Shell registró en 2023 un beneficio neto atribuido de US$ 19.360 millones , un 54,2% menos que en el ejercicio precedente, debido a la caída de los precios del crudo y el gas.
Los ingresos brutos fueron de US$ 32.638 millones casi un 50% por debajo de su récord en 2022, mientras que el ebitda se situó en US$ 68.538 millones, un descenso del 19%, según el comunicado remitido a la Bolsa de Londres.
En su informe da cuenta que la caída de ingresos del año pasado reflejan la caída de los precios del petróleo y el gas, así como menores márgenes en el apartado de refinación, que se compensaron parcialmente por un aumento de las ventas de gas natural licuado (GNL).
En 2023 el barril de petróleo cotizó a una media de 82 dólares, frente a unos 100 dólares en 2022 tras la invasión rusa de Ucrania. Actualmente, el crudo Brent, de referencia en Europa, se mantiene en torno a los 80 dólares y se prevé que se mantendrá alrededor de ese nivel.
La facturación de Shell fue en 2023 de US$ 323.183 millones, frente a 386.201 millones el año precedente, con una deuda neta de US$ 43.541 millones, un 2,9% menos.
En el cuarto trimestre del pasado año los ingresos de la multinacional petrolera fueron de US$ 474 millones un 93% menos que en el mismo periodo de 2022, apuntó en su comunicado.
La empresa anunció un programa de recompra de acciones por valor de US$ 3.500 millones , que se espera que esté completado cuando se publiquen el 2 de mayo los resultados del primer trimestre de 2024. También dijo que espera dar a conocer su estrategia de transición energética para este año el próximo 14 de marzo, cuando difunda detalles a los accionistas y a la sociedad de sus medidas para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
El consejero delegado de Shell, Wael Sawan, dijo que en 2023 la compañía abonó 23.000 millones de dólares a los accionistas y anunció que ahora aumentará su dividendo un 4%.