobre puede apalancar el desarrollo industrial del país.
– En el sector se habla de un marco para poder desarrollar proyectos de cobre como Los Azules. ¿Qué significa esto?
Si, necesitamos un marco. Si bien financiamos en los últimos dos años US$ 400 millones, buena parte de eso nos aportaron en pesos en la Argentina. Stellantis invirtió parte de sus ganancias en nuestra empresa en el país. Sabe que la electromovilidad es importante y tener acceso al cobre también. Por eso quiere desarrollar una mina que puede contribuir a su propio abastecimiento. Esto es muy novedoso porque fue la primera vez que una empresa automotriz invirtió en un proyecto de cobre a nivel mundial. Tenemos un compromiso de ser neutro en términos de emisión de gases de efecto invernadero hasta 2038, esto es algo que el mundo necesita.
– ¿Cómo es en la actualidad el trabajo en la mina?
Nosotros estamos dentro del top cinco de proyectos de cobre del mundo por la cantidad de equipos de perforación que en la actualidad tenemos operativos. Hoy hay 20 equipos en la mina y 19 están perforando en simultaneo. Ningún otro proyecto tiene esta cantidad de máquinas en la Argentina y muy pocos a nivel mundial. En el presente tenemos siete contratistas locales e internacionales de perforación. No conozco empresas mineras que en fase de exploración tengan máquinas diamantinas propias en la Argentina. Compramos ocho equipos (con un valor de alrededor de US$ 800.000 cada uno), seis ya están trabajando en sitio y esperamos dos se terminen sumando en enero. De esos seis, cuatro los operan empresas de San Juan. En exploración estamos a la par de los proyectos más grandes a nivel mundial, jugamos en las grandes ligas. Por eso esperamos que con el nuevo gobierno nacional podamos conversar esta oportunidad enorme que existe con el cobre y que se tengan en cuenta nuestras consideraciones que son necesarias para el desarrollo.
– Los Azules podría comenzar a producir en 2029 o 2030. ¿Qué necesita el proyecto para llegar a ese momento?
Necesitamos un marco económico que nos permita llevar adelante el financiamiento de US$ 2.500 millones. La minería se presenta como la solución a varios problemas, pero se requiere confianza a nivel internacional y un marco regulatorio y macroeconómico que fomente esta inversión.
– El gobierno de Javier Milei, según noticias periodísticas, estaría avanzando en un aumento de las retenciones a las exportaciones mineras que saltan de 4,5 y 8 por ciento al 15 por ciento, al menos en un primer momento. ¿Cómo impacta esta política en un proyecto como Los Azules?
Lo que necesitamos es lo que pidió también el sector en general: que se respete la Ley de Inversiones Mineras (Ley 24.196) y la estabilidad fiscal, un tipo de cambio competitivo y libre disponibilidad de divisas, la reducción de las retenciones progresivamente hasta su completa eliminación y libertad para la importación de bienes y servicios. Un derecho de exportación como circula en la prensa será un factor limitante para el desarrollo de nuestro proyecto, igual que el impuesto PAIS que encarece la importación (saltó a 17,5%). Nuestros proyectos son de alto riesgo y que requieren mucho capital y años para repagar la inversión. Por eso, necesitamos una macro que permita atraer inversiones que en la Argentina no existen. En el país este dinero no está disponible, por eso necesitamos del mercado financiero internacional.
– ¿Qué dimensión a nivel mundial tiene Los Azules?
En el mundo se consumen 25 millones de toneladas anuales de cobre, de las cuales cinco son de reciclaje y 20 son de producción minera. Los Azules está pensado para producir 145.000 toneladas por año en promedio. Representa el 0,7% de la producción mundial. No suena a mucho, pero la demanda de cobre en el mundo puede subir a los 68 millones de toneladas anuales si se tiene en cuenta el camino hacia un mundo más verde para 2050. El mundo necesitará 43 millones de toneladas anuales de cobre adicionales a lo que se produce en la actualidad. Para tomar dimensión, Chile, que es el principal productor mundial, llega a 5 o 6 millones por año. Para 2050 el mundo necesitará producir ocho veces más lo que hoy produce Chile. Esto significa una oportunidad enorme para la Argentina. Hay muchos proyectos que podrán realizarse ya identificados, se podrán sumar más, compartimos la misma cordillera que Chile. Aprovechemos las oportunidades que el mundo nos ha dado.
, Roberto Bellato