Esta semana se lanzó en Brasil el Cuaderno de la Micro y Minigeneración Distribuida (MMGD), como parte de los estudios del Plan Decenal de Expansión de Energía 2034 (PDE 2034). Con esta segunda parte del PDE 2034 se le da continuidad al proceso de planificación energética del país vecino, cuyo cierre está previsto para el segundo semestre de 2024.

El documento, presentado por la Empresa de Pesquisa Energética (EPE) y el Ministerio de Minas y Energía de Brasil, analiza la evolución de la micro y minigeneración distribuida, además de ofrecer una perspectiva sobre la entrada de las baterías en unidades consumidoras, todo dentro del periodo de los próximos 10 años, desde 2025 hasta 2034. En ese sentido, se realizaron dos simulaciones sobre el futuro de la generación distribuida en suelo brasileño, con un resultado mínimo y uno máximo, que indican una capacidad instalada acumulada de entre 47 y 71 gigawatts (Gw) para 2034.

Según su propia proyección, la EPE vaticina que la potencia instalada se situará en torno a los 59 Gw instalados hasta 2034, cubriendo a más de 7 millones de unidades consumidoras.

El Cuaderno expone que la inversión necesaria para ese periodo podría tener un tope de 162.000millones de reales (en el caso de máxima capacidad), y un mínimo de 70.400 millones. Para las cifras que señala EPE, en tanto, serían necesarios 116.600 millones de reales.

Poniendo el foco en los tipos de tecnología, el informe explica que la gran mayoría serían instalaciones fotovoltaicas (98,3%), pero que también habría lugar para la generación termoeléctrica (0,8%), la energía eólica (0,6%) y la hidroeléctrica (0,3%).

Con respecto a las baterías, en el documento se examinaron diversas aplicaciones tanto para consumidores residenciales como para los comerciales. Desde un punto de vista estrictamente financiero, las baterías podrían no ser viables en la próxima década.

No obstante, aspectos eléctricos y/o ambientales podrían motivar a un grupo específico de consumidores a optar por esta tecnología, centrados en el uso de baterías para medidas complementarias, como aumentar la resiliencia ante los apagones.

Otra de las simulaciones que se realizaron tuvo que ver con el costo que tendrán las baterías en el país, ubicando actualmente el valor en los 4.000 reales por kilowatt/hora (Kwh). La estimación mostró una caída hasta los 2.800 reales para el año 2034.

Cabe recordar que dentro de la Ley 14.300/2022, que brinda un marco legal para este tipo de instalaciones, se establece un pequeño y gradual descuento en la energía inyectada a la red. Esto implica que hoy es poco beneficioso instalar una batería.

Sin embargo, este panorama puede cambiar a partir de 2029, cuando la energía inyectada a la red sea valorada según un cálculo de sus costos y beneficios. A medida que disminuya la remuneración por la energía inyectada desde la generación distribuida, aumentará la viabilidad de las baterías.

, Julián García