HOUSTON.- Javier Martínez Álvarez, presidente para el Cono Sur de Tenaris, el mayor proveedor de tubos sin costura para la industria hidrocarburífera, analizó cómo la industria energética global está recalibrando la discusión en torno a la transición energética de cara a reducir las emisiones de carbono a la atmósfera, una agenda que en la Argentina queda relegada de manera recurrente por las urgencias coyunturales ligadas a los avatares macroeconómicos.

En diálogo con EconoJournal, que lo entrevistó durante el CERAWeek by S&P, la mayor conferencia de energía que se realiza esta semana en esta ciudad, el ejecutivo percibe un cambio de lectura dentro de la agenda de transición, que parece haber dejado de demonizar a los hidrocarburos para buscar soluciones pragmáticas que mitiguen el nivel de emisiones hasta que nuevas tecnologías estén en condiciones reales de reemplazar el rol del petróleo y el gas como principal fuente de suministro de energía global.

“Entonces hay como una madurez en la idea de lo que cuesta y el tiempo que va a llevar la transición energética”, advirtió el directivo.

Javier Martínez Álvarez, presidente para el Cono Sur de Tenaris.

–¿Qué impresiones se llevó de la agenda que se discute en el CERAWeek, que abordó tópicos distintos a los que habitualmente discutimos en la coyuntura argentina como transición energética, descarbonización y reposicionamiento geopolíticos, entre otros?

–Una primera impresión es que percibí una actitud o un humor positivo en la industria global, que creo que es algo valioso. Entre los hitos relevantes que ocurrieron en el último tiempo, destaco la decisión de Arabia Saudita, en medio de la ‘La guerra de Putin’, como dicen ahora acá en Estados Unidos, de buscar una estabilidad de precios en niveles sostenidos para el petróleo, que están alimentando de alguna manera este buen humor que se observa. Eso se sostiene.

El segundo hito que veo diferente de la música o de la tendencia que se veía hasta hace algún tiempo atrás es una mayor toma de conciencia del conjunto del sistema (la sociedad, la política y las industrias) de los costos implícitos de la transición energética. Entonces hay como una madurez en la idea de lo que cuesta y el tiempo que va a llevar la transición energética. Existe un reconocimiento del crecimiento que están teniendo las renovables, que es muy sostenido, muy bueno, pero que no llega a acompañar el crecimiento del consumo energético. Me llamó mucho la atención, en ese sentido, el análisis de cómo hay industrias que uno no las tenía tanto en el radar que están traccionando la demanda global.

–¿Cómo cuáles por ejemplo?

–La industria de la inteligencia artificial, por ejemplo. Industrias nuevas que aparecen que son voraces en el consumo de energía. Entonces, ahí es donde se empieza a ver una toma de conciencia del costo de la transición. Se comienza a hablar, entonces, de manera más elaborada y sofisticada en dónde tiene que ser el salto, por ejemplo, en el tema vehicular, el auto híbrido o el auto eléctrico. Y una toma de conciencia también respecto a que los países van a tener distintas soluciones con distintas velocidades.

Una mirada también de lo que a nivel global están llamando como ‘Global South’, en referencia a países que ponen el foco en la importancia de proveer energía competitiva a sus ciudadanos, como una prioridad respecto a otras y a otros lugares del planeta donde hay prioridades que pueden ser diferentes. Este es un segundo tema que me pareció interesante de esta edición.

–Durante la primera jornada, Amin Nasser, CEO de Saudi Aranco, puso como eje de la transición los materiales, como el acero o el cemento, haciendo alusión a cuánto se puede mejorar la durabilidad, la huella de carbono. ¿Qué mirada tiene sobre ese análisis?

–Lo escuché y creo que comparte nuestros valores (en Tenaris). Empresas como la nuestra tienen un rol en esta mirada un poco más sofisticada a la que hacía referencia antes, de poner la atención en la mejora del ambiente trabajando principalmente en los procesos industriales internos. Te pongo un ejemplo nuestro. Nosotros acabamos de hacer un primer proyecto eólico terminado y conectado. Estamos encarando un segundo, dentro de un programa de Tenaris, de reducción de su footprint (huella) de carbono del 30% al 2030. Tiene que haber mucho de esto hecho y yo creo que es una parte importante de esta transición energética inteligente.

