La administración de Biden ha decidido suspender indefinidamente las aprobaciones para nuevas terminales de exportación de gas natural licuado (GNL). Esta medida impacta a una industria en expansión y representa una victoria para los ambientalistas.
Estados Unidos, actualmente el principal exportador mundial de GNL, ha experimentado un rápido crecimiento en los envíos desde la primera exportación en 2016, especialmente ante la crisis energética en Europa desencadenada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

A pesar del papel más limpio del gas natural en comparación con otras fuentes de energía fósil, la industria estadounidense de GNL ha sido objeto de críticas por parte de activistas climáticos. Estos argumentan que su expansión contribuirá a una dependencia prolongada de los combustibles fósiles.

La pausa anunciada por el Departamento de Energía afectará temporalmente las solicitudes pendientes de 17 proyectos de terminales de exportación de GNL.Medios repubicanos aseguran que la medida es demagógica y llega en un momento estratégico para el presidente Biden, quien busca respaldo de votantes ambientalistas jóvenes para las próximas elecciones.

No está claro aún el impacto sobre el precio que tendrá la retirada del mercado de la ingente producción norteamericana. Algunos expertos sostienen que los EE.UU. podrían estar cediento terreno a Rusia en un momento delicado del conflicto. Jennifer Granholm, secretaria de energía de EE. UU., explicó que la revisión busca determinar si los volúmenes adicionales de exportación son de interés público, conforme a la ley federal. Sin embargo, se aclaró que la pausa no afectará las exportaciones ya autorizadas ni comprometerá la capacidad de abastecer a aliados en Europa y Asia.

Aunque el gas natural es más limpio en comparación con otras alternativas de combustibles fósiles -por ello considerado el combustible de “transición”, aseguran que emite cantidades significativas de dióxido de carbono y metano.

La Casa Blanca destacó que los modelos económicos y ambientales del Departamento de Energía ya no son adecuados y necesitan una actualización. Además, se busca proteger a las comunidades cercanas a las nuevas instalaciones de exportación de los riesgos de contaminación.

La medida también fue comunicada con antelación a la Comisión Europea, y se aclaró que no afectará la seguridad del suministro de la UE a corto y medio plazo. La UE y EE. UU. mantienen su compromiso con la seguridad energética mientras avanzan en acciones climáticas a nivel nacional e internacional.

A pesar de que EE. UU. superó a Qatar y Australia como el principal proveedor mundial de GNL el año pasado, la suspensión de nuevas aprobaciones plantea interrogantes sobre el futuro de la expansión de la industria y su impacto en la reducción de emisiones a nivel global. Empresas y proyectos, como Venture Global’s CP2 en Luisiana, quedan en espera hasta que el Departamento de Energía reinicie las aprobaciones.