. El Directorio de la energética YPF aprobó avanzar con un programa de “racionalización y optimización” de la inversión de la empresa en los denominados “campos maduros”, lo cual implica realizar una evaluación de recuperabilidad del valor contable de dichos activos, que arrojaría como resultado un deterioro del valor contable del ejercicio 2023, estimado en U$S 1.800 millones, informó la Compañía.
El plan de racionalización busca optimizar el portafolio del upstream convencional, permitiendo a la empresa continuar desarrollando las áreas convencionales y no convencionales (por caso Vaca Muerta) que aportarán mayor rentabilidad a la compañía y sus accionistas por dólar invertido, mediante una mejor alocación de sus recursos técnicos y económicos, se explicó.
Los campos maduros que conforman el grupo de activos comprendidos constan de un total de 55 áreas. Se denomina “yacimientos maduros” a aquellos que ya pasaron su pico “óptimo de producción”.
Se trata de campos ubicados principalmente en las provincias de Chubut, Santa Cruz y Mendoza, varios descubiertos y explotados por la otrora Yacimientos Petrolíferos Fiscales, luego por la privatizada YPF S.A. (década del 90), y luego por la YPF S.A. (mixta).
“Las buenas prácticas de la industria petrolera establecen que, para las compañías de escala como YPF, no resulta eficiente ni rentable producir petróleo en este tipo de yacimientos, los cuales en general son explotados por operadores más pequeños que puedan dar continuidad a la actividad”, describió el comunicado.
En este proceso, YPF colaborará de forma activa con el desarrollo local y garantizará los puestos de trabajo durante la transición, entendiendo que este proceso dinamiza la industria en su conjunto, ya que nuevas pymes locales podrán dar trabajo y desarrollo a cada región explotando áreas que de otra manera no podrían hacerlo, indicó la petrolera de mayoría accionaria estatal ahora presidida por Horacio Marin.
Con esta puntualización la conducción de YPF procura acotar las alarmas que se encendieron entre gobernadores y gremios petroleros cuando se les explicó cuál sería el plan de la empresa en sus provincias.
El directivo, con 30 años de trayectoria en Tecpetrol, asumió la conducción de YPF por designación del gobierno nacional, oportunidad en la cual se impulsaba una gestión con vistas a mejorar su puesta en valor, y luego privatizar la mayoría accionaria estatizada en 2012.
De hecho, YPF estaba en el listado de empresas que la Administración Milei pretende privatizar, según constancias en el proyecto de Ley Omnibus que el Congreso no aprobó. En las últimas semanas se dejó trascender que el objetivo privatizador para el 51 % de YPF (el 49 % restante esta en manos privadas) no se llevaría a cabo.
En este contexto, ahora se indicó que “la compañía optimizará su inversión, pudiendo concentrarse en aquellas áreas convencionales y no convencionales que generen mayor valor para la compañía y sus accionistas y sean más acordes a su escala”.
Finalmente, se informó que “para llevar adelante este proceso se debe realizar una evaluación de recuperabilidad del valor contable de estos activos convencionales, evidenciando un indicador de deterioro del valor al 31 de diciembre del 2023 estimado en 1.800 millones de dólares”.