La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) esta reclamando una deuda equivalente a unos 9 millones de dólares por la construcción de los reactores CAREM y RA-10. Así surge de una notificación remitida por la CNEA a la Secretaria de Energía vista por EconoJournal. La situación fue admitida públicamente por la titular del organismo nuclear, Adriana Serquis. El reactor RA-10 es un proyecto que esta prácticamente terminado y que fuentes del sector nuclear creen que el gobierno no dejará sin fondos. Pero la perspectiva para el CAREM es otra: las cifras estimadas para la concreción del proyecto chocan de frente con el objetivo de superávit fiscal primario del Ministerio de Economía conducido por Luis Caputo.
La notificación remitida el viernes 22 de marzo advierte de un inminente corte de servicios en centros atómicos y parada de obra en los proyectos CAREM, RA-10 y el plan de medicina nuclear por un corte de pagos desde diciembre de 2023.
En el caso del proyecto CAREM la CNEA se ha visto impedida de efectuar pagos a las contratistas del
proyecto, los cuales son canalizados a través de un fideicomiso. La deuda total asciende a 3.643.712.501,39 de pesos (US$ 4.159.489 al tipo de cambio oficial). En el caso del reactor RA-10 la deuda reclamada es por 4.484.921.874 de pesos (US$ 5.119.773 al tipo de cambio oficial) correspondiente a certificados de los meses de diciembre 2023 y enero 2024.
La CNEA advirtió que el corte derivó en problemas financieros «en los pequeños proveedores de servicios en los centros atómicos y regionales, como también en los constructores de nuestras principales obras estratégicas» y advierte de un corte de obra en CAREM y RA-10 desde el lunes 25. Efectivamente, un centenar de trabajadores abocados a la obra del reactor CAREM en el complejo Atucha fueron desvinculados ese día. La noticia fue confirmada por el secretario General de UOCRA Seccional Zárate, Julio González. Ninguno de los trabajadores son empleados de CNEA; la mayoría son empleados de Masoero y Asociados, empresa contratada por Nucleoeléctrica Argentina, la empresa operadora de las centrales nucleares y actualmente el contratista principal en la obra del reactor.
Cruce de versiones
La noticia de la paralización de la obra del CAREM choca de frente con la promoción del proyecto realizada hace poco por el secretario de Estrategia Nacional, el ex brigadier Jorge Jesús Antelo, en una cumbre mundial de energía nuclear en Bélgica organizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Desde la Jefatura de Gabinete comandada por Nicolás Posse, a la que responde Antelo, hicieron circular que «las obras del programa nuclear argentino tienen continuidad en el marco de un proceso técnicamente ajustado a las capacidades de financiamiento existentes«.
En declaraciones radiales, la presidenta de la CNEA explicó que la incertidumbre sobre los proyectos tiene origen en el recorte generalizado de los fondos fiduciarios ordenado por el gobierno. «Lo que pasó esta semana fue que como entra dentro de la lista de los fideicomisos, que nos dijeron que no iba a entrar, estamos sin poder ejecutar ni un centavo de ese proyecto», explicó acerca del fideicomiso asignado a la construcción del CAREM.
«Por ese tema de los fideicomisos es que se le informó a NASA que no se le podían hacer los pagos. Con lo cual NASA decidió que a una de las subcontratistas no continuase con esa partecita de la obra y eso implicaba despedir a 69 trabajadores. Se ha pedido una conciliación de parte de UOCRA», remarcó Serquis a radio Splendid.
Perspectivas para el CAREM
En el contexto del congelamiento de los presupuestos en el Estado y el freno de pagos en distintas áreas para alcanzar la meta de superávit fiscal primario para este año establecida por el Ministerio de Economía no sorprende demasiado que los proyectos nucleares también sean alcanzados. En el área energética, Caputo incumplió la obligación del Estado de pagar la transacción económica mensual de CAMMESA que es para cubrir los costos de generación y transporte eléctrico, además de incumplir los pagos del Plan Gas.
Fuentes del sector nuclear consultadas por este medio coinciden en que habrá presupuesto para la finalización del reactor RA-10 en Ezeiza, que se encuentra próximo a su finalización y se espera su puesta en operación en 2025. Pero el escenario para el CAREM luce distinto debido a las cifras en juego.
La CNEA informaba poco tiempo atrás que el proyecto CAREM tiene una fecha de finalización estimada para el 2028, pero no hay una estimación pública sobre la inversión requerida para su finalización. La construcción comenzó en 2014 y la inversión realizada hasta ahora asciende a unos US$ 600 millones. Las cifras de inversión faltante relevadas entre fuentes del sector nuclear vinculadas con el proyecto oscilan entre los 200 y 300 millones de dólares.
Socio externo para el proyecto
Frente a la necesidad de inversión y las restricciones presupuestarias, existen conversaciones para abrir el proyecto a la participación de un socio externo. La CNEA comenzó a recorrer esa posibilidad tiempo atrás con la creación de una gerencia para la comercialización del CAREM. También firmó recientemente con INVAP un acuerdo para impulsar exportaciones y oportunidades vinculadas al reactor.
El CAREM es un prototipo de reactor modular pequeño (SMR por sus siglas en inglés) de 25 MW eléctricos. Es el primer reactor de potencia (de generación de electricidad) que se diseña en el país. El objetivo del prototipo es probar el diseño y las tecnologías que permitirán avanzar a una versión CAREM comercial, de más potencia, en módulos de más de 100 MW.
La Agencia de Energía Nuclear (NEA), el ente nuclear de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), ubicó al CAREM entre los diseños con los mayores niveles de avance en las variables consideradas: licenciamiento, emplazamiento (construcción), financiamiento, cadena de suministros, «engagement» y combustible.
Efectivamente, el prototipo CAREM es uno de los pocos proyectos modulares pequeños que se encuentran en construcción en el mundo, pero gigantes de la industria nuclear como GE Hitachi o Westinghouse apuntan a comenzar a construir sus primeros SMR antes del 2030. Otras compañías nuevas, como Terra Power, del magnate Bill Gates, también tienen proyectos.
Desafíos de ingeniería
Una decena de fuentes con ascendencia en el sector nuclear explicaron a este medio que un proyecto innovador como este suele presentar retrasos por los desafíos relacionados con el diseño del reactor y de ingeniería de los componentes. «Nuestro país esta construyendo un prototipo mientras que el resto de las compañías apuntan a construir una versión comercial directamente, a nadie debería sorprenderle si también encuentran desafíos durante el desarrollo y construcción», explicó una de las fuentes.
Como ejemplo, otra fuente citó la complejidad para fabricar los 12 generadores de vapor que irán dentro del reactor. «Cada generador es una camisa de tubos muy finos con un armado muy complejo y que demanda tiempo», graficó. Conuar, empresa contratista para la fabricación de los generadores, terminó en 2023 la fabricación de uno de los doce equipos.
Una tercera fuente contrasta este proyecto con el RA-10. «El CAREM es un caso completamente distinto al del RA-10, que es para producción de radioisótopos médicos. INVAP lleva décadas exportando reactores de este tipo», concluyó.
, Nicolás Deza