El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, acaba de aceptar la renuncia de Jean Paul Prates, presidente de Petrobras , quien había sido nombrado por el propio Lula al inicio de su mandato hace 17 meses. La salida prematura de Prates, con larga experiencia en el sector, en el área de renovables y antiguo senador del Partido de los Trabajadores (PT), fue confirmada por la compañía en una nota en la que Prates anuncia que convoca el Consejo de Administración para analizar “el fin anticipado” de su mandato.

Las discrepancias por los dividendos comenzaron en marzo cuando Petrobras anunció unos beneficios de US$ 23.000 millones, el segundo mejor de su historia, pero repartiría solo los dividendos obligatorios no así los extraordinarios. Las acciones de Petrobras, que cotizan en Nueva York, cayeron más de un 6% en las operaciones posteriores al cierre.

Prates está formado en Derecho y Economía y con más de 30 años de experiencia en el sector petrolero. Prates dejó su escaño en el Senado para liderar Petrobras, controlada por el Estado pero con acciones negociadas en las bolsas de San Pablo, Nueva York y Madrid.
Durante su gestión, retomó el carácter estratégico de la petrolera como inductor del crecimiento económico del país, en línea con la visión de Lula, referente del progresismo latinoamericano.

Anunció un ambicioso plan de inversiones de 102.000 millones de dólares entre 2024 y 2028, modificó la política de precios y retomó con más énfasis líneas de negocio paralizadas durante la administración de Jair Bolsonaro (2019-2022), como el refino.

En 2023, el beneficio neto de la petrolera se desplomó un 33,8 % frente a 2022, y en el primer trimestre de este año volvió a bajar otro 37,9 % en la comparación con el mismo periodo del año pasado, según los últimos resultados.

Estos números aceleraron la crisis en momentos que Lula quería que los beneficios extraordinarios de la petrolera no fueran repartidos sino reinvertidos, porque Petrobras “tiene que pensar en los 200 millones de brasileños que son dueños de la empresa”.
Finalmente, según informaron, Lula avaló repartir el 50 % de los dividendos extraordinarios de 2023 entre los accionistas y dio por superada la crisis clasificando la situación de Petrobras de “tranquila”.

Se perfila como la próxima presidenta de Petrobrás Magda Chabriard, de 67 años. Es ingeniera civil y trabajó 22 años en la compañía . Ademásfue directora general de la Agencia Nacional del Petróleo (2011/2016) durante la presidencia de Dilma Rousseff quien también perteneció a la dirección de la empresa petrolera antes de llegar a la cúpula del poder político.