Creo que sí va a haber una ventana siempre del petróleo y otra ventana muy grande del gas natural. Creo que se vio en esta edición, y es otro de los highlights del encuentro, una potencia muy importante en el gas, con un doble rol: por un lado, como sustitutivo del carbón y el petróleo para mejorar las emisiones y por otro lado, como complementario de las renovables para balancear la intermitencia que justamente tienen las renovables. Ese doble juego del gas me pareció interesantísimo y abre una proyección hacia futuro enorme para la Argentina, en línea también con la suspensión de la habilitación de nuevos proyectos de LNG en EE.UU. por decisión de la administración Biden, tal vez con algún punto de impacto en la Argentina.

-A nivel global, la identidad del grupo Techint está muy marcada por los siderúrgicos. Si tuviese que marcar, desde lo siderúrgico, tres o cuatro ejes que van a trabajar en los próximos 10 años sobre esta agenda de transición, ¿cuáles serían?

–En los distintos scopes que tiene el tema del dióxido de carbono, el más relevante para nosotros son las fuentes de energía, por eso estamos haciendo lo que estamos haciendo en Argentina: 200 MW de parques de energía renovables que van a permitir de nuestra planta en Argentina tener prácticamente 100% de su abastecimiento de fuentes renovables energéticas.

Después existe un trabajo muy difícil de comunicar, pero terriblemente complejo dentro de nuestra empresa, que es trabajo en cada uno de nuestros procesos industriales. Nosotros tenemos mucho para mejorar en cada uno de nuestros procesos. Para poner un paralelo, muchas de las industrias de la energía están en un proceso de descarbonización o de reducción de sus emisiones en los pozos. Van a seguir produciendo petróleo, pero tienen que reducir las emisiones de metano al mínimo posible en los pozos productores. No es tan lindo para comentar, es terriblemente efectivo, terriblemente costoso, trabajoso como esfuerzo dentro de las compañías y absolutamente necesario para la transición energética. Y después el tercer eje que tenemos que trabajar es sobre nuestros proveedores y clientes para reducir en ellos sus emisiones.

–¿Qué puentes se pueden establecer para que la Argentina empiece a caminar también en esa dirección?

–Me gustó la presencia argentina en este evento, aunque me hubiera gustado ver mucho más. Fijate que el momento es el adecuado. Uno ve, por algunos comentarios, que hay entre curiosidad e interés por la Argentina. Creo que es algo a explotar más en un ámbito como este. Hay una oportunidad adecuada para el país, que sería bueno que se aproveche en toda su magnitud. Me gusta la presencia de compañías, pero me gustaría ver todavía más.

–¿En dónde radica el interés por la Argentina?

–Hay una ventana para el desarrollo del petróleo, pero las ventanas no son infinitas. Hay que aprovechar esa ventana. Se está haciendo mucho, pero tenemos que ver todo lo demás que se podría hacer. Hay una oportunidad extraordinaria con el gas natural. La pausa que definen las autoridades de la administración americana en la aprobación de nuevos proyectos de LNG tal vez sea una oportunidad porque esto genera incertidumbre a los compradores. Y de vuelta, episodios que han ocurrido en el pasado reciente, como la guerra en Medio Oriente y “la guerra de Putin”, abren ventanas de oportunidad para la Argentina. Es feo decir que estas guerras producen ese efecto, pero lo producen, hay una ventana de oportunidad. Después están todos los deberes que tiene que hacer la Argentina para aprovechar el momento. Algunos se ven mejorando, otros todavía están en el tintero. Yo creo que hay que unir estas tres patas. El sector energético puede ser un game changer para la economía argentina. Ya estamos empezando a ver esto. Vaca Muerta ya se empieza a ver como una realidad más palpable, quizás todavía no se ve todo el potencial que tiene el sector energético como transformador de la economía argentina, cuando estás acá (en el CERAWeek) lo ves.

“Existe una mayor madurez en la idea de lo que cuesta y el tiempo que va a llevar la transición energética”, aseguró Javier Martínez Álvarez. , Nicolás Gandini (desde Houston)