La refinería de Abreu e Lima de Brasil será ampliada proximamente convirtiéndose en la más moderna de la región. Sumará 13 millones de litros diarios de diésel a la producción local y será la más moderna planta de su especie en todo el continente americano.
Las nuevas obras -con las que se espera generar unos 30.000 empleos- incluirán una segunda unidad de la refinería, la ampliación de la primera y la construcción de una planta de reducción de emisiones del refino.
La refinería, que pertenece a Petrobras tendrá una inversión para las obras de entre 6.000 y 8.000 millones de reales (entre unos 1.132 y 1.509 millones de euros)
Las obras de la segunda unidad de la refinería (Tren 2) deben comenzar en el segundo semestre de este año y se calcula que finalizarán en 2028, cuando la planta tendrá capacidad para procesar 260.000 barriles de petróleo diarios.
La Refinería Abreu e Lima inició operaciones en 2014 con el primer conjunto de unidades (Tren 1) con una capacidad para procesar 115.000 barriles diarios de petróleo y ahora con la ampliación pasará a 130.000 por día.
El plan original contemplaba la participación de PDVSA. Petrobras aportaría un 60% del capital y PDVSA el 40% restante, pero en 2013, ante la falta de aportes del socio, Petrobras anunció que terminaría en solitario el proyecto.
Aunque fue construida 34 años después de que Petrobras levantara su última refinería en 1980, Abreu e Lima aún es considerada la más moderna de la empresa pues tiene la mayor tasa de conversión de petróleo crudo en diesel (70 %), el combustible más utilizado en Brasil para el transporte de carga.
La planta fue objeto de numerosas polémicas por las demoras en su construcción y sus elevados costos, pues el proyecto tardó más de diez años en finalizar con inversiones que superaron los 18.000 millones de dólares, un monto bastante más alto al proyectado inicialmente de 2.500 millones de dólares.